LA LADRONA

Sanji

Llevamos varios dias encerrados, la casa de Ace se nos cae encima... Zoro va y viene, el sigue trabajando y por lo tanto tiene que continuar en su empresa... Ace más de lo mismo, hace un par de dias que decidió marcharse al centro y seguir su vida normal, pero viene de vez en cuando para ver como estamos y para traernos comida y cosas que necesitamos.

Miro a Franky, se pasa el dia revisando la casa para arreglar desperfectos que para mí, están perfectos, y lo comprendo necesitamos matar el aburrimiento de alguna manera.
Volteo a ver a Viola, ultimamente se pasa las horas mirando a Sanji con la cara triste y pensativa, y esque estoy segura de que lo ama, y por ultimo observo a mi mejor amigo, Sanji; lo único que hace durante todo el dia es cocinar, fumar, fumar, cocinar y sobre todo llorar, echa de menos a Nami, no me cabe la menor duda, enterarte de un dia para otro de que tu novia es una tridora y de que te a estado usando toda la vida tiene que doler...

-Sanji- entro a la cocina y apollo mi mano sobre su hombro, este está cocinando y apenas gesticula.

-¿Si mi preciosa Robin?- dice triston, pues su cara a cambiado muchisimo.

-¿Como estas?- le sonrio y acerco mi rostro mas al suyo,  el tiene la nariz metida en la sartén.

-Bien, gracias por preguntar.- sonríe levemente y con desgana.

-¿Echas de menos a Nami verdad?- le pregunto sin pensar.

Me mira fijamente a los ojos.

-Si, aún no me puedo creer lo que ha pasado- vuelve su mirada a la sartén.

-Te mereces una explicación- el se calla, no dice nada, sigue cocinando. -Sabes, tengo una idea, pero tiene que quedar entre nosotros dos- le digo mientras le cojo el mentón y giro su rostro hacia el mío.

-Cuentame- se enciende un cigarrillo e inhala el humo.

-¿Porque no vamos esta noche a casa? Podrias hablar con Nami tranquilamente, y yo puedo asegurarme de entrar y salir en perfecto estado- sus ojos se hacen gigantes.

-¿Harias eso por mi?-

-Claro que si Sanji, eres como mi hermano pequeño, y me duele muchisimo verte así.- le respondo apartando su flequillo de la cara.

-¿Como lo haremos? Es imposible- veo que se desgana.

-No te preocupes, lo haremos cuando todos esten durmiendo- le sonrio -Cogeremos la moto que Ace tiene guardada en el garaje- rio un poco a carcajadas.

-Gracias Robin- me abraza fuertemente, con necesidad.

-¿De que habláis?- Viola entra a la cocina.

-Nada importante- respondo y salgo de alli dejándolos a ambos solos.

Pasan los segundos, los minutos, las horas, Zoro aun no ha vuelto, mi preocupación por el está en las nubes, mi desesperacion sobrepasa los limites, no puedo tener una vida aquí, en el bosque, entre "cuatro paredes".
Me e leido casi todos los libros que Ace tiene aquí, como todos los dias reviso la estanteria en busca de algo nuevo, uno por uno, de arriva hacia abajo. Alguien me toca el hombro y yo me sobresalto.

-Joder que susto- sonrio despues de voltearme y averiguar quien es.

-Lo siento, te e traido esto- me entrega un libro de unos 4cm de grosor.

-Muchas gracias Ace, eres un sol- le sonrio.

-Me he dado cuenta de que te gusta mucho leer, asi que... aqui tienes, algo nuevo con lo que entretenerte.- me devuelve la sonrisa.

-De verdad Ace, gracias por pensar en mi-  abrazo el libro.

-Sabes, esto no durará para siempre- se sienta en el sofa de la sala.