Help Me Doc || Joerick

Epílogo

Tiempo después...

Aquella fue por mucho la mejor navidad para todos. Ahí estaban los tres en su nueva casa. Era muy diferente a lo que Erick y Mathías estaban acostumbrados por lo grande que era, pero a pesar de ello una cosa tenían claro todos, era su hogar, y el calor de familia que allí se sentía llenaba cada rincón de aquella casa.

Ver a Mathi jugando con las luces y guirnaldas navideñas junto a Joel era algo que Erick había soñado alguna vez, y no podía creer cuán aforunado es por poder verlo con sus propios ojos.

Está seguro de una cosa, Joel es un niño más al lado de su hijo. Si le hubieran dicho lo inmaduro que podía llegar a ser se lo habría pensado mejor, aunque al final terminara aceptándolo de todos modos. Así es el amor.

La pequeña Abby los vista por cortos períodos de tiempo ya que vive con su padre en otra ciudad, pero Mathi es feliz cuando la tiene cerca. Erick no tiene mucho contacto con Christopher, pero agradece que les permita pasar tiempo con la niña.

Es muy agradable, sus rizos castaños son adorables al igual que sus ojos miel con largas pestañas. Erick la quiere mucho.

Joel y Mathi están muy concentrados tratando de colocar la estrella en lo más alto del árbol y el reguero que han dejado en la sala no tiene comparación. Erick intenta levantarse del sillón para ir por la escoba pero cada vez es más difícil hacerlo, su panzita ya está muy grande y pesada.

-¿Amor qué intentas hacer?- pregunta el rizado al notarlo.

-Alguien tiene que arreglar este desorden- responde señalando las cosas tiradas.

-Deja así, Mathi y yo lo haremos ¿verdad peque?

-Sí papi- contesta el niño mirando a Joel.

El ojiverde quiere reir pero una expresión de dolor en su rostro hace que Joel llegue hasta su lado.

-¿Qué sucede?- pregunta sentándolo de nuevo en el sillón.

-Me duele Joel, ¡ahh! bastante.

-¿Dónde duele bebé?

-Aquí- indica colocando su mano en el bajo vientre mientras sigue quejándose.

-Mathi, rápido ve por la pañalera.

Joel toma a Erick en brazos y lo lleva hasta su auto en lo que Mathías regresa con el bolso del bebé. Le marca a Richard apenas arranca porque de seguro a Mathi no lo dejarán entrar y necesita que alguien se haga cargo de él.

El moreno es rápido y cuando llegan ya los está esperando. Se encarga del niño inmediantamente mientras el rizado ingresa con Erick.

No es la primera vez que Joel está en esta situación, pero sus nervios son igual de intensos que la primera vez. Ve como el ojiverde desaparece en una camilla y solo espera muy impacientemente.

Camina de un lado para otro intentando calmarse no sabe por cuanto tiempo, hasta que por fín escucha el llanto que tanto deseaba oír y que le indica que su bebé ya es bienvenido al mundo.

Después de esperar un poco más lo hacen pasar a la habitación donde se encuentra Erick con su hijo en brazos. Siente su pecho incharse y pequeñas lágrimitas de felicidad se arrastran por sus mejillas cuando lo carga.

Es hermoso, se le parece mucho a Erick, aunque para Erick se parece mucho más a Joel. Acaricia suavemente sus mejillas y sonríe como tonto cuando ve a su bebé apretarle el dedo con sus manitas.

Erick observa desde su lugar la escena tratando de grabar en su memoria cada detalle, cada gesto, cada sonrisa, cada lágrima, no puede estar más feliz.

Los días pasan a su propio ritmo trayendo nuevas responsabilidades, experiencias, alegrías, tristezas y discusiones que ambos prefieren solucionar en la cama como ya es costumbre.

Al parecer sí era necesario una casa grande después de todo, principalmente en épocas de vacaciones como las que disfrutaron hace poco. Joel abraza a Erick quien carga al pequeño Derek, frente a ellos Mathías y Abby sonríen ampliamente mientras acarician a sus perritos Tato y Cloy. Era de esperarse que ese momento tan especial quedara registrado.

Esa es la foto favorita de la familia, la que reposa en la mesita de noche junto a la cama de los esposos.

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Gracias infinitas por el apoyo brindado a todos las/os lectores de esta fic, ojalá podamos leernos en una próxima ocasión.

Les quiere:
Lia. ❤