— Mira— el japonés le había dicho, mostrándole su medalla de plata—. Eso hace dos de nosotros.
Ella negó con el recuerdo. Giró para esquivar a otro patinador, y siguió moviéndose a la espera del aviso de Irene.
— ¿Dos de nosotros?
Yuzuru asintió enérgicamente.
— Eres medalla de plata en Europa, y yo en 4CC.
Por alguna razón, eso parecía un consuelo. Aunque ella no estaba segura de para quién.
— Ah.
— ¿Dal-chan? —Él negó cuando ella le miró con la pregunta escrita en sus ojos.
Había algo que parecía retener para sí. Fue hasta más tarde que descubrió lo que pasaba. Pero, ¿por qué mis visitas a la oficina de la directora se están volviendo frecuentes?
Era solo porque a la directora Carmen parecía gustarle el rostro impactado de la patinadora. Al menos, eso esperaba ella.
— ¿Fue idea tuya?
— ¿Qué? — Lo era. Suya y de Javier. Solo no quería admitirlo.
— Brian Orser me invitó a un campamento de entrenamiento en Toronto al cierre de esta temporada.
Aún parecía increíble. Ella, entrenando en Toronto junto a patinadores y entrenadores de élite, y no en la familiar pista de Madrid que la había visto crecer, llorar, caer y aterrizar sus primeros saltos limpios. Siempre se pasaba la off-season allí, nunca habia sido invitada a entrenar fuera del país.
— Pues la verdad es que, la mayoría del Team España entrena aquí, queremos que vengas aunque sea unas cuantas semanas. Y, quizás, se vuelva una reunión anual.
Javier simplemente sonreía, y ella había terminado llorando de la emoción.
— Espera... ¿queremos? ¿Tu y...?
— Y aquel japonés terco que ves allá— Javier sonrió pícaro, enfocando a Yuzuru con su cámara para que Dalia le viese deslizándose tranquilamente por la pista.
— Tienes que estar bromeando.
¿Idea de Yuzuru? Definitivamente estaba soñando. Aunque, quizás, el recuerdo de una vieja conversación, delató al japonés.
— ¿Cómo está Japón? — ella preguntó, una mañana mientras se preparaba para entrenar después de las Nacionales, y Yuzuru descansaba en su casa en Japón, enfermo (y muriendo de aburrimiento, había dicho él). — ¿Terriblemente frío? ¿Mortalmente caliente como España hoy?
— Está... frío, sí.
— Oh, estoy celosa. El único frío que obtengo estos días proviene del rink.
— ¿España... caliente?
Dalia gruñó, y asintió.
— Estoy acostumbrada a pasar el tiempo en el hielo, este clima me está matando.
Yuzuru soltó un bufido divertido.
— Ven a Japón entonces.
— ¿Puedo?—. Suspiró, mirando el techo de los vestidores—. Me encantaría ir a Japón. Viviría allí si pudiese.
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Songs for us
FanfictionEllos decían que algunas canciones les recordaban a nosotros, cada canción que bailamos. Pero siempre había música alrededor. Ellos se equivocaban. Se trataba de cada canción tocando cuando estabas a mi lado, cuando no te dabas cuenta y mis ojos no...