—¿Estás enojado?
—¿Qué le has dicho a mis padres? —Preguntó MinKi cerrando la puerta de la sala de reuniones donde podrían tener privacidad.
—¿Quieres que diga todo lo que he hablado con ellos? —Levantó sus cejas y lo pensó por unos segundos —Comenzando por la mañana, los saludé y les agradecí por tenerme un vaso con café, luego hablam...
—Sobre mí —Interrumpió MinKi.
—Les pregunté si acaso estabas bien.
—Les dijiste que ando distraído y que prácticamente he descuidado todos los planes de la boda y a ti.
—La boda ya está organizada, tenemos todo listo para casarnos —Se intentó acercar a MinKi pero el menor dio un paso hacia atrás —Te he visto tan poco estos últimos días que se los mencioné, no soy un niño chiquito para que debas estar pendiente de mí pero te extraño.
—Hablamos todos los días —Le recordó MinKi cruzándose de brazos.
—Sí, de los pacientes.
—Es de lo que trabajamos.
—Y además estamos comprometidos —Habló DoYeon mirándolo fijamente a los ojos —Nos casaremos en cuatro días más y debo venir hasta aquí para verte porque sé que no irás al hospital y tampoco irás a mi departamento cuando salgas.
Para MinKi fue uno de esos momentos donde se puede sentir en la piel que va a ocurrir algo malo, un sentimiento incómodo hizo presión en su pecho.
—No digo que me moleste —DoYeon bajó la mirada.
—Te molesta y por eso lo has dicho.
—Quizás —Levantó la cabeza y asintió —Sí, lo hace.
Las lágrimas se acumularon en los ojos de MinKi más rápido de lo que hubiese deseado, no sabía qué hacer, cómo actuar ante la situación, se había escapado completamente de sus manos y podía ver que la persona que amaba mostraba inseguridad en sus ojos.
DoYeon no estaba seguro de casarse.
Y el problema no era Suni, no era que MinKi estuviese ocupado, en realidad lo que sentía era miedo a lo que debería sobrellevar estando casados.
No serían novios, no vivirían en casas diferentes, era un paso más formal, parte de su maduración y eso lo asustaba por más que amara a MinKi.
Había tenido el tiempo suficiente para pensar, más de lo necesario, para mirar a su alrededor cuando llegaba a su departamento, vivía solo, lo hacía desde que sus abuelos fallecieron y sentía que iba a hacerlo todo mal.
Que MinKi se terminaría escapando a casa de sus padres por algún error de él.
Y que todo ese amor que se tenían se esfumaría en la primera discusión.
Eso estaba pasando ahora.
—Tal vez deberíamos pensarlo más tiempo —Musitó DoYeon e inmediatamente se arrepintió al ver los ojos de MinKi abrirse más de lo normal pero parecía ser lo correcto, no quería perderlo y el problema es que lo estaba haciendo al decirle de una manera errónea todo el miedo que sentía —Y casarnos cuando estemos seguros.
—¿Cuando estemos seguros? —Exclamó frunciendo levemente el ceño.
—Sí.
—¿No estás seguro de querer casarte conmigo?
—No lo sé —Se dio la media vuelta pasándose las manos por el cabello y volvió a mirar a MinKi, había cambiado hasta su forma de pararse, estaba a defensiva.
—¿Quieres tomar distancia? —Preguntó el castaño —¿O romper el compromiso?
—Ninguna de las dos.
—¿Entonces? —Alzó la voz —Porque yo sí estoy seguro de lo que siento por ti.
—Es un poco molesto que ahora cuestiones mi amor considerando que he estado corriendo detrás de ti como un perro —Reclamó el pelinegro sin medir las consecuencias de sus palabras.
—Dijiste que no eras un niño chiquito para ser cuidado.
—Lo mejor es que me vaya o nos calentaremos y terminaremos con discusiones infantiles por cada palabra que diga el otro —Pasó junto a MinKi pero éste lo tomó de la muñeca, haciéndolo voltear —No quiero que ocurra eso.
—¿Discusiones infantiles? —Bufó y sonrió sin ganas —Acabas de decirme que no quieres casarte conmigo.
—No he dicho eso, dije que no estoy seguro de hacerlo en este momento.
—¡Es casi lo mismo!
—Pero no es lo mismo —Intentó explicar pero ya todo se había salido de control.
No parecían ser ellos.
No eran ellos.
DoYeon estaba con sus miedos del compromiso.
Y MinKi estaba furioso por la situación del orfanato de Suni.
Pero ninguno de los dos decía lo que sentía, ninguno hablaba de sus preocupaciones porque estaban demasiado sumergidos en ellas.
El teléfono de DoYeon comenzó a sonar en el bolsillo de su bata blanca, MinKi soltó su muñeca y el mayor lo sacó para ver quién lo llamaba.
—¿Es necesario que contestes ahora?
—Es del hospital —Respondió DoYeon y atendió la llamada —Enseguida estaré allá, ahora estoy en la fundación del doctor Choi, te ayudaré apenas llegue pero no entres en pánico, recuerda lo que te dije antes, si estás tranquilo se lo transmitirás al paciente pero espérame para comenzar.
MinKi arqueó una ceja pero no se alejó, escuchaba la voz de un chico aunque no llegaba a entender lo que decía, la conversación le pareció curiosa y se notaba en su rostro.
—Debo irme —Colgó la llamada y guardó el móvil, MinKi era tan transparente como el agua y podía saber cada una de sus emociones solo con mirarlo a los ojos —Era un nuevo enfermero que llegó al servicio y le complican algunos procedimientos.
—¿Y te llama a ti para recibir apoyo moral cada vez que debe hacer algo?
—MinKi.
—Para algo estudió, ¿No? —Dijo molesto —¿Es necesario llamar al doctor?
—No me molesta que lo haga.
—Entonces ve corriendo a ayudarlo —Su voz estuvo a punto de romperse, sus ojos se humedecieron por segunda vez y DoYeon quiso abrazarlo pero MinKi lo alejó.
—Solo corro detrás de ti, lo he hecho este último tiempo pero ni siquiera me has notado —Dijo DoYeon con tranquilidad —Creo que la idea de un matrimonio es ir a la par, de la mano pero te adelantaste y no sé cómo alcanzarte.
—¿Yo me adelante o tú no quisiste seguir avanzando conmigo? —La cercanía con DoYeon se sentía diferente, distante —Si no estás seguro de esto porque conociste a alguien más prefiero que me lo digas ahora.
El mayor separó los labios para responder pero el timbre del móvil lo volvió a interrumpir, MinKi suspiró profundamente al verlo verificar quién lo estaba llamando.
—Es el enferm...
No alcanzó a terminar la oración y MinKi pasó por su lado para salir de la sala azotando la puerta con fuerza.
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JiCheol ♡ Amorterapia III: Merry Christmas.
Romance➳ Written by GaabyKookie ♡ La llegada del mes de diciembre es motivo suficiente para que la fundación oncológica se llene de luces de colores, guirnaldas y esferas que dejan encantado a cada uno de los niños. Este año, una pequeña pero brillante est...