Capítulo 12

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—Despertó.

Lentamente Suni abrió los ojos al escuchar una voz dulce y conocida, se sentía agotada, como si hubiera corrido en una maratón, estaba débil y todo a su alrededor giraba, con brazos sobre ella y voces que no lograba distinguir lo que decían.

Pero pudo ver claramente a MinKi recibiéndola con una sonrisa cálida, acariciando su mejilla y moviendo el flequillo de su frente con tanto cuidado que pensó que podría romperse en un momento.

—¿Sabes cuál es tu nombre? —Preguntó el médico.

—Suni —Respondió volviendo a cerrar los ojos.

—¿Cuántos años tienes, Suni?

—Nueve.

—Bien —MinKi suspiró aliviado al ver los signos vitales de la menor estabilizándose en el monitor, le acomodó la mascarilla en la nariz y esperó a que volviese a abrir los ojos, seguramente tenía un millón de preguntas que hacerle.

—¿Qué me pasó?

—Te desmayaste —Contestó MinKi —No puedes quitarte la mascarilla, si necesitas levantarte debes avisar primero, el timbre está junto a la cama.

—Es molesta —Arrugó la nariz e intentó sentarse pero no tenía fuerza en sus brazos, cuando iba a caer sobre el colchón MinKi rápidamente la ayudó, colocándole un cojín atrás.

—Lo sé —Dijo en voz baja, Suni miraba con atención cada uno de sus movimientos —Pero es esencial que la ocupes.

Los paramédicos seguían en sus tareas, tomándole la temperatura a la menor y volviendo a ajustar el oxígeno que se le debía administrar por indicación médica de MinKi.

—¿Necesitas algo? —Preguntó el castaño mirándola a los ojos.

—Quiero que se vayan —Logró decir.

MinKi asintió con la cabeza y les hizo una seña a los paramédicos para que salieran, él tomó la ficha clínica y se dio la media vuelta pero una pequeña mano que afirmó su bata no lo dejó avanzar.

—No, usted no —Habló con los ojos cerrados sujetando la bata de MinKi con la poca fuerza que tenía —No se vaya por favor.

No es que hubiesen hablado, Suni se quedó profundamente dormida y MinKi se quedó a su lado, sentado en el borde de la cama, mirando sus facciones y lo relajado que estaba su rostro, en un momento la menor movió su mano, como si estuviese buscando algo para tomar, o más bien, a alguien y encontró la mano de MinKi, rodeó los dedos con los suyos y su respiración se volvió más pausada.

Golpearon la puerta y entró DoYeon, MinKi le hizo una seña para que no hiciera ruido así que el pelinegro se acercó con cautela.

—Está durmiendo desde la mañana —Habló MinKi volviendo la atención a la pequeña que aún no soltaba su mano.

DoYeon se agachó y miró las manos unidas, levantó sus cejas y su mirada se cruzó con la de MinKi.

—El doctor JiHoon te ha estado buscando —Comentó DoYeon en voz baja.

—No quiero dejarla sola.

—Me quedaré aquí.

—Bien —Se levantó y Suni se quejó mientras dormía, afirmó su mano impidiendo que la soltara.

—No —Musitó la pequeña.

—Suni —DoYeon tomó su mano libre y MinKi pudo alejarse, a pesar de que no quería hacerlo —Estoy a tu lado.

Llevaba tiempo trabajando como doctor, conocía la vida de cada uno de los niños de la fundación, sus problemas y preocupaciones, Suni no era la primera niña que iba por un orfanato pero había algo especial en ella.

No solo era su comportamiento a la defensiva.

MinKi quería protegerla a pesar de que la menor lo rechazara y cuando tomó su mano...

Sintió que su vida estaba completa.

Que no podía soltarla, quería sujetarla con fuerza y quedarse a su lado.

—Papá —Llegó al mesón de la entrada donde estaba JiHoon con unos papeles en sus manos, parecía afligido —¿Ocurrió algo?

—Vino la directora del orfanato de Suni —Comunicó JiHoon y el corazón se MinKi se paralizó esperando lo peor —Quieren llevársela.

—No pueden hacerlo —Dijo negando con la cabeza.

—Sabes que aquí no pedimos mucho dinero pero no están dispuestos a pagarlo —JiHoon entró a su oficina seguido por MinKi.

SeungCheol estaba dentro, sentado en el escritorio, girando en la silla pero al ver a su esposo inmediatamente se detuvo.

—SeungCheol habló con la mujer para llegar a un acuerdo y se negó rotundamente —Agregó el castaño —Incluso hablamos de ofrecerle el tratamiento gratis, nos haríamos cargo de los gastos pero no quisieron.

—Si sale de aquí morirá —Su corazón se apretó.

—Lamentablemente Suni está a su cargo —Habló SeungCheol mirando a su hijo —Y es quien decide sobre ella por más horrible que se escuche.

—No es justo —Exclamó MinKi —¿Sacarla de aquí para matarla? ¿Acaso está loca? ¿Y ustedes no harán nada, no haremos nada?

—Tranquilo —JiHoon sonrió ligeramente —Para que logre sacarla de aquí debe firmar muchos papeles, haciéndose responsable del estado de Suni, tardará un poco y nosotros nos encargaremos de retrasarlo, debe hacerse exámenes pero lo importante es que en ese período de tiempo Suni pueda ir a la quimioterapia.

—¿Cuánto tiempo tenemos?

—Máximo dos semanas para que acepte, si comenzamos no podrá llevársela, deberá quedarse hasta terminarla —Respondió SeungCheol.

—Hasta antes de navidad —Dijo JiHoon.

—Bien —MinKi soltó un suspiro —Haré lo posible para convencerla.

—Lo mejor es que el doctor Kwon se haga cargo de ella.

—¿Qué?

—Estas a nada de casarte, debes preocuparte de la boda y de la luna de miel —Explicó SeungCheol con tranquilidad —DoYeon nos comentó que has estado un poco distraído y quizás sea la carga de trabajo, no queremos que te estreses.

—Quítenme a los demás pacientes pero no a Suni.

—MinKi —Regañó JiHoon con voz suave.

—Por favor.

SeungCheol y JiHoon se miraron —Está bien, pero no descuides tus planes con DoYeon.

—No lo he hecho —Las miradas acusadoras de sus padres lo dejaron sin salida —He estado estudiando el caso de Suni, revisando sus exámenes y viendo como su cuerpo va evolucionando con el único tratamiento que sigue hasta el momento farmacológico y puede que haya descuidado un poco a DoYeon pero ha sido sin querer.

—Entendemos que Suni te preocupe, te ves reflejado en ella —Habló SeungCheol.

—No es un reflejo mío —Corrigió el menor —No me veo en ella, Suni ha tenido una vida mucho más difícil que la que yo tuve en un momento, no podría compararnos, ella está sola, yo los tenia a ustedes.

—Seguirás a su cuidado.

—Gracias —Se acercó a la puerta y se volteó un segundo para mirar a sus padres, los cuales estaban juntos, JiHoon se había sentado en las piernas del pelinegro y éste rodeaba su cintura con ambos brazos —Iré a verla.

—Bonito —Apenas cerró la puerta DoYeon apareció y MinKi lo tomó de la corbata para acercarlo bruscamente hacia él.

—Nosotros debemos hablar.

JiCheol ♡ Amorterapia III: Merry Christmas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora