Capítulo 36

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Ocho meses después.

Suni escondió bajo el gorro de lana el poco de cabello que le había crecido y colocó el móvil frente a ella, aceptó la llamada y sonrió apenas vio a JiHoon junto a SeungCheol.

—Hola abuelitos —Saludó la pequeña agitando su mano.

—Hola princesa —Habló JiHoon, por detrás, SeungCheol apoyó el mentón en su hombro y movió su mano saludándola.

—¿Cómo has estado? —Preguntó el pelinegro.

—Bien —Respondió ella con alegría —Mis papis me dijeron que si los últimos exámenes salen bien podríamos irnos a casa pero no sé cuándo pasará eso.

Suni estuvo durante ocho meses bajo observación, no había tenido una cirugía, solo la quimioterapia la ayudó, por lo mismo debían ser más cuidadosos con los exámenes de rutina y para poder prevenir alguna complicación la mantuvieron en la fundación hasta asegurarse de que podría dejar el lugar y comenzar su nueva vida.

A ella no le molestó, todo lo contrario, se sentía mejor cada día y ver como su cabello lentamente iba creciendo le daba ánimo.

Quería llegar a tenerlo tan largo como Rapunzel.

Toda esa semana MinKi y DoYeon enloquecieron con la llegada de su hija a casa, querían que se sintiera cómoda, resguardada y protegida por ellos.

Hasta que ese día finalmente llegó y Suni después de mucho tiempo se miró frente a un espejo, con el poco cabello que tenía se hizo dos colitas y tomó a Bella entre sus brazos para ir a despedirse de todos los niños que había conocido allí y también de los trabajadores.

Durante el camino sus papás iban en los asientos delanteros del vehículo mientras ella miraba por la ventanilla la linda calle a la que habían entrado, llena de árboles y flores aumentando su emoción porque sí, se sentía como una princesa que había sido rescatada.

Pero no rescatada precisamente de la fundación sino del orfanato donde se crió.

Con una pequeña maleta en sus manos ingresó a su nueva habitación decorada con sus colores favoritos; celeste y blanco, con delicados toques amarillos.

—Esto es muy grande para nosotras —Susurró Suni hablándole a su muñeca. Era extraño no estar en el orfanato y saber que no volvería a él, no ver más camas y ropa tirada en el suelo.

No escuchar los regaños de las cuidadoras en los otros cuartos o en el pasillo.

La imagen de su antigua habitación pasó por su mente, ese pequeño rincón donde tenía una cama con una manta color café, un cajón de frutas que estaba a un lado donde guardaba su ropa y donde a veces intentaba esconder comida, la cual nunca alcanzaba a comer porque los demás niños la sacaban.

Las viejas y rotas sábanas donde solía derramar lágrimas hasta quedarse dormida por no haber sido elegida por las familias que iban a visitarlos.

Se acercó a la mesita de noche donde había una fotografía de ella junto a MinKi y DoYeon, había sido tomada en la fundación cuando aún utilizaba la mascarilla, estaba con una enorme sonrisa a pesar de mostrar cansancio en sus ojos.

Los tenía a ellos.

Siempre los tuvo a ellos.

Y ahora iban a estar presentes por el resto de su vida.

Se dio la media vuelta y los vio en el marco de la puerta, mirándola con atención, esperando sus primeras palabras, sus mejillas se encendieron y se giró levantando a Bella.

—¿Te ha gustado a ti? —Le preguntó en voz baja —A mí sí, mucho, todo es muy lindo, como lo vimos en las revistas, ¿Lo recuerdas? Y me siento cómoda y feliz, quiero correr a abrazarlos, ¿Piensas que se enojarán si lo hago?

Dejó a la muñeca sobre la cama y se giró hacia sus papás, juntó las manos frente a ella y apretó los labios, estaba nerviosa, o más bien, ansiosa de todo lo que estaba por venir.

Su corazón latía desenfrenado ante la expectativa de comenzar a vivir, recién comenzar a vivir a sus nueve años.

Corrió hacia los mayores quienes se agacharon para recibirla entre sus brazos, besó la mejilla de cada uno y los miró a los ojos, esbozó una tímida pero cálida sonrisa al tomar sus manos.

—Gracias.

Esa palabra lo resumía todo.

JiCheol ♡ Amorterapia III: Merry Christmas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora