¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]

#Decisiones Dolorosas.

Dormilona - susurra alguien en mi oído, pujo y me cubro hasta la cabeza, no quiero levantarme, no hoy; me siento cansada... ¿Cómo lo diría Zowi? ¡Oh sí! Espiritual y mentalmente, aunque nunca eh entendido, quiero utilizar su frase - Vamos Mia levántate - aun con los ojos cerrados, encimismada en mis sueños me medio levanto - ¿Qué pasa? Quiero seguir durmiendo - murmuro tallándome el rostro - ¿No quieres salir al sol? ¿A la ciudad de Forks? Edward nos prestara su Volvo - ¿Ah dicho sol? Observo hacia el enorme ventanal - ¿Cuál sol? - frunzo el entrecejo. ¡No hay ni un mínimo rayo cayendo en el lugar!  - Anda, vamos y lo veras -resoplo.

Tengo sueño ¿Por qué no más tarde? Me levanto y cuando acuerdo Alice esta frente a mi tendiéndome un atuendo para salir. Le doy las gracias y voy hacia el cuarto de la misma a duchar. 15 minutos después bajo a la primera planta, Alice ha desaparecido y Danieel se mueve con sumo nerviosismo de allá para acá. Siento un nudo formarse en mi boca del estómago, las imágenes vuelven a aparecer como flashazos desiguales. Me sostengo al barandal con fuerza, no otra vez las visiones. Espero a que lleguen, pero simplemente no lo hacen.

¿Mia? ¿Estás bien? - cuestiona mi hermano llegando hasta mí. Vuelvo a la realidad y coloco mi mejor sonrisa; no quiero contarle de las visiones, no aun - Por supuesto, ¿Y los demás? Lobos y vampiros -me rio - Los Cullen están en el despacho, Seth está esperándonos afuera; quiere acompañarnos a la ciudad, los demás siguen por el lugar y Sam ha ido a revisar el norte - se queda callado de repente. Jacob - ¿Te contaron lo de Jacob, no es así? - Los imponentes músculos florecen de repente - Ese perro es un idiota, cegado por esa chica. No debió de tratarte así, pero ya está arreglado - me asalta un nervio terrible - ¿Qué le hiciste? - Jadeo temiéndome lo peor - Nada... - suspiro aliviada - porque Sam no me dejo, lo corrió de la manada, le dijo que podía hacer lo que quisiera con su puta vida, pero que no regresara - otra vez ese nudo en la garganta, esas inmensas ganas de llorar que me aprisionan.

Fue la decisión más difícil que Sam ha tomado. Aprecia mucho a Jacob, lo conoció desde niño, quizá por eso mismo no me dejo matarlo con mis propias manos... porque si fuera por mí, lo hubiese asesinado por ponerte un dedo encima - me atraganto con mi propia saliva. Seth me salva de otra pregunta innecesaria. Saluda a Danieel y después a mí con una mirada de arrepentimiento. Sacudo la cabeza, para que no se preocupe. Edward aparece en ese preciso instante y nos entrega unas llaves plateadas. Me dedica una mirada furtiva, siento que me llega hasta los huesos, desvió mis ojos del vampiro. Le susurro un "Gracias" al pasar junto a él, sin mirarle y salimos de la casa. El auto que nos espera es algo común y corriente, eh visto mejores/peores, no sé cómo clasificarlos. Nos trepamos y Danieel comienza a conducir, no sé cuándo, ni como lo ha hecho, pero realmente sabe conducir.

Las calles de Forks son muy espaciosas pero igualmente despobladas, me siento como en uno de esos cuentos de terror. Nos detenemos justo en el centro del lugar, en un diminuto aparcamiento, es un jardín con pocos árboles y juegos infantiles. Me dan santo y seña del lugar, Seth más que Danieel me explica pues es el que ha vivido desde su nacimiento aquí; mi hermano reserva su opinión, sé que tampoco le agrada el lugar; lo veo en sus muecas, y es de esperarse puesto que él es amante del sol y todo lo que lo implique.

Es un milagro como ha sobrevivido estos cuatro años. El sol que ha salido, se esconde prontamente ¡Esto es un asco! Danieel se detiene en un pequeñito restaurant, quiere comer algo al igual que el más pequeño, pero yo, simplemente no tengo hambre. Los acompaño un rato y cuando veo que están por terminar salgo del local con el permiso de mi hermano.

Un par de chicos a lo lejos se cuchichean mientras me ven ¡Como odio eso! Les lanzo una mirada fulminante antes de girar hacia la izquierda e irme por el camino contrario. Me enredo en mis propios brazos, está refrescando un poco, a lo lejos se nota algo parecido a un centro comercial, aunque fácil es confundirlo con un garaje. No quiero alejarme tanto así que giro sobre mis talones pero algo frente a mí me intercepta. Levanto la mirada para dar con esos ojos rojos de mis sueños. Abro la boca para proferir un grito pero su gélida palma me la cubre rápidamente; la punta de mi lengua alcanza a lamer un poco de esta antes de morderme yo misma. Me enreda con fuerza en sus brazos y arrastra hasta más allá del callejón en un santiamén.