Capítulo 14 | Huida de vida

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Atrapados detrás de una persecución, omitiendo el profundo pasado que nos lastimó, buscando felicidad en donde crees que jamás la encontrarás, huyendo de nosotros, huyendo de los demás, solamente queremos escapar, queremos huir de la vida que tant...

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Atrapados detrás de una persecución, omitiendo el profundo pasado que nos lastimó, buscando felicidad en donde crees que jamás la encontrarás, huyendo de nosotros, huyendo de los demás, solamente queremos escapar, queremos huir de la vida que tanto nos llegó a vulnerar.

Un lunes por la tarde, uno de los mejores días para Garry, uno de los más especiales, al igual que el domingo que pasó, ambos días fueron sumamente importantes, fueron días que marcaron un antes y después en su vida, no solamente en el buen aspecto, porque siempre lo bueno tiene su lado malo y lo malo tiene su lado bueno.

Ese mismo lunes pero en la noche, Garry iba abordando un bus de camino a casa mientras recordaba como en tan solo dos días su vida había cambiado, se había llenado de colores cuando Jacob apareció, y más colorida se volvió cuando ambos se confesaron su amor.

«Jacob, sí, me gustas», recordó Garry sacando una sonrisa estúpida mientras iba sentado en los últimos asientos del bus.

Minutos después, el rubio iba caminando por las friolentas calles de Rainbluew mientras se dirigía a su casa. Su mente no dejaba de llevarlo a Jacob, ahí dentro solamente se hallaban hermosos pensamientos hacia ese joven castaño. Garry miraba su teléfono mientras apreciaba algunas fotos que ambos se habían tomado en la casa azul.

«Demonios, creo que yo... yo lo a...», pensó Garry viendo una foto donde Jacob reía algo distraído, pero, luego su pensamiento fue interrumpido al ver que el auto de su padre estaba estacionado frente a su casa.

El rubio solo respiró profundo, se dijo a si mismo que no importaba, que tranquilo, que no pasaría nada malo, quizás su madre ya había arreglado las cosas su padre. Garry sacó una chaqueta verde con capucha de su bolso y se la colocó, solo para fingir que andaba para otro lado. A pocos pasos de la puerta de su casa, él comenzó a arrepentirse, pero, sus pies no se detenían, solamente seguían, hasta que llegó y abrió la puerta.

Antes de que el desastre comenzara, Garry pudo notar que su madre estaba inconsciente y tirada en el suelo. Por otro lado, su padre estaba comiendo lo que sería un trozo de pan mientras yacía en el sofá con las luces apagadas viendo un partido de futbol.

—Padre... —expresó Garry anonadado.

—Este asqueroso muchacho —reprochó el Sr. Peters muy enojado levantándose del sofá.

—Yo... padre... lo... lo siento... mi... mi madre...

—¡Cállate, niñita! Ya deja de tartamudear —agregó el grotesco señor, después arrojó una fuerte bofetada a Garry, lo tiró contra el suelo—. Das asco, maricón.

—Padre, yo... —expresó Garry.

—Te pudrirás en el infierno. —Pateó al joven rubio en el estómago—. Me das vergüenza, degenerado.

Garry no podía levantarse del suelo, estaba muy lastimado, a él jamás le había gustado arreglar las cosas a golpes, algunas veces creía que era necesario, estaba cansado de que jugaran con él, toda su vida había vivido en ese tóxico ambiente de golpes, un aterrador ambiente que durante todo ese tiempo intentó ignorar. Y estando allí, tirado en el suelo mientras se hundía en sollozos y su padre lo golpeaba, Garry recordó lo que más lo marcó.

Diversos tonos azules | Primer libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora