Treinta y tres. Un día en Mayo.

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Canción diez. Hana ni Nare. Sashida Fumiya.


Continuaba cayendo. Saltaba y saltaba, pero no conseguía sostenerse en pie.

― ¿Seguirás perdiendo el tiempo?― Era la voz familiar de su madre, la voz que siempre tiraba de su corazón y reabría cicatrices.

Jadeando, se levantó y se impulsó al aire de nuevo. Pero sus codos se encontraron con el frío hielo, y sólo consiguió más moretones.

― ¡Otra vez!Irene parecía enojada, pero eso no hizo nada para cambiar el estado en el que estaba Dalia. No podía saltar.

Desesperada, miró a sus pies y sólo miró el hielo dar vueltas.

― ¿Seguirás viviendo una fantasía? Despierta ya, Dalen'ka.

Despierta ya.

― El mundo real nunca será bueno contigo. ¿Cuándo vas a crecer, niña tonta?

Despierta ya.

Saltó en la cama del hotel, respirando con fuerza. Tardó unos segundos en recordar donde estaba y cuando miró la hora gruñó.

02:02

Podía echarle la culpa a sus cambios de horario por el desastre en sus tiempos de sueño, pero sabía que no podía dormir por otro motivo. Suspiró, y se quedó mirando al techo en silencio.

Quería patinar, pero no estaba en España y no podía simplemente traspasar edificios de un país extranjero para acceder a una pista de patinaje a esa hora. Resignada, tomó su teléfono y se dispuso a perder el tiempo un rato en redes sociales antes de descubrir que tenía un mensaje de Yuzuru.

3 Mensajes Nuevos de: Yuzu👑

-Última vez a las 12:10a.m.-

11:45p.m. Kobe es en una semana.

11:45p.m. Voy a visitar Sendai.

11:46p.m. ¿Quieres ir?

Se sentó de golpe, y miró a su alrededor. Su habitación era un desastre, así que saltó fuera de la cama –consciente de que con semejante propuesta, no conseguiría dormir ni de broma-, y se dispuso a ordenar.

Visitaría el lugar de la infancia de Yuzuru. Su hogar. Caminaría sobre lugares donde él tenía recuerdos. Se moría por llamarlo, pero se preguntaba si tenía permitido salirse del límite de respeto si Yuzuru estaba durmiendo. Así que, llamó a otra persona en su lugar.

― ¿Qué pasa?

Por supuesto, Gilian estaría despierto a horas ridículas no importa en qué país estuviese.

― Yuzuru me ha invitado a viajar a Sendai con él.

― Hmm― murmuró―. Dal, ¿por qué estás despierta?

― He estado hablando con Yuzu por varios días―. No explicó de qué, supuso que Gil sabría a qué se refería―. Supongo que he revivido tantas emociones que están regresando en sueños.

― Dalia...

― Estará bien, Gil. Estoy acostumbrada. No son sueños muy distintos –creo que mi cerebro se está quedando sin ideas.

Gilian bufó.

― ¿Estás segura?

No lo estaba. Pero sabía que necesitaba contarle a Yuzuru sobre las sombras que la perseguían, así que no le dijo nada a su amigo. Deseaba que fuese cierto, no obstante.

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