Capítulo 6

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Hace un año habían logrado obtener el permiso para hospitalizar a los niños en la fundación mientras duraban sus tratamientos, tenían los implementos y personal adecuados ante cualquier tipo de emergencia. No eran muchos, apenas tenían diez habitaciones, con seis niños en cada una y tres habitaciones personales.

Esperaban pronto poder ampliar el lugar pero todo llevaba trabajo y dedicación.

SeungCheol amaba lo que hacía y en ningún momento se arrepintió por haber dejado el hospital, ahora tenía más responsabilidades pero aquello no permitió que su verdadera pasión y motivación se fueran.

Esa mañana entró a la habitación y el silencio hizo que se acercara al único pequeño que estaba despierto —¿Cómo estás?

—Me duele la cabeza —Respondió el menor.

A pesar de no estar cada mañana con los niños conocía sus historiales y avances de memoria, sabía el nombre de cada uno aunque algunos de ellos no lo conocieran.

Se giró y sacó la nariz de payaso de su bolsillo, encontró el martillo para ver los reflejos y se volteó llamando la atención del menor —Cuando a mí me duele la cabeza me gusta que me hagan reír. ¿Sabes cómo se ocupa esto? —Enseñó el instrumento y el pequeño negó con la cabeza —¿No lo sabes? —Golpeó su hombro y levantó la pierna tan alto que hizo sonreír al niño, volvió a hacerlo y en esta oportunidad le sacó una carcajada.

Una carcajada que se repitió despertando a los demás pequeños de la habitación, rieron al ver a un doctor con una nariz de payaso, levantando los brazos y piernas intentando encontrarle la lógica a los golpes que se daba, pero no terminó allí, los unió al juego, SeungCheol tomó las manos de algunos niños levantándoles el brazo cuando golpeaba suavemente la punta de su nariz.

Era tan fácil sacarles sonrisas y tan sencillo hacerlos olvidar de su dolor que no entendía cómo gran parte de los equipos de salud preferían un ambiente frío y tenso en sus lugares de trabajo.

SeungCheol jugó con los porta sueros, simulando que eran guitarras y micrófonos.

Sacó el esqueleto humano del rincón haciéndolo hablar moviendo su mandíbula, agitando sus brazos y creando historias divertidas.

Tomó una pelota de fútbol que encontró junto a una mesita de noche y cuando la pateó fue directamente a una de las ventanas haciendo trizas el cristal, al retroceder se enredó con los cables de los monitores y cayó al suelo escuchando las escandalosas pero hermosas risas de los pequeños.

Hasta que la puerta se abrió.

—¿Qué demonios es esto? —Preguntó un chico con uniforme de color azul marino, un enfermero que traía los medicamentos para las vías venosas.

SeungCheol no lo conocía así que supuso que JiHoon lo había contratado.

—Usted no debería estar aquí —Agregó el chico entrando a la habitación, ordenando el desastre que SeungCheol había hecho y todos los pequeños regresaron a sus respectivas camas —¿Me dice su nombre? Llamaré a seguridad.

SeungCheol se levantó y leyó la identificación del desconocido.

"Kang Daniel"

—Choi SeungCheol —Respondió levantándose, estiró su brazo y le dedicó una sonrisa —Un gusto conocerte, Daniel.

—¿Qué ocurre? —Apareció DoYeon recogiendo algunos juguetes del suelo, dejándolo en las camas de los pequeños.

—Este hombre ha entrado aquí sin permiso —Era obvio que lo dijera, SeungCheol había dejado su bata tirada por ahí y su cabello estaba todo revuelto haciéndolo ver como un loco —Llama a seguridad para que lo acompañen a la salida.

DoYeon miró a SeungCheol sin entender lo que estaba sucediendo —¿Quieres echar a uno de los dueños de la fundación?

—¿Qué? —La expresión de Daniel cambió en un segundo, espantando por lo que acababa de oír.

—El doctor Choi es el esposo del doctor JiHoon —Respondió DoYeon —Mi suegro.

SeungCheol rodó los ojos y colocó su mano en el hombro de DoYeon —Aún no cantes victoria.

El menor soltó una risita.

—Discúlpeme por favor —Habló Daniel apenado —No tenía idea de quién era y me asusté cuando lo vi aquí.

—Interrumpiste mi espectáculo —SeungCheol pasó junto al enfermero —Alguien no recibirá todo su sueldo a fin de mes —Canturreó antes de salir de la habitación.

Daniel miró a DoYeon y éste rió —Está bromeando, no te preocupes.

DoYeon seguía asistiendo a la fundación cada fin de semana para ayudar en lo que fuese necesario, no recibía un sueldo y él pidió que fuese de esa manera a pesar de que SeungCheol le insistió en pagar por su trabajo pero DoYeon no lo veía de esa forma.

Se encontraba escribiendo en una ficha médica cuando vio a alguien conocido pasar corriendo por detrás de él, alcanzó a sujetarlo de la muñeca y sonrió al ver a MinKi con brillantina por todo su rostro —Bonito, ¿Dónde has estado? Te llamé en la mañana pero tenías el móvil apagado y tus padres me dijeron que saliste temprano.

—Sí, he estado ocupado —Cerró los ojos cuando DoYeon comenzó a limpiar su rostro —Ahora debo salir.

—Pensé que hoy podríamos ir a ver una película a mi departamento y hablar de los últimos detalles de nuestra boda —Habló el pelinegro con una tímida sonrisa.

—Me encantaría pero no puedo —MinKi hizo una mueca con sus labios y las comisuras de los labios de DoYeon bajaron lentamente.

—No nos hemos visto durante toda la semana —Tomó la mano de su prometido llevándola hasta su mejilla —Y te extraño.

—Aquí hay mucho trabajo que hacer.

—Lo sé, y por eso vine a ayudar —Con sus dedos acarició el dorso de la mano de MinKi —Dejaré todas las indicaciones listas antes de irme y revisaré los exámenes que tu papá JiHoon tiene en su oficina. Dime que estás haciendo tú para poder ayudarte.

—Es complicado.

—No importa, terminarás más rápido si recibes ayuda.

—Es que no creo terminar hoy.

—No entiendo.

—Estoy a cargo de Suni —Soltó moviendo sus ojos hacia otro lado, evitando el contacto visual con DoYeon.

—¿Quién es Suni?

—Una pequeña niña de nueve años que me detesta en todos los sentidos y la responsable de todo esto —Respondió haciendo círculos con el dedo índice alrededor de su rostro.

—¿Estaban jugando con brillantina?

—Si con jugar te refieres a que me haya lanzado el bote con la brillantina, pues, sí, estábamos jugando.

—¿Te lanzó el bote? —Se le escapó una sonrisa.

—¿Mencione que me detesta?

—Eres un algodoncito de azúcar, ¿Cómo te va a detestar? —Las mejillas de MinKi se sonrojaron cuando sus manos sujetaron su cintura acercándolo a él —Me dieron ganas de conocer a Suni.

—Oh no, no creo que sea una buena idea.

DoYeon sonrió y dejó un casto beso en los labios del menor —Te ayudaré con ella.

JiCheol ♡ Amorterapia III: Merry Christmas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora