#El acantilado.

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Creo que debemos irnos - dice el doctor Cullen reincorporándose. Es increíble cómo siendo vampiros, actuaban como verdaderos humanos. Respiraban, tenían "ticks"  y no se quedaban quietos. Años de experiencia, había dicho el mayor con una sonrisa mientras me hablaba de él. Era simplemente admirable - Deberías de pasar un día de estos por nuestras tierras - la mandíbula se me cayó hasta el suelo - ¿E...es enserio? - Que no se suponía que lobos y vampiros eran enemigos ancestrales - Claro... tu eres... diferente - hablo el de voz seductora.

¿Diferente? ¿En qué o qué? Danieel pareció removerse en su lugar bastante incómodo. ¿El también tenía problemas con los Cullen? - Tratare - asentí con firmeza. Por alguna extraña razón me picaba la curiosidad. Y quien quitaba conocía a la dichosa Isabella "La Masoquista". Pero bueno, con ese vampiro quien no quisiese ser masoquista - Un placer volverle a verle Carlisle, Edward - los acompañamos hasta la salida. ¡Oh no! Jacob está de pie, enorme con cola y rabo gruñendo, como siempre de mal humor.

Jacob - murmura el vampiro rival lleno de tranquilidad. El perro gigante le muestra los colmillos echándose hacia adelante - Por favor, no queremos discutir - Carlisle le sigue con voz apaciguadora que hasta la bestia más salvaje aplacaría. Los omoplatos pierden altura y parese encorvarse pero sin dejar de mostrar los colmillos - Chucho mal educado - mustio por lo bajo pero es imposible que nadie me escuche. El perro me mira enfurruñado, aunque eso ya no es novedad, a diferencia del chupasangre que comienza a reír ahogadamente.

Nos vemos Mia - y dicho esto lo único visible fueron unas siluetas distoricionadas correr entre los árboles. El perro volvió a gruñir - ¡Quisieras callarte ya! - Le grite ofuscada pasando a su lado - ¿A dónde vas? - Interrumpió Danieel - A la playa... necesito un lugar donde no allá gruñidos - mustie para volver a caminar.

En los cuatro días que llevaba había estado por lo menos dos veces en la playa "La Push" de la reserva. No era la más linda del mundo, mucho menos considerando el clima de todos los días y que el agua estaba lo que le seguía de helada, pero al menos el aire era fresco y era un lugar sumamente tranquilo. Seth me había mostrado el camino correcto para llegar a las rocas más altas, el acantilado; con la condición de no rebelarle a ninguno de los chicos, pues según él se pondrían como locos y lo asesinarían.

El camino, no era muy difícil de encontrar, solo tenías que seguir un pequeño caminito lleno de piedras grises, seguir el paisaje casi seco y escalofriante, no tenía pierde. Pronto estuve en el. Camine hasta la orilla y eche un vistazo, demasiada altura. Me senté a la orilla, dejando mis pies volar. ¿Qué pasaría si alguien saltara de aquí? ¿Viviría para contarlo? No tenía idea, ni me interesaba comprobarlo. Suspire, cuando me fuese, no tendría que preocuparme más por esto.

Deja eso Seth, sé que estás ahí - alce la voz para que lograra escucharme - Tu buen oído comienza a molestarme - me gire. Estaba por lo menos a seis metros de mi - No es mi culpa - negué con una sonrisa - Sí que entiendes indicaciones - susurro ya estando sentado junto a mí, admirando el panorama - Si tú lo dices - suspire.

Veo que te agradan los vampiros - proseguí evitando el incómodo silencio que se avecinaba - Son buenas... criaturas - hablo con una sonrisa divertida - No los conozco, pero por lo poco que eh visto, diría que... me agradan - dije cogiendo los hombros - Y más Edward ¿No es así? - mi cuello giro rápidamente hacia el ¿Qué? Fruncí el entrecejo - Es guapo lo admito, pero no es mi tipo, ni la "clase" que busco - sonreí.

Entiendo - asintió sin más - ¿Cómo es que la tal Isabella termino enredada con un vampiro? Aun no puedo entenderlo, no lo supero - negué sacudiendo la cabeza repetidas veces - Bien dicen que lo prohibido es lo que más atrae - le restó importancia el coreano sin mirarme.

Nos quedamos un buen rato así, en un silencio para nada incomodo; observando las olas chocar contra el acantilado y las rocas grisáceas. Era increíble, una playa en el segundo lugar más frio del mundo y el primero en lluvias incesantes ¡Wow! Nunca me lo hubiera imaginado, pero bueno, nunca me hubiese imaginado nada de lo que ahora estaba pasando - ¿Qué crees que pasaría si alguien salta de aquí? - sí, la curiosidad me había ganado. Seth abrió mucho los ojos - Ni se te ocurra hacerlo - espeto poniéndose de pie; me ofreció su mano y me jalo hacia él - ¿Por qué? ¿Tan malo es saltar de aquí?

Morirías - una áspera y ronca voz me hizo volverme rápidamente. Jacob se aproximaba entre los árboles, me sorprendió verle en su forma humana, con un short de mezclilla, unos tenis negros y una playera gris sin mangas. ¿Había llegado caminando? - ¿Ah, sí? No parece mucha altura y bueno saltando en el ángulo perfecto y sabiendo nadar - conforme hablaba caminaba un paso más cerca del precipicio - No creo que eso suceda - negué echando un vistazo. Aunque tal vez... mi pie resbalo repentinamente.

El frio me paralizo y juraría que deje de respirar cuando un amarre fornido se formó en mi estómago. El torniquete en mi estómago me giro rápidamente hacia él, me aferre con las yemas de los dedos totalmente mareada y sin fuerza - ¡No vuelvas a hacer eso nunca más! ¿Entiendes?

Los brazos de Seth me agitaron con fuerza como llamándome a la vida. Trate de hablar pero la boca me estaba seca ¿Cuándo se había vuelto tan fornido el cachorro? ¿Por qué su tono de voz era de regaño? ¿Qué acaso no estaba asustado? Mis ojos divagaron en busca de fijar la vista en algo, finalmente mi mirada dio con una silueta a escasos centímetros, ¡Seth! ¿Qué hacia allá? Entonces ¿Quién acababa de salvarme la vida? Me pregunte antes de caer desmayada. 

¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora