Una vez terminada la reunión, los cuatro jóvenes toman precauciones para llegar a la casa de Jeffrey. Claramente los primeros en ingresar en la casa son Lucía y Perla y por la parte trasera, Thiago y Zac.
Ambos se encuentran con Jeffrey, el cual efectivamente era el dueño de la voz que los alertó antes de la carrera.
- pensé que no harían caso- habla Jeffrey.
- ¿qué pasó?- pregunta Zac husmeando entre las cortinas hacia afuera.
- no me sentí seguro que vayan, pero tampoco era muy buena idea no ir. Por eso los estaba vigilando, pude ver a Loren, a cada uno de ustedes y a un jóven más. Estaba apunto de correr la carrera con ustedes y minutos antes estaba reunido con Loren. Como se los revisaba antes de ingresar, ella le proporcionó una daga. No podría controlar lo que sucediera allí adentro- se encuentra con los ojos de los jóvenes, - está claro que aún están en la lista negra de nuestra adorada Loren-
- ¿Cómo no nos dimos cuenta?- salta Thiago.
- ella sabe que ustedes están con ellas. Hay que tener más cuidado y moverse más rápido. Está noche, devuelta al bar-
- ¿qué haremos?- dice Lucía.
- tengo un informante en la zona y me ha dicho que hoy se reunirán con un aliado más de ellos-
- ¿quién es tu informante?- Jeffrey deja escapar una risa por lo bajo,
- pronto lo sabrán. Perla, Lucía prepárense, avisaré a Theo y Thomas. Zac, Thiago tengo otra tarea para ustedes-
Así, las amigas son despedidas y regresan a sus hogares, no es hasta cuándo Theo y Thomas aparecen frente a sus casas. La noche ya ha caído, facilitando más el esconder sus rostros ante los demás.
- así que casi las pierdo- bromea Theo,
- casi- Perla dibuja una sonrisa. - como lo dijo Jeffrey hay que tener aún más cuidado que antes -
- shh- anuncia Thomas cuando a una calle del bar ven más grupos observando atentamente a todas las personas que pretende salir.
Los cuatro jóvenes pasan frente a los grupos, con la cabeza agacha, tratando siquiera de no llamar la atención hasta que llegan a su destino.
El bar mantiene intacto cada rasgo que le identifica, todo está exactamente igual. Hay más pocas personas que la vez pasada, casi nadie. Aún los traicioneros no están, pero tienen su mesa reservada, al igual que los chicos ya que toman la misma mesa que la última vez que habían llegado.- ¿tenemos alguna señal de quien es el nuevo?- habla en un murmuró Theo.
- poco y nada- contesta Perla cuando un hombre sale de lo que parece ser la puerta que lleva a la cocina.
- prepara la mesa de Belial y Hank- le ordena a la mesera.
- ¿nuestros hombres?- sigue Lucía siendo contestada por la acción de la joven mesera que efectivamente prepara la mesa de los traicioneros. Coloca un mantel sobre la misma, unas copas y una botella de una infusión de color naranja. Y lo que más le extraña a los jóvenes es la daga colocada en un lado con cuidado.
Perla y Lucía intercambian miradas pero antes de poder decir algo más, la puerta del bar se abre dejando ver a los hombres, Belial con sus miles anillos y Hank con el tatuaje al descubierto pero esta vez no vienen solos sino que son acompañados por un par de jóvenes más, tan sombríos como ellos.
Hank, se acomoda en su lugar, y empieza a jugar con la daga sobre sus manos. - traiganla- ordena a uno de sus hombres, el cuál atraviesa el salón hasta salir del bar.
- ¿qué sucede?- susurra Lucía.
La puerta se abre abruptamente y una joven más o menos de unos dieciséis años cae de rodillas al suelo. Sus cabellos desparramados, tapan su rostro pero se oye un sollozo. El mismo hombre que fue a buscarla, la toma del cabello arrastrandola hasta llegar frente a Hank y Belial.
- tu asqueroso padre nos traiciono- Escupe Belial.
- ¿qué?- habla la joven con su voz casi como un hilo,
- sabes que si él se atrevía a hacerlo, el moriría y tu también. Nuestro secreto no estaría a salvó-
- yo no diré nada - suplica.
Hank se levanta hasta llegar a ella,
- pequeña, hace tiempo que no creo en esas estúpidas palabras- le da una bofeta haciéndola caer nuevamente en el suelo.El corazón de los jóvenes se deprime al ser testigo de lo mismo.
Belial bebe tranquilamente de la infusión, - encargate Hank- le cede la daga, el cual es muy bien recibido por el brujo. Los ojos de la joven imploran piedad, más cuando la hoja filosa de la daga dibuja una línea sobre el brazo hasta desembocar en un corte en las muñecas.
- no- dice Perla cuando la joven ahoga un grito sobre las burlas, risas de los traicioneros. - esto no puede estar pasando-
- hay que hacer algo - Lucía frunce el ceño.
- si- sigue su amiga amenazando con levantarse pero es detenida inmediatamente por Thomas.
- no- ruge cuando se interponen entre ellos otro grito de la joven. Su muñeca estába sangrando indiscriminadamente, su brazo poseían cortés y ahora le tocaba a la parte de su tórax.
- no por favor, Belial, no diré nada -
El hechicero no hace caso a las palabras que acaba de oír y sigue disfrutando de su bebida.
- shhh pequeña- Hank apoya la punta de la daga sobre el pecho de la joven, a altura de su corazón.
-Defiendete- habla Perla.
- pagarás por todo- escupe la joven,
- ¡¡has cometido traición!!-- ya, mátala- ordena Belial.
El brujo asiente con la cabeza y toma distancia para terminar por clavar la daga, ya la joven esta rendida, débil, entregada a lo que parecía su destino, solo que tanto Lucía cómo Perla, no serían testigo de tras atrocidad.
- ¡¡¡No!!!- la voz de Perla hace eco en el bar dejando a todos en silencio, ella está levantada junto a Lucia.
- ¿quién dijo eso?- se levanta rápidamente Belial pero las luces se apagan repentinamente.
- ¿qué demonios sucede?- gruñe Hank cuando un aullido se hace presente llamando la atención de todo.
- salgan de allí - nuevamente la voz de Jeffrey llega a sus mentes y obedecen. En el momento que abren la puerta un estruendo se escucha de adentro pero se topan con una Tahoe blanca frente al bar conducida por Zac...
Nos leeremos❤
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Las Marcas De La Traición
Aventura3ER LUGAR ACCIÓN/AVENTURA EDITORIAL GODNESS 3ER LUGAR AVENTURA SULTANAS AWARDS Brujas Vampiro Demonios Hechiceros Hombre lobo Ya nada fue como antes después de su muerte. Aby y Max sirvieron a Centralk solo pocas veces hasta renunciaron con la l...