Capítulo 39 | El chico de la casa azul

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Dolor, alejamiento, presión; el dolor de alejarse y sentir la presión en tu corazón

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Dolor, alejamiento, presión; el dolor de alejarse y sentir la presión en tu corazón. Cuando algo comienza, siempre fingimos que jamás habrá un final. Nos mentimos a diario, mentimos a todos, porque siempre habrá un final, nada jamás será eterno, la arena del reloj siempre llegará hasta abajo y simplemente no podremos detenerla. La presión en el corazón nos matará, la culpa nos ahorcará, el revoltijo en nuestro estomago nos estremecerá; todo eso hará que no veamos el final.

Tirado sobre una cama, sin saber que iba a hacer con su vida, sin saber cómo iba a continuar con tantas mentiras; Garry justamente estaba así. Muchos días habían pasado, entre ellos, la navidad. Garry se encontraba presenciando el último día del año y, la peor parte, era que para él su vida ya no tenía sentido.

Asher había salido de la habitación para ir a desayunar, mientras que Garry seguía recostado en la cama pensando en sus propósitos para el nuevo año.

«Debo recuperar a Jacob», pensó Garry sin despegar la vista del techo.

Posteriormente, tomó su anticuado teléfono y comenzó a escribir un mensaje, un mensaje para alguien con quien desde hace días se había estado escribiendo.

GARRY: Hola, ¿cómo estás? ¿Sabes algo de Jacob?

MARIE: ¡Hola, Garry! Muy mal, detesto que se vaya la electricidad. Y no, no sé nada de Jacob, no lo veo desde noche buena, las calles estaban repletas de nieve, apenas hoy ha comenzado a derretirse.

GARRY: Lo sé, esta ciudad es un asco. ¿En serio? Pero, ¿irás a verlo?

MARIE: Creo que hoy iremos a la fiesta de fin de año que organizó un postulante para ser el gobernador de Deavenside.

«¡Demonios! No puede ser», pensó Garry disgustado.

GARRY: Genial.

MARIE: ¿Tú cómo estás? ¿Todo bien?

GARRY: Sí, eso intento, intento llevar las cosas con calma y que todo este bien.

MARIE: ¿A dónde has ido?

GARRY: Sabes que no te diré, no le puedo decir a nadie.

MARIE: Garry, me contaste lo de Connor.

GARRY: Lo sé, pero, es diferente, tú debías saber la verdad, no quiero que Jacob crea que soy el malo en la historia, algún día podrás explicarle todo.

MARIE: O quizás tú puedas hacerlo.

GARRY: No sé si Jacob quiera estar a mi lado después de que sepa toda la verdad.

MARIE: Pero, tú no has hecho nada malo.

«Mentí», pensó Garry con remordimiento.

GARRY: Sí, Marie, he hecho muchas cosas malas, pero, solo para intentar hacer el bien.

MARIE: No te entiendo.

GARRY: Entiendes que jamás odié a Connor y con eso me conformo.

MARIE: Garry.

Diversos tonos azules | Primer libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora