Capítulo 18

2.9K 289 7
                                    

Caminaba lo más rápido posible hacia la parada de autobús más cercana, luchaba por contener sus lágrimas pero estas solo caían sin cesar por sus mejillas empañando su vista, le dolía el pecho, no podía casi respirar, sentía miles de espinas atravesando su corazón, su hijo lo miraba como esperando una explicación y sin embargo él no podía mirarlo de vuelta.

Mathías dormía sobre su pecho mientras él apoyaba su cabeza en la ventana del autobús y los recuerdos le carcomían por dentro.

"Significa que me gustas mucho Erick- dice tomando las manos del ojiverde -y me gustaría que esto funcionara".

No era cierto, nunca lo tomó en serio, siempre le dijo mentiras, siempre le vio la cara de idiota, fue solo su juguete, su pasatiempo.

"-Puedes quedarte y desayunar aquí para que no llegues atrasado.

-Te agradezco Erick, pero debo llegar a mi casa- contesta mientras se coloca los zapatos.

-¿Por qué?, en serio por mi no hay problema.

-Solo... debo ir- dice parándose a su lado".

¿Cómo fue tan imbécil de no notarlo? era obvio, Joel nunca lo llevó a su casa, nunca hizo comentarios sobre su familia, nunca lo involucró en su contexto como sí lo había hecho Erick con él, y su pecho volvió a hundirse al darse cuenta de lo estúpido que fue. Le dolía, le dolía por él, porque en verdad se había enamorado, y también le dolía por su hijo, ¿con qué cara iba a decirle que no volvería a ver a Joel? ¿cómo carajos iba a explicarle lo que pasó? 

Bajó del bus en la parada cerca a la cafetería, y pasó frente a esta con rumbo a su departamento ignorando la cara conocida que se encontraba en la puerta cerrando el local.

-¿Erick?- Escuchó la voz de su compañero -¡Erick!-

Pero no se detuvo, ni volteó a mirar, siguió caminando a paso veloz queriendo por fin encerrarse en su casa y echarse a morir al menos por esa noche.

-¿Erick qué te sucede?- preguntaba el moreno caminado detrás de él.

Se paró frente a la puerta de su casa y metió la llave en la cerradura girando el pomo, cuando Richard quiso entrar tras él cerró la puerta de golpe impidiéndoselo. Podía escuchar a su compañero gritando su nombre fuera de la casa pero no estaba dispuesto a abrir, no quería que nadie llegase a joderlo más de lo que ya estaba.

Subió las escaleras y dejó a su pequeño hijo en la cama, bajó a la cocina y maldijo al no encontrar una sola botella de licor en su nevera, una amarga risa salió de su garganta al recordar que no toma desde que nació Mathías.

Richard desde afuera veía todo silencioso y tranquilo y decidió irse a su casa al ver que Erick no le abriría, pero el fuerte ruido de cristales quebrándose lo sobresaltó, de repente podía escuchar a Erick maldecir una y otra vez en voz alta y entrecortada.

Golpeó la puerta más fuerte llamando al ojiverde pero solo se escuchaban más cosas rompiéndose, entonces decidido, se armó con lo que pudo para derribar la puerta encontrándose una perturbadora imagen ante sus ojos. Vidrios esparcidos en todo el piso, adornos hecho trizas, porta retratos destrozados, repisas completas volcadas y a Erick con rastro de sangre en sus manos.

Corrió a su lado y lo pegó fuertemente a su pecho, entonces pudo ver el dolor reflejado en su rostro, sus ojos hinchados y húmedos, sus cejas y nariz ruborizadas por el llanto y su labio inferior tembloroso. Sintió cómo se removía bajo su tacto mientras sorbía su nariz y más lágrimas brotaban de sus ojos.

-¿Qué sucedió Erick?- preguntó suavemente el moreno.

-Es un hijo de puta.

-¿Quién?

-Él, él es un hijo de puta.


_____________________________________

Tardé más de lo previsto pero aquí está.

Les quiere:

Lia.

Help Me Doc || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora