Capítulo 25

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MinKi y DoYeon firmaron los papeles para la compra de una cómoda propiedad que volverían su hogar, no era grande pero tampoco muy pequeña, perfecta para ellos, una pareja de recién casados, llenos de sueños y propósitos que cumplirían juntos.

Se tomaron un día libre para decorarla, comprar lo básico para comenzar a vivir juntos y dejar el incómodo colchón en el suelo, los dos aportaron dinero, debía haber igualdad en los gastos y todo estaba ordenado para que así fuera.

Comenzaron eligiendo la vajilla, al dejar la caja en el carrito MinKi sacó dos tazas con los dibujos de animales y las colocó a los costados de sus mejillas enseñándolas a DoYeon quien con una sonrisa aceptó llevarlas para utilizarlas en el desayuno.

Compraron cepillos de dientes, vasos, alfombras, luces, almohadas de corazones que con las mejillas sonrojadas DoYeon apuntó con su dedo índice.

Llegaron al pasillo seis y MinKi tomó un adorable suéter pequeño que llamó su atención mientras que DoYeon se había agachado para ver los diferentes juguetes que estaban en la estantería.

Se levantó con un osito que le recordó a Mushu, se volteó buscando a MinKi para decirle pero quedó enternecido al verlo escogiendo ropa que hiciera juego con la diadema de flores que sostenía en una mano, se acercó a él y también comenzó a ver.

Se enseñaban las prendas que les gustaban sin decir nada pero con una sonrisa en sus labios, como si estuviesen buscando la apropiada para la hija que aún no tenían pero una personita rondaba en sus cabezas.

—¿Por qué estamos en este pasillo? —Preguntó MinKi con una sonrisa nerviosa, sabía que DoYeon quería adoptar y él también lo deseaba pero llevaban días de casados.

—Quizás es porque trabajamos con niños —Contestó DoYeon con nerviosismo.

—Sí.

—Me imagino a Suni usándolo —Comentó apuntando el kigurumi de unicornio que MinKi había tomado.

—Al principio lo detestaría pero luego lo amaría —Soltó una risita al imaginarlo.

—Y estaría con una sonrisa todo el tiempo, probablemente luego ni siquiera se lo quitaría.

—Se ve muy linda cuando sonríe —DoYeon se lo pidió, revisó las tallas y escogió el adecuado para la pequeña.

—Es muy tierna —Abrazó el kigurumi y vio el osito que llevaba DoYeon, le recordó a Mushu —Aunque quiera verse ruda, es un angelito.

—Podríamos comprarlo y llevárselo mañana.

—Con algunos juguetes —Caminaron hacia el carrito y dejaron el kigurumi y el oso para continuar mirando.

—Deberíamos decorarle la habitación, no me gusta mucho como está ahora.

—Sus paredes están con manchas de comida —Rió MinKi.

—Cuando disfrutaba lanzarla —Se unió a la risa del menor, mirando como sus ojos se achinaban adorablemente.

—¿Y si la pintamos? —Propuso MinKi.

—En el pasillo cuatro vi unos adhesivos muy lindos para las paredes y unas cortinas amarillas con estrellitas blancas.

—¿Deberíamos hacerle un reino?

—Para que se sienta como una princesa —Miles de ideas llegaron a su cabeza pero sobretodo la carita de Suni y lo feliz que estaría.

—Una con poderes mágicos —Agregó el castaño.

—Tengo muchas ideas en mente.

—Comencemos por los juguetes.

Estaban entusiasmados con transformar la habitación de Suni y no tardaron en organizar como lo harían para que fuese una sorpresa.

Era su primera compra como matrimonio y estaba llena de ropa y juguetes, además de las decoraciones para su habitación.

Esa misma tarde fueron a casa de la familia Choi.

SeungCheol sostuvo todo el tiempo una caja llena de juguetes que le pertenecían a su hijo, el cual continuaba subiendo y bajando por las escaleras llevando sus pertenencias al automóvil de DoYeon.

Se esperaba que llegara ese momento sólo que jamás imaginó que fuese tan difícil dejar ir a una de las personas más importante en su vida.

Para JiHoon tampoco era fácil pero lo enfrentaba de otra manera, sabía cómo habían criado a MinKi, los valores que le inculcaron y lo preparado que estaba para la vida.

Ahora debían dejar que volara.

Le dio un beso en la mejilla a su hijo después de abrazarlo y MinKi caminó por el césped hacia SeungCheol.

—No permitiré que te lleves esta caja —Dijo de inmediato el pelinegro —Ni siquiera si es para la fundación.

MinKi sonrió y sacó la grabadora que estaba sobre las pelotas de colores que hace años lo entretenían durante horas, apretó el botón y la acercó a sus labios.

—Hace años no grababa, hoy puedo decir que soy feliz y todo se lo debo a mis papás —Habló mirando directamente los ojos de SeungCheol viendo como estos se humedecían —A quienes amo profundamente y no me alcanzará la vida para agradecerles todo lo que han hecho por mí, después de tantos años llegó la hora de demostrarme que he madurado y que soy capaz de superar cada obstáculo pero estoy seguro que podré hacerlo, he tenido a los mejores profesores que me enseñaron a seguir luchando y nunca rendirme —Detuvo la grabación al borde de las lágrimas, no quería que su voz se quebrara y dejar ese recuerdo.

—Siempre vas a ser mi bebé, mi dulce y pequeño MinKi —Dejó la caja en el suelo y estrechó al menor entre sus brazos —Y las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para ti y para la nueva familia que estás formando.

—Te quiero papi —Dijo MinKi cerrando los ojos, SeungCheol deshizo el abrazo, besó su frente y volvió a abrazarlo, esta vez con más fuerza —Seguiremos viéndonos y seguiré viniendo a casa.

—¿Todos los días? —Preguntó y soltó una risita al ver la sonrisa de MinKi, amaba verlo así —Perdón por ser tan sobreprotector, sé que debo dejarte ir y también sé que lo harás bien, confío en ti y en la persona que estará acompañándote.

DoYeon estrechó la mano con SeungCheol y JiHoon, asegurándoles por milésima vez que cuidaría de su hijo.

Quizás era ilógico sentir tanta nostalgia al entrar al automóvil de DoYeon y ver a sus padres agitando la mano, despidiéndose en el jardín de la casa que lo acogió por tantos años, donde fue inmensamente feliz, esa casa era un paraíso y él podía comprobarlo.

—¿Bonito? —DoYeon tomó la mano de su esposo y MinKi se giró a verlo, sus ojos estaban llorosos pero no era de tristeza, no le estaba diciendo adiós a la casa, mucho menos a sus padres, volvería y a ellos los seguiría amando para siempre —¿Todo bien?

—Sí —Dio un suave apretón a la mano de DoYeon —Vamos a casa.

JiCheol ♡ Amorterapia III: Merry Christmas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora