¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]

#Volterra, Italia.

El viaje en avión fue más horrible de lo que imagine; me había tocado estar entre ambos chupasangres, como si yo fuese a escapar ¡Si claro! En las 11 horas que el avión ocupo no pude pegar ojo por el miedo y la incertidumbre que se aferraban a mi cabeza. ¿Y si algo malo me ocurría? ¿Y si algo malo les ocurría a los Lobos, a los Cullen? Esas eran mis dos grandes preocupaciones. Para cuando aterrizamos las piernas se me había entumido de horror. 

Tomamos el poco equipaje y bajamos. Mucha gente corría por la sala de espera, otros cabeceaban y muchos más esperaban su vuelo con paciencia y aburrición. Si supieran lo que ocurría a su alrededor; una chica semi secuestrada por unos auténticos vampiros reales ¡Se morirían ahí mismo! Mientras caminábamos al aparcamiento de autos; Jane y Dimitri se colocan unos sobreros y guantes de piel. ¡Claro! El sol. Nos trepamos a una limosina sumamente lujosa de color negro y vidrios polarizados; es como si estuviese conviviendo con la mafia.

En el transcurso del camino puedo apreciar las angostas calles de la ciudad, cuando llegamos al centro, esta infestado por edificios color caqui y amarillento polvoroso. Parece una ciudad de ensueño, si no fuera por los vampiros.  Finalmente parecemos llegar al lugar. Bajamos del auto y frente a nosotros esta la plaza principal con un enorme reloj dando la hora. El vampiro de cabellos alborotados me toma, como ya es costumbre, del brazo y entramos a un edificio que no logro identificar bien por estar embelesada con la plaza.

El lugar parece estar deshabitado, cuando llegamos al fondo del este, y después de girar varias veces, no hay continuación. Dimitri se agacha, coge una puertecilla bajo una enorme alfombre roja y la abre - Las damas primero - me inclino un poco para ver, parecen ser al menos cinco metros de profundidad - ¿Tengo que bajar por ahí? ¿No hay un elevador o algo por el estilo? - El chupasangre ahoga una carcajada - Somos vampiros, no lo necesitamos - interfiere Jane y de un salto está ya en la cueva subterránea.

Dimitri me da un empujoncito animándome. Me siento al borde, con los pies colgando en el agujero. Tomo impulso y me dejo caer. Caigo de pie como lo deseaba y ni siquiera me han dolido las plantas de los pies. Dimitri baja enseguida, ambos chupasangres me miran, después entre ellos y seguimos el camino sin decir nada.

En medida de que nos acercamos las piernas y valentía me flaquean; una hermosa pero flacuchenta asistente nos saluda en Italiano mientras la pasamos de largo... parece ser ¿Humana? Jadeo de tan solo imaginarme porque la tienen aquí. Jane abre una enorme puerta de madera que parece como si no pasara nada... Mi otro escolta me concede el paso como el "caballero" que es, tomo quizá el último trago de aire en mi vida y me adentro en la habitación. El lugar es enorme, en forma de círculo con tres asientos de mármol en el centro. Dos de ellos eran ocupados por un rubio y uno castaño; ambos parecían tan jóvenes, pero cansados y viejos a la vez.

Amo... aquí está la chica - de entre las sobras otros dos hombres más aparece; uno más alto que el otro. El de estatura baja toma mi atención rápidamente. Alec. Trago en seco al ver sus ojos, esos ojos que fueron los primeros en mirarme ese día en la casa Cullen. Sin capucha se le aprecia mejor; rostro redondo pero afilando, nariz respingada, ojos rasgados y pequeños, orejas diminutas y puntiagudas, no tanto como las de Alice, pero las tiene, cabello lamido con baba de caracol color castaño y labios delgados rojizos, como si estuviesen maquillados para una estupenda actuación. Nuestros ojos se conectan, un escalofrió me recorre pero no siento miedo.

¡Valla, valla! ¡Pero si es más hermosa en vivo y persona! - el hombre alto y escuálido de lado del chico aplaude llamando mi atención. Como dije antes, es escuálido y algo alto, aunque no demasiado; viste más casual a los otros dos viejos. Ojos almendrados, boca pequeña, nariz chiquitina y cabello negro grasoso colgándole hasta los hombros. Su cabeza en sí, parece un globo - Alec se ha quedado corto - observo una vez más al nombrado que parece tener cara de molestia estomacal - A mi también me han contado de usted... - le digo acomodándome el cabello que me cae en el rostro.