Adiós

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Ya habian pasado cuatro dias desde que conocí al espadachin, que es como me llamo desde que me enseñó su pasión con las katanas, sigo sin conseguir esos cuatro digitos de la caja fuerte, se me hace más que dificil algo imposible, he intentado espiarlo con mi extraña habilidad varias veces, pero tengo que decir que no es un chico tan estúpido, al contrario, es muy meticuloso y cuidadoso con todo esto.

He pasado todos esos días con el en su casa, se me acaba el tiempo, pronto volvera su prometida, Nami y mi padre me agobian muchisimo con el tema de la gargantilla, espero poder conseguirla esta noche.

-Moke, ¿en que piensas? Te noto distraída.- me preguntaba mientras paseamos por su enorme jardín.

-No, es solo... que estoy pensando en mi padre.- le miré seria.

-¿Le ocurre algo?- preguntó preocupado.

-No, esque... me hecha de menos- le sonreí.

-Está bien- miró al suelo observando sus firmes pasos.

-Espadachin... sabes que esto no va a durar ¿verdad?- le mire apenada, creo que me estaba encaprichando de este niño rico.

-¿Porqué no?- paro sus pasos y me miró fijamente.

-Pronto volvera tu novia, bueno... prometida, y yo volveré a casa- puse mi mano sobre su hombro.

-Moke... yo...- volvió a mirar al suelo. -Voy a dejarla, voy a dejarla... por..  ti...- volvió a mirarme.

-¿Que? ¿porqué? No puedes hacer eso.- frunci el ceño.

-¿Porque no? Es mi vida, y Moke... yo... yo te quiero- me miró apenado.

-Tu no me conoces... no puedes querer a alguien como yo... solo hemos estado juntos cuatro días- le acaricie la cara con cariño.

-Moke... aunque no te lo creas, nunca he querido a nadie como te quiero a ti, y menos aún en tan poco tiempo. Te conozco lo suficiente para saber que eres buena persona, te preocupas por mi, te interesas por mis gustos...- se acercó más a mi llegando a rozar nuestros labios. -Dime que tu no sientes lo mismo por mi... y... te dejaré ir-

-Yo... - no hable más, no se porque, aún no lo entiendo y nunca lo entenderé, pero le besé, le besé con gana, me bese con... amor.

Cuando nuestros labios se separaron por falta de aire mi guapisimo espadachin me dijo....

-Ven conmigo adentro, quiero regalarte algo- me sonrió.

-Claro- acepte sin pensar.

Caminemos hasta llegar a la puerta de la entrada, puerta que Nana nos abrió, fuimos hasta su habitación y cerró la puerta.

-Sientate, ponte comoda- dijo mientras se dirigia a la puerta para salir.

-¿Donde vas?- dije mientras me sentaba sobre la cama.

-Enseguida vuelvo, te lo prometo.- volvio para darme un beso y salio de la habitación dejandome completamente sola.

Dada ma situación, aproveche para llamar a mi padre, al tercer tono descolgó.

-Robin, dime que lo tienes- me dijo ansioso.

-Aun no, el problema es... que...- calle mientras acariaba mi pelo con la mano libre.

-¿Cual es el problema Robin? Llevas cuatro dias ahi metida, mas tiempo de lo necesario, el tiempo se te acaba y te necesitamos aqui.- su voz era muy seria.

-No creo que pueda hacerlo- le solté de golpe.

-¿Qué? Robin, ¿no quieres una nueva vida? Todo lo que hemos y has hecho ha sido por ti, por nosotros, cada uno tiene sus intereses, somos una familia, y cada cual aporta como puede.- denote cabreo.

-Padre no lo entiendes, el chico no se merece esto- puse voz de pena.

-Robin, ese niñato mal criado esta forrado, por una gargantilla no se va a arruinar, y nosotros lo necesitamos.-

-Lose pero yo...-

-¿No me digas que te has encoñado con el chaval?- me interrumpió. -Robin, no te lies, tu ya tienes a alguien que te está esperando, y tú, tu podrías ser su madre-

-Tampoco hace falta dramatizar... solo le llevo unos pocos años.- mire al suelo, mi padre tenia razón.

-Robin, olvidalo, seria una relacion basada en la mentira. Termina tu trabajo, te espero en casa.- y colgó.

-¿Con quién hablabas?- me pregunto mi espadachin mientras entraba a la habitación.

-Con mi padre- le sonreí.

-¿Esta todo bien?-

-Si, todo está perfecto.-

-Bien, cierra los ojos- me pidió.

-¿Que?- dije sorprendida.

-Por favor, cierra los ojos.- me dio un leve beso en los labios, y cerre mis ojos. -Gracias- me volvió a besar.

De repente sentí una sensación que ya había sentido antes, frio, peso...

-Abrelos- los abrí al instante y baje mi mirada a mi cuello.

-Espadachin... yo no... no puedo aceptarlo- me puso la gargantilla de su familia, la gargantilla que yo tanto ansiaba tener entre mis dedos, y ahora la tengo.

-Claro que puedes, te quiero Moke, y nadie mas se merece llevarla puesta.- me sonrió.

-Gracias- le sonreí ampliamente.

El dia transcurrio tranquilo, juntos, hablando de nuestras cosas, por mi parte cosas inventadas, como todo lo que le habia contado ya, y por la suya, palabras sinceras. Hicimos varias veces el amor, nos llenemos de caricias, besos... todo estaba perfecto, hasta que llegó la noche, y decidimos que era hora de dormir, aunque para mi era la escusa perfecta para salir de alli.
Al chico no le costaba trabajo dormir, asi que aproveché para escribirle un mensaje a Sanji.

"Ya lo tengo, en un rato escapare de la casa, recogeme una calle más abajo, dile a mi padre que ya esta el trabajo casi hecho, nos vemos pronto. Besos. Robin"

Me levanté de la cama  fui al baño, me puse ropa comoda, me recogi el pelo en una coleta, y guarde todo lo que necesitaba en una mochila que seguramente era de su novia igual que la ropa.
Cogi boli y papel y comencé a escribirle una carta a mi espadachin.

Siento muchisimo hacerte esto, tu no sabes nada de mi, nada de lo que te he contado es cierto, ni si quiera mi nombre lo es, si me interesé por ti, fue por puro interes, necesito el dinero y a ti te sobra. Esto no quiere decir que todo lo que siento por ti sea falso, al contrario, nunca había sentido algo tan verdadero, no puedo prometerte que te devolvere todo el dinero y las joyas robadas, eso seria volver a mentirte, pero si puedo prometerte que te quiero, eres una persona muy especial, y cualquier chica estará encantada de ser tu fiel esposa. No me busques, nunca me encontraras.
Espero que algún dia puedas perdonarme.
Te quiero ♡.

Una vez escrita la doble puse su nombre por detrás y la dejé en su habitación encima de su mesilla, me quedé observandolo unos minutos incluso le bese el lobalo de la cara antes de irme, verdaderamente lo queria.
Con mi habilidad, no me costó mucho trabajo salir de alli, habia estado observando durante estos dias todoa los movimientos de todos los trabajadores, todas las claves para las alarmas conectadas, incluso la clave para que la verja se abriera sin problema alguno, y asi fué como pude escapar de alli. Corri, corri todo lo que pude, en el trayecto hasta el coche de Sanji se me escapo alguna lagrima que resbaló por toda mi cara, como pude me fui limpiando, aún no podia creer lo que habia hecho, lo que l3 habia hecho.
Cuando vi el coche de Sanji, subi en el como alma que lleva el diablo, fatigada, cansada, y triste.

-¿Que te ocurre Robin?- me preguntó mi fiel amigo y compañero Sanji mientras echaba todo el humo inalado segundos antes.

-Nada, volvamos a casa- le dije seria.

Está seria una noche inolvidable para mi.

LA LADRONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora