# Pidiendo perdón part. I

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# Pidiendo perdón part. I

Me desperté por la mañana, el día estaba nublado al parecer, ya que los rayos no lograban penetrar la cortina. Los ojos me ardían y los parpados me pesaban kilogramos, me reincorpore y camine hacia el baño refregándome los ojos; me empape el rostro de agua fría, de milagro y lograba recuperarme, observe mi reflejo sobre el espejo. Ojos rojos al igual que la punta de la nariz, tal vez mucho más que mi cabello, tenía la boca reseca y el pecho adolorido de tanto sollozar. Necesitaba una buena ducha. Volví hacia la recamara, nada parecida a la mía… ¿Había pasado la tarde/noche entera ahí? ¿Cuándo había parado de llorar? ¿Cómo había llegado a la cama? Sentí una punzada en el pecho, esto me hacía daño. Abandone la habitación a grandes zancadas y me dirigí a la mía.

Entre a la ducha y me mantuve ahí durante unos 20 minutos, no tenía ánimos de salir, ni siquiera había hecho los deberes del instituto ¿Por qué ir? Tal vez me liberara de estos sentimentalismos, me enrede en la toalla y tome lo más cercano; unos jeans de mezclilla ajustados y una camisa holgada blanca, con un "Team París", me coloque unos converse de bota, escarmene mi cabello y tome la mochila, con los cuadernos del día anterior, estaba un tanto retrasada, así que corrí escaleras abajo, rumbo a la cocina.

¿Te vas? - la voz de nana, me hizo sobresaltarme. ¡Odiaba sus repentinas apariciones de bruja! - ¿No desayunaras? -volvió a cuestionar, ¿Me oiría acaso anoche? - Voy algo retrasada, comeré en el instituto, nos vemos - tome una pera del frutero y me encamine hacia la salida. Tony aguardaba listo como siempre.

¿Te encuentras bien? - pregunto por vigésima vez la rubia junto a mí. La clase; Física, una de mis materias más odiadas - Por vigésima vez, si Christie -le reste importancia - Tienes los ojos hinchados ¡Y ni siquiera te maquillaste! -Comento exaltada la pelinegra en la mesa de atrás - No dormí bien ¿De acuerdo? Y venia bastante retrasada - me excuse con un susurro molesto, con la vista fija en el cuaderno de apuntes, la verdad, sin notas - Esta bien - se defendieron ambas - Si quieres te puedo maquillar - sugirió la pelinegra con voz cantarina a mis espaldas, el chico de su lado parecía realmente molesto por nuestra conversación en clase - ¡Oh sí! Debes ver su nuevo Kit ¡Esta increíble! -Chillo otra compañera justo a mi lado - ¡Lo sé! - Se apremió la pelinegra - Zo… -la pequeña seguía parlando - Zowi… ¡No quiero maquillarme! - solté al fin.

¡Señorita Moore y compañía! - el grito de la profesora Minerva resonó fuertemente - ¡A la dirección ahora! - al parecer había alzado demasiado la voz. Fulmine a la pelinegra que empezaba a guardar sus pertenencias. Lance el cuaderno dentro y fui la primera en salir, bajo los cuchicheos de los presentes. Zowi me siguió de cerca - ¡Mira lo que provocaste! - le reprendí ya fuera y lo suficientemente lejos del aula - Tu empezaste, por negarte en voz tan alta, solo debías decir "no" con amabilidad - se hizo la ofendida. Cuenta hasta 10 Mia, cuenta hasta 10; me repetí una y otra vez. Zowi no tenía remedio.

¿Quieres que te llevemos? - Pregunto Christie mientras caminábamos hacia su auto - No gracias Tony no tarda en llegar - agradecí observando el estacionamiento, hoy mi chofer se había retrasado - ¿Segura? - Volvió a preguntar - Si segura - sonreí - ¡Hola chicas! - saludo una voz profunda y bien conocida. Me reúse a volverme - ¡Hola Kellan! - Saludaron ambas chicas con una radiante sonrisa, Zowi pareció dar un saltito - Ah… Mia… ¿Podríamos hablar? - su dedo índice golpeo levemente mi hombro.

Ah… -dude varios segundos, pero finalmente me volví a el - Claro ¿Por qué no? - me encogí de hombros restándole importancia - Bueno… nosotros nos retiramos, ah… nos vemos - soltó Christie halando a la más pequeña que renegó al instante, ¿Como una cosa tan pequeña podía dar tanta lata? Subieron al auto y rápidamente se alejaron - ¿Y bien? - Pregunte algo impaciente - ¿Podemos tomar un café? - Invitó con una sonrisa - Esta bien -acepte devolviéndole una leve pero considerable sonrisa.

Su auto era bastante lujoso (un Audi A4); ¿Y cómo no? Si sus padres eran cabecera de una de las empresas más importantes en la ciudad. Me monte en el cómodo asiento copiloto y después el. El camino fue algo silencioso y de todas maneras la cafetería no estaba tan lejos, solo un par de cuadras y habíamos llegado. Caminamos dentro del local y nos sentamos en la mesa más cercana. Ordenamos un par de pastelillos y un par de cappuccino.

No creo que a tu novia le guste saber que me invitaste un café, eso lo dejo claro ayer - solté un tanto fría, valla que se me daba eso de fingir - Ella no es mi novia - ¡Ja! Típico hombre, claro; "Ella no es mi novia… es una amiga con beneficios" Rodé los ojos - La termine hace una semana y bueno… lo demás ya te lo imaginaras; se imaginó cosas y fue contra ti - relato - En verdad lamento que te haya tratado así - se disculpó - Veo que te lastimo la mano ¿Te duele mucho? - Su palma tomo mi muñeca con suavidad y la estiro hacia el - Ah… no mucho - me mordí el labio nerviosa. Si supiera la verdad - ¿Y entonces…? - Pregunto con una sonrisa - ¿Entonces qué? - pregunte confundida, con una sonrisa divertida por su cambio de humor repentino - ¿Iras a la fiesta? - enarco ambas cejas - Si - conteste conteniendo una sonrisa.

Las horas pasaron volando y para cuando tome conciencia, el sol empezaba a esconderse por el horizonte - ¡Diablos, Tony! - Maldije en voz baja, mientras tomaba la mochila con la mano buena - ¿Qué pasa? - Pregunto Kellan extrañado - Mi chofer… es demasiado tarde, me mataran… tengo que irme - chille corriendo hacia la salida - ¡Espera! Te llevo - me detuvo, dejo el pago sobre la mesa y ambos caminamos hacia el auto.

Muchas gracias - agradecí en cuanto el auto paro frente a mi casa - Fue un placer - sonrió volviéndose a mí. Le di un ligero beso en la mejilla - Nos vemos - me despedí y baje del auto.

¡Oh dios! ¡Aquí estas! - Suspiro nana en cuanto me vio entrar - Estábamos tan preocupados por ti - sollozo rodeándome con sus brazos - Estoy bien nana - trate de tranquilizarla - ¡¿Pero dónde te habías metido niña?! - Reprendió tomándome de los hombros - Tony fue a buscarte y no encontró rastro alguno de ti, hasta pensé en llamar a la policía - parloteo - Lo se nana, enserio lo lamento, es solo que… un chico me invito un café y, pues… - la firme mujer sonrió con picardía - Ah, ahora entiendo… con que un chico ¿Eh? - Rodé los ojos - Si, nana, un chico - sonreí tontamente - ¿Y es lindo? - Pregunto entusiasta - Un poco… Si - sonreí - ¿Y me contaras del? - volví a cuestionar siguiendo mis pasos - Todo a su tiempo nana - le sonreí con dulzura - Ahora voy a descansar - le di un sonoro beso en la mejilla y camine escaleras arriba.

Que si era guapo, ¡Mejor dicho que si no! Reí en mis adentros, nana podía ser una amiga, una hermana, una madre o lo que fuera, siempre estaba ahí para cuidarme. Tome la perilla de la puerta y me adentre en mi habitación, coloque la frente sobre la puerta de madera mientras suspiraba, mi día había mejorado - ¿Por qué tan contenta Tomatito? - La sonrisa se me borro al escuchar aquella voz y las piernas me flaquearon por primera vez en toda mi vida, sentí como el color desaparecía de mis mejillas y me obligue a no caer, tomando con más fuerza el picaporte. ¡Esto no podía ser! - Da… ¿Danieel?

¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora