¡Pero cuanta tención hay aquí! - La voz armoniosa y chillante de la vampira escuálida interrumpió. Sus pasos de bailarina llegaron hasta el centro de la habitación. Edward para entonces estaba al otro extremo del lugar. Me había dejado algo atontada - Humm, aun huele a sangre - su nariz olfateo profundamente y entonces reaccione, la sangre, me apreté el brazo - Alice - le reprendió su hermano. La duende sonrió anchamente. Tenía un par de colmillos de ensueño - Tranquilo, algo me dice que Mia y yo, seremos grandes amigas - y entonces, me volvió en un abrazo caluroso.
No sabía cómo reaccionar así que solo asentí medio correspondiéndole - ¿Te importa que la robe tantito? - Pedí auxilio a los ojos de Edward, quien dubitativo respondió - Regrésala en cuanto Carlisle termine los estudios - la chica de cabellos puntiagudos apuntando hacia el cielo me tomo con su fría mano y me arrastro hacia la planta alta subiendo de dos en dos los escalones. Llegamos a un cuarto con una gama de color morado le decoraba. No había más que una cama matrimonial, una mesita de noche y dos enormes puertas al girar a la izquierda.
Este es mi cuarto - wow, como si no fuera obvio - Es... lindo, aunque... la cama - ¿No dormían en sarcófagos? - ¡Ignora la cama! Venga, vallamos al armario ¿Te gusta salir de compras? - Pregunto mientras me arrastraba una vez más - No mucho - negué y entonces ella abrió una de las puertas ¡Oh Dios! Por poco y me caigo de espaldas. Vestidos, pantalones, camisas, abrigos y zapatos por doquier. ¡Diablos! Esta chica sí que estaba loca. ¡Guardaba una tienda departamental en su armario! ¡Ni siquiera la reina de Inglaterra tenía tanta ropa! - ¡Wow! - Fue lo único que logre decir.
Para entonces la chica corrió dentro del armario con una fluidez increíble, simplemente de una bailarina profesional, apenas y se lograba distinguir su pequeña silueta papalotear entre los diferentes estantes de ropa. Finalmente había terminado su eterno buscar, llevo las cosas sobre la cama y me obligo a seguirle.
Tal vez esto te sirva, no eres mucho más alta que yo así que... - si bueno, gracias por los halagos - Espera... ¿De qué hablas? - fruncí el entrecejo - Que esta ropa es para ti, o hay más, puedes escoger la que quieras, ¡Anda! - Me animo con esa sonrisa tan despampanante - Pero yo... no puedo pagarte - valla, había pasado de ser rica a pobre en un día - Es un regalo - ¿Enserio no estaba delirando? - Gracias Alice... - sonreí, tenía un humor tan sociable, que era imposible no corresponderle.
...
¿Y qué te parece este? El vestido es de Chanel, de una tela finísima - parloteo haciéndome reír una vez más - Alice ¿Para qué me serviría un vestido en estos momentos? - Ella se encogió de hombros - ¿Tal vez para mostrar tus peludas piernas? - ambas estallamos en carcajadas. Era increíble como en tan solo 15 minutos estábamos riendo de cualquier tontería como verdaderas amigas.
Y entonces, algo completamente extraño ocurrió Alice dejo de reír y su rostro de porcelana se llenó de pavor, así como sus ojos que corrían de un lado a otro, desesperados - Alice ¿Estas bien? - me acerque hasta ella, se veía horrorizada y entonces se echó hacia atrás negando, evitándome - No, no logro ver nada - balbuceo entre dientes, como maldiciéndose. Gire sobre mis talones, contrariada ¿De qué diablos hablaba? Cuando estaba por intentar tomarle de los brazos Edward cruzo la puerta con el rostro turbio.
Alice ¿Qué es lo que ves? - Le urgió apartándome sin mucho cuidado que digamos - Son ellos, están aquí Edward - parpadeo sus intensos ojos color ámbar con rapidez volviéndolos a la realidad, al presente. ¿Ellos? ¿Quiénes? Un rugido, el rugido de mi hermano resonó desde la planta baja. Corrí al ventanal, Carlisle luchaba por hacerlo marchar ¿Qué diablos pasaba?
El de cabello cobrizo me miró fijamente seguido de la pequeña - Alice, quédate con ella, cúbrela - gruño a su hermana y desapareció en un parpadear - Ven conmigo - tomo la ropa tirada y halándome suavemente entramos en el armario, ella cerró la puerta a nuestras espaldas - ¡¿Qué es lo que sucede?! - Cuestione con la frente fruncida - ¿A dónde ha ido Danieel? ¿Quiénes son ellos? - me desahogue.
Los Vulturi - ¿Los que? Sus manos se movieron rápidamente entre las ropas - ¿Quién? - Volví a preguntar - Oye, tan solo quédate quieta, te olfatearan. Ahora vuelvo y no salgas de aquí ¿Entendido? - apago las luces y sus pasos desaparecieron prontamente. ¿Por qué sentía que algo iba mal allá abajo? Todo estaba en un silencio sepulcral y los aullidos de mi hermano habían desaparecido por completo.
Salí del armario no sin antes verificar que nadie estaba cerca. Mientras me acercaba al pasillo el volumen de voces comenzaba a subir. Me incline sobre el barandal de las escaleras. La familia Cullen completa estaba justo en la puerta, y fuera de estas tres sombras obscuras camuflajeadas por una más alta. Parecían estar discutiendo. La sombra más pequeña se movió hacia adelante, abriéndose paso entre los dueños mientras se despojaba de la capucha dejando libre una melena perfectamente rubia atada en un moño alto. Su caminar era lento y pausado, sus ojos examinaban el lugar con perfeccionismo. Era delgada y al parecer la única chica del grupo, tendría 16 a lo mucho y 14 a los poco. Era una niña, convertida en vampiro.
¿Bella no está aquí? ¿O si Edward? - Pregunto otro, escuálido y de cabellos rebeldes - No por el momento Dimitri - respondió ahora Carlisle a lo que el otro hizo un mohín - Eso quiere decir que aún es... Humana - la rubia dibujo una media sonrisa cínica, déspota, ordinaria y simplona que me causo nauseas - Se eligió el día - susurro Alice junto a Edward - Y esperamos así sea, o de lo contrario...
Dejo la frase al aire, inconclusa. Miro hacia todos lados como si estuviera buscando - Ese olor - susurro. Trate de no hiperventilar, me había descubierto, ¡Me estaba olfateando! Contuve la respiración mientras me echaba para atrás con cuidado. Los otros tres también agudizaron su nariz y entonces uno giro con velocidad su cabeza hacia arriba; sus ojos rojos como la sangre se toparon con los míos por una milésima de segundo y entonces todo el cuerpo me flaqueo. Mi espalda golpeo contra la pared haciendo un sonido hueco, haciéndome reaccionar.
Tarde solo dos segundos en volver a la recamara de Alice y otros dos en estar justo al filo del enorme ventanal - Vamos Mia - me anime, gruñidos se hicieron presente detrás de las puertas de la habitación. Cerré los ojos tome impulso y salte. Sentí el piso y entonces caí de rodillas. Au. Escuche un "corre" dentro de mi cabeza y sin dudarlo eche a correr lo más rápido que pude entre los árboles. Todo se veía borroso a mis lados y casi podía jurar que las casacas negras estaban corriendo en mi búsqueda.
El río apareció metros adelante y entonces dos manchas obscuras me hicieron flanco por derecha e izquierda "Tienes que brincar Mia" otra vez esa voz en mi cabeza me daba órdenes sin que yo las pidiera. ¿Pero cómo diablos iba a brincar semejante altura? "Flexiona las piernas y brinca no tienes mucho tiempo" ¡Aguarden! Esa voz. Ambos lobos saltaron sin complicación alguna, ahora iba yo.
Tome impulso, uno, dos, tres rocas y salte. Dios esto era una gran altura, mis brazos se movieron de arriba abajo impulsivamente, como dándome equilibrio a mí misma y entonces descendí pataleando. ¡Oh mierda! No lo lograría. "¡Mia!" Dios no. Caí, rodé y entonces mi cabeza golpeo contra algo sólido antes de que mi cuerpo fuera atajado por algo felpudo y cálido. La vista se me volvió borrosa y entonces perdí la conciencia.
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¿Licantropo, Híbrida o Vampira? ✔✔ [Terminada]
FanfictionMia es una chica común y corriente, o al menos eso cree hasta que se ve envuelta en un mundo sobre natural. Un mundo de cuento de terror, rodeada de lobos y vampiros, siendo ella el blanco principal. _________________________________________________...