#Errores.

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Los tres siguientes atardeceres de aquel mes, la rutina se hizo más pesada, los duelos ahora se habían convertido en tríos lo cual lo hacia todo más difícil de controlar. Mi sistema nervioso periférico parecía más desarrollado que tiempo atrás, puesto que lograba recordar u observar todo lo que hubiese alrededor para utilizarlo en contra o como ayuda al oponente. Mi velocidad también había dado frutos, ahora casi podía seguirle el paso a Edward y Emmet con los cuales salía a correr por lo menos un kilómetro todas las mañanas. Esme me consentía mucho cuando llegaba, me preparaba la tina de baño y me hacía un aperitivo diferente mañana, tarde y noche. Sam y Jacob estaban enterados ya de mi primera transformación y como había sucedido.

Me observaron detenidamente al realizarlo un par de veces frente a ambos y dedujeron que Aro me había enseñado bastante bien aunque les costara admitirlo. Su colaboración también era buena, aunque siendo perro gigante solo era correr si tropezarte como potrillo recién nacido y arrancarles la cabeza a los pedantes con tu propio hocico ¡Asco! Aunque las garras también servían para desollar y lo comenzaba a tomar muy en cuenta para mi encuentro con la gemela Jane.

Bella también había llamado mucho, pero Edward siempre era cortante con ella diciéndole que era lo mejor estar alejados un poco para que ella no entrara también en el conflicto, un par de veces la escuche refunfuñar y preguntar por Jacob ¡¿Pero esta que se creía?! Tuve la intención de arrebatar el celular de las manos del vampiro gritarle que dejase de molestar y romper el celular en mil pedazos. Pero sabía que no era nadie para hacer eso, así que guarde toda mi furia y la fui a desalojar en un duelo contra Sam y Paul mientras que Jacob miraba, pues este se había negado a ayudar con eso de la pelea, aún seguía "indignado".

Rosalie y Emmet habían sido mis niñeras especiales siempre que los demás se iban a hacer guardia o a registrar los alrededores de Forks o Seattle. Había conocido bastante de Rose y me complacía decir que era una persona muy buena y amable. Emmet había bromeado por las noches conmigo sobre si me comerían los Vulturi o yo a ellos, también de como seria si fuera una de ellos y lo "bien" que me veía siendo un perro gigante; era como un hermano deseando animar a su pequeña hermanita y a veces lograba hacerlo; pero entonces, cuando iba a dormir, las pesadillas volvían y aquella alegría que "El hombre mono" como Rosalie lo llamaba, desaparecía. Así fueron mis días hasta la cuarta noche en la que todo cambio.

¿Tienen que quedarse precisamente Jacob a cuidarme? - le insistía por millonésima cuarta vez a Edward quien no dejaba de ver con desconfianza al perro, el cual, también lo veía por el rabillo del ojo - Carlisle cree, que estarás más que protegida con él. Además Sam y los chicos no estarán muy lejos, vas a ver que nos la apañaremos nosotros solos para no desprotegerte tanto, ahora, tan solo no pelees demasiado con Jacob ¿Si? - observe a Black de espaldas hacia mí, suspire derrotada. Si no quedaba de otra, aunque está convencida de que estaría mucho mejor yo sola. Edward sonrió y me planto un beso en la frente. Esme también vino hacia mí, me abrazo con fuerza y después desapareció junto a los otros. Toda la familia Cullen iría a cazar, ya que, llevaban más de dos semanas sin hacerlo y comenzaban a ponerse tensos ante mi presencia aunque dijesen que no. Me quede de pie ahí durante un buen rato sin saber qué hacer, después observe el reloj de la pared; 6:30 hrs. Toda una tarde con el pesado de Black.

Me deje caer en el sofá y encendí la pantalla, Jacob me imito tomando su distancia. La tensión era palpable en el aire, pero era mejor un silencio abrumador que una guerra entre dos hombres lobos, pero al parecer a Jacob no le gustaba quedarse quieto o no reñir ni por un segundo - ¿Qué haces? - Espete al chico observando como tomaba el control remoto y se apresuraba a cambiar el canal justo a una película de balazos sangrienta - ¿Viendo televisión? - Cuestiono sarcástico - Pero yo estaba viéndola primero. No tienes derecho a cambiarla porque se te da la gana - los dientes me comenzaron a castañear de irritación - No eres la dueña de la casa muñequita ¿Lo recuerdas? - Estaba por gritarle pero todo terminaría igual que siempre, en una discusión y prácticamente en golpes y yo... yo no tenía ánimos para un maltrato animal.

¿Sabes algo? Eres ¡INSOPORTABLE! - con el cojín que estaba en mi regazo le propine un buen golpe en el rostro antes de subir encarrilada las escaleras a la habitación de Alice. Me introduje en el baño y decidí tomar una ducha para relajarme y si era posible concebir un rato el sueño. 30 minutos después, recordé que había olvidado traer ropa conmigo, así que no tuve otra que envolverme en una de las toallas que en el baño estaba. Me dirigí a los cajones más cercanos buscando algo que utilizar, algo cómodo y sencillo; ¡Ojala y encontrara un pijama!

¡Oh bingo! Ahí estaba, una bonita y deseable pijama. Solo esperaba que Alice no se molestara, gire y di un salto con un grito ahogado al notar a Jacob en el umbral de la puerta con sus ojos fijos en mi - ¡Mierda Black! ¿De diablos haces aquí? - espete asegurándome de que la toalla no dejara mucho que ver. No contesto - ¡¿Qué, que diablos haces en mi habitación?! - insistí. Finalmente Jacob pareció reaccionar, dio sus típicas zancadas enormes y cuando menos lo imagine él ya estaba frente mío tomándome ambas mejillas con sus gigantescas manos sin cuidado alguno. Y de igual manera, con brusquedad y sin gentileza estampo nuestros labios con fuerza. Abrí mucho los ojos ¿Pero qué? Mis manos soltaron el borde de la toalla y corrieron hasta su pecho empujándolo con fiereza para separarlo de mí, pero cuando su lengua delineo mis labios las fuerzas flaquearon y me hicieron perder la cordura.

¡Mierda! Ese hombre realmente que besaba delicioso. Acepte la introducción de su lengua traviesa en mi cavidad bucal y deje que explorara ya que no podía seguirle el rito tan apasionado y salvaje que llevaba - Jacob - jadee tratando de buscar aire, alejándome de su carnosos labios, pero él no me dejo. En vez de eso me tomo sin esfuerzo alguno de la cintura y me elevo para colocar mis piernas alrededor de su cadera. Me tomo con una mano de los muslos y mi espalda golpeo con la pared. Gemí ante el dolor que aquello me causo, arquee la espalda y esto permitió un acceso fácil a mi cuello. Él lo beso con brusquedad - Jacob - jadee arremetida aun entre la pared y su cuerpo en llamas el cual comenzaba a aplastarme - Jacob - insistí aunque ahora sin poder controlar un gemido de excitación al sentirlo rozarse contra mi trasero. No podía negarlo más, lo deseaba, deseaba a Jacob como nunca había deseado a nadie en mi cortisisisima vida. Lo bese de igual manera, si podía con un duelo cuerpo a cuerpo, podía con esto también.

Deje caer mis parpados sobre mis ojos enfocándome en el placer, alejando el miedo de una vez por todas, pero entonces su próximo gemido lo arruino todo - Bella - mis ojos volvieron a abrirse estupefactos ante aquella nombración. Lo separe de mí y le mire por primera vez a los ojos - ¿Qué has dicho? - su boca se abrió tomando conciencia de lo que había hecho. Me dejo de vuelta en el suelo - Mia... yo... -cierra los ojos, se echa atrás y se estruja el rostro - No eh querido...- balbucea arrugando la frente - ¡Me acabas de llamar como ELLA! ¡Estabas pensando en Bella! ¡Pero que estúpida soy! - Me acomodo la toalla y me halo el cabello, no puedo creer que me haya llamado como ella - ¡¿Querías tener sexo solo para satisfacer tus necesidades?!

¡NO! - Grita - Yo lo lamento, no quise... - un dolor me invade el pecho y todo el cuerpo se me entume a su vez. Es como si Aro me hubiese inyectado otra de esas jeringas con líquido raro para dormir, aunque esta vez contiene mucho más dolor que la otra - ¡Aléjate de mí! - Le gruño - Mia perdóname por favor - suplica. Oh Black, es demasiado tarde - ¡Que te largues de aquí! ¡Mierda! ¡Vete Jacob! ¡Vete antes de que te mate con mis propias manos! - siento como el dolor se convierte en coraje y comienza a rodar por mis venas.

Le suelto un golpe en el rostro, el cual parece dolerme más a mí que a él, le suelto otro y otro más olvidándome de que quizá y las manos se me rompan en el acto - Mia - me giro, tomo el florero de cristal y con un ágil movimiento lo arrojo contra el - ¡Eh dicho que te largues! - siento como las cuerdas bucales se estiran a mas no poder, creo que están a punto de reventarse - ¡Aléjate de mí estúpido perro asqueroso! ¡Y no vuelvas si quiera a mirarme engendro! - el cristal apenas y le roza el rostro el cual esta atónito. Su expresión es de terror por un momento, pero cambia como una moneda al aire.

Gira y se va. Suelto otro grito y por las mejillas comienzan a bajar saladas lagrimas llenas de odio. Voy hacia la puerta y la azoto antes de dejarme caer sobre los vidrios en los que se ha transformado el florero. Me quedo ahí durante un largo rato reprimiéndome a mí misma por haberle dado entrada. ¡Oh mierda! Desearía morir en ese mismo instante en las manos de Aro, Jane u Alec. No me importaría en lo absoluto sufrir tanto dolor.

Consciente de que no puedo quedarme tirada por siempre ahí, camino y me echo en la cama sangrando de las piernas y manos donde los vidrios se me han enterrado. Durante el tiempo que me quedo inmóvil mis heridas se cierran aunque la sangre aún se queda ahí. Cierro los ojos y la voz de Aro vuelve a mi cabeza con ese tono meloso empalagoso - ¿Te has enamorado de él no es cierto cariño? - Otras lágrimas brotan - Y no sabes de qué manera - respondo al "amo" dentro de mí.

¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora