Capítulo 4:

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Entre humos ocasionados por la explosión del árbol, gracias al polvo del brujo que trató de atacar a Lucia, Thiago la visualiza para que así, ambos se levanten del suelo, no obstante el brujo no esta en él sitio donde antes estaba.

— ¿estas bien?— Thiago posa su mano sobre él hombro de Lucia.

— si, aunque me siento una boba— Lucia respira hondo mirando el árbol detrás de ellos.

—Hey, no lo sabias— el joven esfosa una sonrisa.

— ¿todo bien?— llega Zac junto a Perla la cual se apresura a estar junto a su amiga, mientras que Thiago le da una última mirada a Lucia y se acerca a Zac , volviendo a sus silenciosas charlas.

— ¿qué paso?— Perla señala él árbol quemado .

— por poco me matan.

— y te salvo el visitante simpático ¿no?— no deja escapar la oportunidad de sonreír de una manera perversa.

— ¿y tú qué ?— Lucia levanta sus cejas en dirección a Zac, —¿te salvo él malhumorado?

—mm, algo así.

La joven sonríe negando con la cabeza hasta que algo atraviesa su mente
—la directora...

Cada uno de los directores tiene como su propio escondite, ya sea por ocultarse para practicar algunas de sus cualidades y por él simple hecho de estar solos. Es una especie de habitación secreta, un mini portal más.
El instituido esta en total silencio, los alumnos o deben estar escondidos en alguna parte, afuera en el instituto o más afuera en el bosque.
La puerta que antes se podía abrir fácilmente para ingresar a la dirección ahora esta desprendiendo una especie de brillo, luz blanca, lo que significa que hay un campo de poder alrededor de ella.

— Directora— llama Zac sin recibir respuesta.

— hola— salta Lucía, —directora somos nosotras, ya todo esta bien— la joven mira a sus compañeros encogiéndose de hombros, hasta que la luz que desprendía la puerta se va apagando hasta quedar normalmente como antes. La puerta se abre dejando oír un chirrido a lo largo del silencioso y vacío pasillo .
Thiago ingresa primero, luego las chicas y por último Zac y con él la puerta se cierra dando un gran golpe.

La habitación esta en total oscuridad, y en las penumbras va asomándose tan lentamente la directora con sus ojos penetrantes.

—enserio ya todo esta bien porque no lo creo—, la mujer da un paso mirando a todos lados.

— estará todo bien por un tiempo pero por ahora puede estar segura al saber la verdad— habla Thiago, —los portales se abrieron, la magia negra esta libre y quieren terminar con todos los directores porque creen que dejaran indefensos a...— no puede evitar mirar a las amigas, —solo es un aviso, ya lo sabe, debe permanecer a salvo hasta que logren cerrar él portal.

—¿un aviso?

— si, no podemos quedarnos. Debemos seguir avisando a los demás, ¿estará bien?— agrega el joven con una suave voz.

La directora parpadea varias veces, su peinado tan perfecto aún sigue intacto, sus ropa de color negro se funde con el rincón oscuro donde se encuentra, —si— pronuncia como empujando una pizca de ánimo para levantar su autoestima...

Ya es cerca del medio día, el sol sigue en lo más alto, tan tranquilo y ajeno a todo. Ya no hay portal alguno el cual separaba las Instituciones, los lugares que eran propios de cada uno ya no existe, al menos por un tiempo eso seguirá asi, no obstante, el portal más importante sigue cerrado pero esta débil, la delgada línea que separa a la magia negra de los seres humanos.
Centralk está haciendo lo que puede, protegiendo esa delgada línea y cazando a los renegados aunque saben que se esconden muy bien y no se dejan atrapar, un claro ejemplo es lo que pasó cuando el brujo que atacó a Lucía desapareció. Las cosas van empeorando.

— ¿siguiente? Ya temo hacer esa pregunta— habla Perla.

— Demonios— Zac dibuja una sonrisa, — ¿ya temes?

Perla arquea una ceja, — ay si— salta en un tono sarcástico .

—bien— sonríe Thiago, — hay que tener los ojos abiertos, podemos tener compañía, especialmente por la noche.

— ¿la noche?— agrega Lucía.

— llegaremos a avisar a los demonios o ayudarlos, no sabemos cómo están las cosas ahora, no podemos saber quiénes nos necesitan más.

—¿no?—Perla mira de reojo a Lucía .

— no— completa rápidamente la oración Lucía fulminando con su mirada a su amiga.

— ¿qué te sucede?— susurra Perla,
— puedes hacer tu bolita mágica.

— no la llames así y no, no lo controlo. Lo sabes— gruñe por lo bajo.

—tienes al anillo Lucía...

— ¿y si no funciona?

— acabe con un maldito trol haciendo el hechizo que hace mi madre para despertar a su hija, esto funciona— señala al anillo, — no podemos perder tiempo.

La abuela de Lucía siempre le enseñaba cosas, hechizos, trampas, todo referido a sus calidades. Era apenas una niña y para su madre esas cosas debían ser enseñadas en el instituto pero aún así, su abuela se encargaba de darle su toque personal y una tarde de invierno, unas pocas semanas antes de que cayera enferma, le enseñó su gran tesoro. El hechizo del tiempo. Con conectar toda su energía en la palma de su mano y dejar su cuerpo en un punto de tranquilidad exacta lo podía conseguir. Si hacia bien cada punto podía ver de pantallazo lo que pasaría en el lugar que estaba solo en su mente en ese momento.
Lucía trato de hacerlo muchas veces, una vez lo consiguió pero terminó muy débil y las palmas de sus manos levemente se quemaron. Quizás, pero tan solo quizás, pudiera intentarlo con el anillo en sus dedos está vez.

—alto— anuncia Lucía con su mirada en un punto fijo más allá, — ¿podemos parar?

— ¿parar?

—Zac, por favor, puede que esto no sea una perdida de tiempo— sigue la joven.

—bien— el joven deja caer su mochila en el suelo, —has lo que tengas que hacer.

—si— respira hondo y camina un poco más para alejarse de los jóvenes hasta llegar de tras de un árbol, dónde se sienta, y apoya su espalda sobre alquel grueso árbol.
Lucía apenas deja escapar su respiración por la boca, tan despacio,tan silenciosamente, tan tranquilamente. Cierra sus ojos y trata de ver a Ben, ya que él parece ser el líder de los renegados, además de ser el asesino de Alex. Pero aún así, el primer intento falla. Los ojos le arden, y la figura de lo que sería el espejo del futuro, cae como humo esparciendoce.

—el hechizo del tiempo— aparece Thiago sentándose a su lado, — pensé que ya nadie lo usaba porque, bueno, era considerado como acceso ilegal a la privacidad ajena, en resumen, un delito.

—pero es necesario— Lucía frota sus manos, —podemos saber dónde están.

— no te esfuerces mucho. ¿Es necesario? Si, pero no para ti— Thiago se vuelve serio, — no dejaré que lo intentes de nuevo.

— ¿qué?— Lucía frunce el ceño.

— te harás daño.

— solo una vez más— sus ojos le arden,
—es necesario para mi.

Thiago queda un momento en silencio,
— una vez más— termina por decir.

—gracias— sonríe Lucía mientras que vuelve a concentrarse.

— has un círculo, encapsulando tu energía— agrega Thiago y Lucía acepta y realiza su consejo. Pone cada parte de su cuerpo en total coordinación con su tranquilidad y toda su energía emerge de sus palmas y va proyectado una serie de imágenes rápidas hasta que todo se apaga de golpe. —Lucía— Thiago acuna su rostro, —hey— la joven abre lentamente sus ojos, — ¿estas bien?

—si— dibuja una sonrisa...

Nos leeremos❤

Las Marcas De La Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora