Madre

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Despues de entregarnos carnalmente tantas veces, caímos dormidos por el cansancio...

-Dios mio ¡Zoro!- me desperté de golpe y grité despertandolo a el también.

-¿Que ocurre?- me preguntó sobresaltado.

-Mira la hora que es... tengo que irme...- me levante del sofa preocupada, y comence a vestirme.

-Solo son las 3 de la mañana- me dijo esta vez somnoliento recostandose de nuevo en el sofa.

-Franky estará preocupado por mi.- dije al recordar quien me habia traido a este mágico lugar.

-¿Franky?- me preguntó.

-Si... Franky me trajo aquí.- giré mi cabeza un momento para mirar a Zoro.

-Que casualidad...- rodo los ojos.

-¿Casualidad?- pregunté.

-Si, mi antiguo chofer se llama Franky.- dijo tan tranquilo posicionando sus manos detras de la cabeza.

-Zoro... - me acerqué de nuevo al sofa tomando asiento junto a mi espadachin. -No es ninguna casualidad, el Franky del que yo hablo, tambien es tu Franky- le sonreí.

-¿Como dices?- pregunto en tono de preocupación.

-Si, vino a mi cuando tú... le despediste, y nosotros le dimos un hogar. Supongo que sabia que estabas aqui, por eso se marcho de golpe indicandome que a 10 metro habia un banco, aunque a 10 metros estabas tú.- volvi a sonreirle.

-Ya veo...- dijo con el rostro entristecido. - Robin... si te marchas... eso significa... significa ¿que no volvere a verte?- cambio el tema.

-No losé.- acaricie su cara.

-Vuelve aqui mañana- me comentó efusivo.

-Nose si podré... yo...- me interrumpió.

-Por favor Robin, vuelve aqui mañana a la misma hora, te estare esperando.- intento convencerme.

-Tengo que irme.- me levanté del sofá y me encamine hacia la salida.

-Te esperaré Robin- dije en voz alta, y yo salí de alli.

Tras cerrar la puerta de la casa, me apolle en ella pensando en lo que habia pasado, le extrañaba demasiado. Observe que aún nevaba, y hacia mas frio que antes, me abrace a mi misma, y esta vez sí, esta vez comence a caminar en busca del coche. Todo estaba muy oscuro, solo veía gracias a la luz que desprendia la luna, debo de admitir que era una noche preciosa.

-Preciosa- me dijeron y yo me asusté.

-¿Quien... quien eres?- no podia ver de quien se trataba.

-Soy Franky- me alumbró esta vez con una linterna. -Te estaba esperando- note felicidad en su tono de voz.

-Vaya... gracias... siento mucho haber tardado tanto.- llegue hasta el y me abrace a su enorme brazo.

-No te preocupes por eso, volvamos a casa.- me dijo.

Continuemos caminando y pronto lleguemos al coche, Franky me abrio la puerta del copiloto y me ayudo a subirme a este, y seguidamente el tomo su asiento a mi lado. Arrancó el motor para salir se alli.

-¿Como ha ido?- me sonreia.

-¿Sabías que Zoro estaba alli?- pregunté curiosa, apuesto a que lo había visto.

-Cuando aparque el coche no, pero debo admitir que le vi sentado en el porche de la casa, por eso te indique donde debias esperarme y por eso me marché.- admitió.

-Ya entiendo... gracias, gracias a ti hemos podido volver a vernos.- yo continuaba sonriendo. -Me ha dicho que mañana quiere volver a verme.- mi cara cambió.

-¿Y que problema hay?-

-Padre... no creo que sea tan tonto, ¿que puedo decirle mañana?- le miré triste.

-Bueno... dile que te vas de copas o pidele a Sanji que te ayude, el siempre a estado de tu parte.-

-Losé- fue lo único que respondi.

El resto del camino fué tranquilo, en silencio. El camino se me hizo corto... mis pensamientos solo se iban a Zoro, solo en él. Cuando lleguemos, Franky metió el coche en el garaje y seguidamente nos bajemos, continuemos caminando hasta llegar al salón, caminábamos con cautela, ambos nos miramos en señal de que todo estaba bien, hasta que una luz se encendió de repente, en ese momento pensé nos han pillado.

-Mi preciosa florecilla, ¿se puede saber de donde vienes? ¿estas bien?- gracias a dios era Sanji. -¿No te habrás sobrepasado con la dama verdad?- esta vez se dirigió a Franky cabreado.

-Tranquilo Sanji, estoy bien- le sonreí.

-Menos mal- se toco la frente con el dorso de la mano en señal de despreocupación.

-¿Donde esta padre?- le pregunté.

-Está acostado.- respondió sin más.

-Bien...- suspire

-Bueno, pues vamonos a dormir- dijo Franky estirando su espalda.

Sanji y yo asintimos con la cabeza, y juntos nos encaminamos a nuestras habitaciones, antes de adentrarnos cada uno a la nuestra, le prometi a Sanji que le contaria lo sucedido esta noche.

Ya en mi habitacion me recuesto sobre mi cama, mi cabeza comenzo a dar miles de vueltas, y pensé que mañana sería una buena ocasión para devolverle a Zoro lo que le pertenece, la gargantilla de su madre.

De pronto me acordé de algo, algo que hacia mucho me encargue de olvidar, me levanté de la cama y en el fondo de mi joyero oculto por miles de joyas..  hay una cajita de plástico de color violeta, me quedé mirándola no muy decidida a cogerla.

Recorde a mi madre, recordé cuando me dio esa cajita por primera vez, fue en mi 5 cumpleaños, recuerdo que cuando me la dió me dijo que de esa manera siempre estaría conmigo, una lagrima se deslizó por mis mejillas, rápidamente me la limpie con mis manos, y ahí fue cuando me decidi a cogerla después de más de 15 años....
La cajita estaba ya sobre mis manos le sople el polvo y lo limpie con un pañuelo y entonces fue cuando la abrí, no recordaba lo precioso que era, un hermoso collar con relicario...  un hermoso collar en forma de corazón, lo miro y decido a abrirlo, ahí está, una foto de mi madre junto a mí cuando era pequeña, la unica foto que me queda de ella.

Padre me exigió guardarlo, me prohibió llevarlo puesto, pero ya estaba harta de tener a mi verdadera madre en el olvido, sobre todo porque la causante de su muerte había sido yo, y así con lagrimas en los ojos volví a colocarlo alrededor de mi cuello

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Padre me exigió guardarlo, me prohibió llevarlo puesto, pero ya estaba harta de tener a mi verdadera madre en el olvido, sobre todo porque la causante de su muerte había sido yo, y así con lagrimas en los ojos volví a colocarlo alrededor de mi cuello.

LA LADRONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora