#El Clan Cullen.

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Desperté por la mañana siguiente más fresca que nunca, corrí escaleras abajo y al llegar al tercero, brinque sobre la ancha espalda de mi hermano, pareció tomarle por sorpresa, pues pude observar como tambaleo ligeramente hacia delante. Baje igualmente de un salto y tome asiento en la mesita que se encontraba con unos huevos fritos.  Los devoré con voracidad mientras recibía comentarios como "Que bien come" "¿Cómo es que no te escuchamos despertar?" "Roba algo de la casa de los Cullen ¿Quieres" "Encajaras perfectamente con su color" "No te dejes encajar el colmillo" entre otras miles de bromas más. Yo solo reía o negaba con la cabeza sin decir palabra alguna.

Quería terminar cuanto antes la comida, así saldría rumbo al otro lado del rio. Finalmente cuando mi querido hermano también estuvo listo, y por listo me refiero a convertido. Me trepe en su lomo con ayuda de Seth y emprendimos la carrera. Me fue prácticamente imposible cerrar los ojos, pues el paisaje, los perfectos sonidos, y lo más mínimo que fuese captaba por completo mi atención. Tan solo bastaron 5 minutos para encontrarnos en la mansión "Cullen". Salte de perro gigante de mi hermano, me sorprendió ver que pude mantenerme en pie y equilibrio. Al parecer mi estómago comenzaba a acostumbrarse a tanta adrenalina junta.

La casa era simplemente asombrosa. Parecía de esas que solo lees en los cuentos o historias ficticias. De madera con enormes cristales pulidos, con apariencia del siglo XVIII pero con un toque moderno y hogareño. Carlisle bajo las escaleras, su cabello dorado era inconfundible, antes de que pudiese tocar, o al menos subir las escaleras del porche - Que puntuales - sonreí largamente. Mi hermano salió detrás del árbol con unos shorts de mezclilla y una sudadera la cual le quedaba demasiado pequeña al parecer. ¡Diablos que cuerpo! Si Zowi lo viera, se le fuese encima para besarle. Pero gracias al cielo no era así.

Edward apareció a la par de su padre - Eh, Mia - se inclinó y antes de que pudiese reaccionar ante su belleza sus labios fríos como el granito se estamparon suavemente en mi mejilla - Hola - susurre todavía encantada ante su tacto - Te estas congelando, venga, vallamos dentro - indico señalando la puerta semi abierta. ¿Helada? Pero si traía la sudadera más grande que Danieel había encontrado.

No lo pensó dos veces, y más que pronto estaban dentro de la casa. ¡Wow! Olía estupendamente bien, podría jurar que era un ligero aroma a cereza proveniente de los muebles, manzana canela de la madera y un olor poco familiar, tal vez anís y limón mezclados. No estaba realmente segura.

Mientras trataba de averiguar el tercer aroma, tres vampiros más aparecieron frente a mis ojos. Dos de ellos eran mujeres, una de cabellos rubios, sedosos y brillantes cayéndole en caireles, simple y únicamente bella y otra de cabello castaño obscuro hasta los hombros en ondas pequeñas. El hombre en medio de ellas era alto y corpulento aún mucho más que Danieel. Tenía el cabello corto y rizado.

Mia, ellos son; Rosalie, Emmet y Esme - señalo a cada uno. La tal Esme se acercó cuidadosamente, como si pensara que fuese a huir. Me tomo los brazos con delicadeza y al igual que Edward beso mi mejilla - Bienvenida pequeña - susurro con una voz dulce y melosa - ¡Valla! Es más pálida de lo normal ¿Te entro el pánico? - mi vista dio con el más alto, Emmet, quien reía a carcajadas escandalosas - Es su color natural - contracto el doctor con voz serena - ¿Pues quiénes son sus padres? ¿El abominable hombre de las nieves y Blanca Nieves con sus siete hermanos? - siguió encantado de la vida riendo, entonces la rubia hermosa le codeo las costillas aguantando la risa.

Perdónalos cariño, son mayores de lo que parecen y se comportan como críos - se disculpó la señora Cullen - ¿Y Alice y Jasper?

¡Aquí! - grito una vocecita chillante y de pronto algo o mejor dicho alguien salto de la planta superior por las escaleras. Apenas y parpadeé, el cuerpo diminuto de una chica no más alta que yo, cabello corto con puntas hacia al cielo, negro como la noche se encontraba frente a mí, tomada de la mano de otro chico - Con que tú eres Mia - sonrió causando que sus ojos se achicaran aún más. Ahora que la veía bien, tenía nariz y orejas puntiagudas, como un duende. Asentí - Edward y Carlisle nos han hablado mucho de ti - Oh - ¿No es así Jasper? - y entonces dejo ver al otro vampiro.

¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora