No tardan mucho en llegar hasta lo que era llamado el instituto de los demonios. Ya es pasado el medió día y el sol está más potente que antes. Las copas de los árboles permanecen quietos como si de algo o alguien tuvieran miedo. La tierra que marcaba la línea recta del sendero es sometida a un color casi rojizo.
Zac Y Thiago camina de tras de los individuos que viene junto a ellos, atados de manos y pies, con mala cara pero caminando con dificultad, aunque la soga que esta atado en sus tobillos le da el espacio suficiente como para dar los pasos normales. Mientras que Lucía y Perla tratan de observar cada movimiento que resulte sospechoso, ya que no sería novedad si fueran atacados por la magia negra para rescatar a sus amigos y como premio también, arrebatarle los anillos a las amigas.
—sabes que esto no terminará bien— dice uno de los individuos, el mismo que había atacado primero a Perla.
—¡¡callate!!—Thiago empuja el hombro del mismo haciéndolo trastabillar hasta que se reincorpora y sigue su camino en silencio.
Con el sol en lo más alto del cielo derramando ese caluroso clima, llegan a su destino. Un instituto normal y corriente con personas que parecen igual, tan perfectamente humanos pero todo que tuviera un conocimiento previo, sabe que los demonios lucen así, "normales" hasta que ellos quieran mostrar su verdadera cara. Las paredes del edificio están surcadas por unas interminables enredaderas, apenas si se ve el color de las paredes, el cual parece ser un rosa viejo, ya desgastado. Los alumnos que están afuera del instituto los miran de arriba a bajo, pero ya los jóvenes se percataron que no están desalmados. Al parecer lo único que los protegían de no ser atacados por los demonios era el estar vigilando y llevando a cuesta a los traidores.
Thiago parece tensó en su caminar, ya sea por la intimidación de estar caminando en medio de todos esos demonios armados o por el fastidio de estar vigilando a sus rehenes, y Zac no pierde su oportunidad de lanzar su típica mirada amenazadora.
— ¡¡hola!!—los chicos se paran en seco frente al umbral de la gran puerta donde aparece un hombre vestido tan particularmente con unos pantalones rojos, botas del mismo color y una camisa negra, —¿ustedes son de Centralk?—barre con la mirada a Zac y Thiago,
— así es—contesta Thiago, —por los visto saben lo que está sucediendo— abre sus brazos como señalando al resto de espectadores.
—ho si— levanta su mentón un poco,
— son conocidos, ¡¡¡sigan vigilando!!!- anuncia a sus alumnos, los cuales sigen otra caminó al instante. - ¿y ellos?- señala a los hombres de la magia negra. - traidor- frunce su ceño al mirar al hombre que atacó a Thiago y a la Lucía. - ¡Hansel! ¡Hansel!- mira hacia sus costados hasta que un joven moreno, alto y de cabellos rizado se acerca junto a dos jóvenes más.- ¿si?-
- encierren a estos traidores- el joven analiza el cuadro de la sonrisa perversa de los que ejecutan la acción. - bien- el hombre levanta sus cejas, - ¿tiene hambre?- gira sobre sus talones para seguir caminando pero Zac lo hace regresar.
- ¿si ya sabe que está en peligro?-
- si, todos los estamos- dibuja una triste sonrisa en su rostro.
- usted aún más- Thiago se acomoda su mochila sobre su espalda, - además no podemos quedarnos, tenemos que seguir-
El director deja escapar una risa entre dientes, - ¿seguir? ¿Dónde? -
- hay otras instituciones-
- les tomará más de un día llegar-
- los atajos- añade Zac pero la palabra queda volando sola en el medio del espacio.
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Las Marcas De La Traición
مغامرة3ER LUGAR ACCIÓN/AVENTURA EDITORIAL GODNESS 3ER LUGAR AVENTURA SULTANAS AWARDS Brujas Vampiro Demonios Hechiceros Hombre lobo Ya nada fue como antes después de su muerte. Aby y Max sirvieron a Centralk solo pocas veces hasta renunciaron con la l...