Capítulo 22

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El cuerpo de MinKi cayó sobre la cama de DoYeon y éste se subió encima, besándolo con pasión, sus labios fueron descendiendo hacia su mentón y cuello mientras se tocaban por encima de la ropa, MinKi levantó la camisa del azabache y logró sacarla tirándola en algún lugar de la habitación.

—Te amo —Susurró DoYeon mordiendo el lóbulo de la oreja de su esposo, sintiendo como el menor se removía y estremecía bajo su cuerpo —Te amo.

—Nunca me cansaré de escucharlo —MinKi mantenía sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos, tocando y arañando la espalda ancha de DoYeon, envolviendo su cintura con las piernas. Besó su hombro desnudo y el mayor sujetó su cadera con fuerzas, chocando sus entrepiernas erectas logrando que un suave quejido se escapara de su boca.

—Te amo MinKi —Colocó los brazos a los costados de la cabeza del menor y lo miró, tenía los labios hinchados, sus mejillas coloradas y el cabello desordenado, era el desastre más hermoso y perfecto que podía existir —Te amo como nunca pensé que podría llegar a amar a alguien.

El castaño tomó la corbata del mayor inclinándolo hacia él —¿Me desvestirás o lo hago yo?

—Qué manera de acabar con mi romanticismo —Sonrió en medio del beso.

—Podrías decírmelo al oído mientras hacemos el amor.

—Me parece una buena idea.

MinKi parecía ansioso, DoYeon podía notarlo en sus movimientos rápidos y torpes, se quitó la camisa haciendo volar los botones y gruñó al no poder quitarle el pantalón junto a la ropa interior.

—Déjame disfrutarlo —DoYeon tomó las manos del menor antes de que llegaran al borde de su pantalón, dejó un camino de húmedos besos por el torso de MinKi, deteniéndose en algunas de sus cicatrices, unos dedos se enredaron en su cabello y MinKi cerró los ojos al sentir una suave pero caliente respiración sobre su miembro —Tenemos toda la noche.

—¿Piensas tenerme toda la noche despierto? —Preguntó con una sonrisa.

—Claro que sí —Se posicionó entre las delgadas piernas de MinKi y levantó una a su cadera —Podrás levantarte sólo para comer algo y recuperar energías.

—Eres un tonto —Se movió frotándose en la entrepierna de DoYeon, gimiendo en su oído, pidiéndole que le hiciera el amor.

Y así fue.

Fue una noche asombrosa, en sus cuerpos quedaron tatuados los besos del otro, se fundieron en el placer y en el amor, repitiendo sus nombres en cada gemido hasta desgarrar sus gargantas, reconocieron cada curva y cada toque que transmitía mucho más de lo que ellos mismos podían creer.

A la mañana siguiente MinKi despertó debido a unas caricias en su mejilla, mantenía una de sus manos en un pecho que reconoció sin necesidad de abrir los ojos, DoYeon levantó su mentón con cuidado y besó sus labios logrando que abriera los ojos.

Estaban enredados entre las sábanas, su ropa estaba desordenada en el suelo y después de una noche tan larga e intensa lo que menos deseaban era levantarse.

—Nos casamos —DoYeon soltó un suspiro, afirmando el mentón de MinKi y pudo ver la argolla en su dedo anular desde allí.

—Nos casamos —Repitió con una enorme sonrisa, apoyando la cabeza en el hombro de DoYeon, sin poder creerlo.

—No fuimos a ver la casa que querías —Comentó deslizando la yema de sus dedos por la espalda baja de MinKi.

—No importa donde vivamos, solo me importa estar contigo al final del día, llegar y verte a ti, despertar a tu lado y amarte mucho.

—¿Amarme mucho? —Preguntó con una felicidad tan grande en su pecho que en cualquier momento explotaría —¿Como yo te amo a ti?

—Sí —Colocó su dedo índice en el mentón de DoYeon —Y quizás un poquito más.

—Eres un consentido.

—Ha sido tu culpa —Deslizó la mano hasta la nuca de su esposo y pudo besarlo con mayor comodidad —Siempre me dejas ganar.

—Eres lo más lindo que tengo en mi vida —Musitó DoYeon con los ojos cerrados mientras MinKi repartía besos en las comisuras de sus labios —Lo único que quiero mantener siempre a mi lado.

—¿Sabes? —MinKi besó y mordió el cuello de DoYeon donde en la noche anterior había dejado varias marcas —Aún tenemos una hora para ir a trabajar.

—Dios, no —Humedeció los labios con la lengua al sentir los dientes de MinKi mordiendo sus clavículas —Debería ser ilegal ir a trabajar después de casarse.

—Hay que considerar que nadie sabe que nos casamos —Le recordó MinKi.

—Nos matarán por no avisarles —Soltó una risita y en un rápido movimiento dejó a MinKi bajo él, el castaño se removía en la cama mientras recibía besos que le hacían cosquillas.

JiCheol ♡ Amorterapia III: Merry Christmas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora