Capítulo 21:

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Una vuelta al pasado

Jeffrey es un hombre alto, uno ochenta, ojos penetrantes de un color azul que puede oscurecerse ante la más fría actitud, su cabello castaño, su tés blanca y su increíble forma de manejar sus cualidades pues era un heredero de Centralk. No heredaria un trono, porque no tendría reino, pero tendría  bajo su mando a todos los clanes, hechiceros, hombres lobos, vampiros, brujas y demonios. Su padre fue líder, el padre de su padre lo fue y así con sus antepasados, por derecho y por pura herencia le convenía a él, pero algo sucedió.

Jeffrey a los veinticinco años de edad  había terminado de educarse, estaba aprendiendo más de la mano de su padre, era en verdad muy bueno. Lo mejor que podia hacer era canalizar mucho poder en tan sólo una  pequeña esfera y liberarlo en su totalidad causando estragos, pero quizas aún no estaba listo.

Aún su padre lideraba Centralk, y él a pesar de seguir entrenando y fortaleciendose, se había interesado de una manera muy peculiar en una joven humana. Una chica de su edad, cabellos rubios, delegada y una sonrisa contagiosa.

Jeffrey la vio un día, que decido salir de su mundo, abandonar por un momento su vida e internarse en un paseo de las calles de la Ciudad de los Ángeles. Él, camino, dando pasos largos pero a la vez siguendo un ritmo lento. Atravesó un parque, se quedó por un momento mirando las hamacas, los juegos, los niños jugando, corriendo, sus madres charlando tan entretenidas y allí en un banco de color verde estaba ella, su cabello era largo y descansaba a un lado de sus hombros. Sus ojos estaban bien abiertos a cada movimento de los niños que se divertían. El joven sintió una extraña sensación, una señal que le recorría el cuerpo y le decía a gritos que se acercará, y no lo dudó, ¿qué más podia perder? estaba sola, estaba tan inofensivamente sola. 

Jeffrey se sienta a su lado, lentamente, dibujando una  sonrisa, pero lo sorprende cuando la chica a su lado, le sonríe de una manera amistosa.

- hola- saluda el joven tratando de estudiar rápidamente cada rasgo de ella, encontrar algo que le un indicio de que no es totalmente humana, pero no puede encontrar nada,

- hola- saluda la joven rompiendo su concentración.

- soy Jeffrey-

- Anne, mucho gusto- Anne le extiende la mano al cual, Jeffrey corresponde,

- ¿vienes muy seguido aquí?-

- oh si, en mis tiempos libres- Anne rie por lo bajo,

- ¿tienes muchas cosas que hacer?-

- universidad, trabajo- ladea su cabeza, - ¿y tú? No eres de por aquí-

- ¿por qué lo dices?- Jeffrey hace un mueca, - ¿parezco un mendigo?-  esas simples palabras producen una instantánea risa en Anne,

-no claro que no, es que las veces que ando por la calle y estoy aquí, no me he cruzado contigo-

- quizás lo has hecho y no te acuerdas-

Anne baja la cabeza sonriéndo,
- créeme, no olvidaría un rostro así-

Una expresión distinta a sus típicas malas miradas frías  y distantes que según su padre le daba el toque personal que caracterizaba a un líder, se apoderó de él.  Su rostro se suavizó, y solo permaneció en silencio hasta que Anne siguió la conversación.

- holle no te espantes- bromea.

- para nada- sonrie de lado.

La conversación se volvió más extensa de lo que se esperaba, había risas, había cometarios, había todo lo normal que podía haber. Pasaron los días y además, hubo otros encuentros, salidas más allá, visitas a la casa de Anne y con todo eso, llevaron los meses y ya no podían esconder esa extraña atracción que irradiaba amor pero también peligro.

Una noche lo resumió todo, ya no había barreras, ya no había otro mundo, otra especie, ya no había seres superiores y seres inferiores, solo eran dos jóvenes que encontraron la forma para expresarse  mejor y fruto de esa noche, meses después, Anne le había confesado que estaba embarazada.

Esa gran noticia fue para Jeffrey una total revelación, él sabía muy bien lo que quería, estar con ella y con su hijo. Pero simplemente jamás le había dicho a Anne que era un hechicero. ¿Cómo explicarle que había otra especie  diferente a la que ella conocía? ¿Cómo explicarle que la tierra estaba poblado por otras razas que no era precisamente la humana? No había necesidad de confundir, podrían estar tranquilos hasta que llegará la hora de decir la verdad pero ¿y su padre? ¿su futuro lugar como líder de Centralk?, Pues Jeffrey tenía la corazonada que su padre lo ayudaría, él lo comprendería, o al menos debía intentarlo.

El joven atravesó la barrera y tomó el portal derecho a Centralk donde era más que seguro que allí encontraría a su padre. Cuando subía por las escaleras, estaba muy seguro de lo que haría, pero todo se derrumbó cuando en la dirección, la sala donde debería estar su padre, no estaba. Salio de nuevo a los pasillos y allí le pregunto sobre el paradero de su padre al primer hombre que cruzó por allí.

- ¿dónde está mi padre?-

El hombre frente a él, lo miraba estupefacto, - Jeffrey, ¿qué haces aqui?-

- viene a hablar con mi padre-

- tu padre fue a buscarte, te habían secuestrado los lobos y amenazaban con tu muerte si el líder no se presentaba-

- ¿qué?- alcanza decir Jeffrey antes que el hombre salga disparado.

- ¡¡¡es una trampa!!!-.

El joven corrió detrás de aquél hombre pero fue demaciado tarde. Marcharon en dirección al bosque con una tropa de hombres, pero a mitad de camino, los hombres que habían partido con el líder, regresaban con algo detras, sobre una especie de carreta, arrastrado por otros, allí, estaba  el padre de Jeffrey.

Tras la muerte del líder, todo cambio, los pares, es decir, lo que tenían mayor rango pero no se acercaba al rango del líder, pensaban en ya la posibilidad de que Jeffrey accediera a su poderío una vez pasado los días de luto.

Jeffrey pasó esos días de luto en Centralk, recibiendo condolencias de todo tipo, pero menos de Anne, pues ella no sabía que había pasado. Cuando pasó el luto, los pares del líder armaron una juntan para que por fin Jeffrey sea su nuevo líder, ya que había  rumuros de que los lobos cometieron traición. Buscaron a Jeffrey por todos lados, pero él ya no estaba allí.

El joven, abatido y agotado, llegó con su mejor forzada sonrisa a la morada de su querida Anne. Ella al abrir la puerta se arrojó a sus brazos,

- ¿qué paso? ¿por qué no venías? Pensé que ya no volverías depues de saber que...- Anne coloca su mano sobre su vientre,

- jamás te podría dejar a ti y a mi hijo- Jeffrey posa su mano con la de Anne,
- aunque eso signifique mi destierro-

- ¿qué?-

-nada- abraza de nuevo a Anne apoyando su barbilla en la cabeza de la joven, - nada Anne, nada-....

Nos leeremos❤

Las Marcas De La Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora