Papá

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Abro la puerta de la casa de Ace, donde casi todos aguardaban dentro.
Mi rostro blanco, mi mandíbula desencajada, mi miraba fria y triste a la vez, semblante muy serio, demasiadas cosas en muy poco tiempo.

-¡Zoro!- gritó Sanji al verme.

-Estas lleno de sangre... que... ¿que ha pasado?- me preguntó Viola dudosa y temblando.

-¿Donde esta Robin?- pregunté en un tono de voz algo bajo.

-Esta en el sofá... estabamos esperando a que volviera para decidir que hacer... con... su... cuerpo.- me contestó mi rubio compañero mientras se encendia uno de sus cigarrillos.

Los miro, miro a todos mis compañeros de casa, a todos los que estamos metidos en la casa de Ace, no se como explicarles, nose que decirles... comienzo a sentir miedo, todos mis sentidos se activan al mas mínimo sonido, movimiento...

-Zoro... - Sanji me llama y apolla una mano sobre mi hombro izquierdo, miro su mano de reojo y seguidamente, miro al suelo.

-Hay algo en el coche...- suelto sin más.

Viola me mira confundida pero es Franky el que se atreve a mirar, pues salió corriendo de la casa y se dirigió hacia el coche, coche que no es mio, un coche robado...
Veo como lo explora sin abrir las puertas, desde fuera...

-¡Zoro!- me llamo exhausto. -¿Que es esto?- preguntó confundido.

Tras sus preguntas y sus gestos extraños, no tardaron los demas en salir tras él a comprobar lo que ocurría.
Sanji finalmente es el que se atreve a abrir una de las puertas traseras y entre sus brazos coloca algo muy frágil. Un niño, un niño precioso, un niño de cabello oscuro y piel blanca...

-Este... es el hijo... de...??- dice Viola perpleja.

-Eso parece.- Sanji entra en la casa con el niño en brazos... -Zoro, ¿como? ¿donde estaba? ¿qué...- no encontraba las preguntas adecuadas para todas sus dudas.

-Lo tenian encerrado en una habitación, Nami... esa bruja me lo dijo para intentar evitar su muerte.- solté sin pensar.

-¿Para intentar evitar su muerte?- repitió Franky.

-Si, yo personalmente me encargue de eliminarla, y tambien a ese hombre que llamabais padre...- mis ojos se encharcaron, pues ¿qué sería de mi vida ahora?.

-Los has matado... tranquilo amigo, no pasa nada, nosotros estaremos contigo siempre- Franky, mi fiel amigo desde siempre me apollaba, o almenos lo intentaba.

-Nami me dijo que ese niño es mio... ¿que opinais?- solte de golpe.

-No se que pensar... es cierto que Robin estubo embarazada... y es cierto que rompio aguas, le dijeron que el niño habia nacido muerto, nose porque le mentirian, pero ahora que lo pienso... todo me encaja...- apolla su dedo indice en su barbilla. -por eso la mandaron a Alemania... y si mis calculos no fallan... este niño es tuyo, se enteró de su embarazo poco después de abandonarte... y por la edad que le calculo al niño... - soltaba una bocanada de humo de su boca.

-Sanji... ¿que voy a hacer con un niño? Solo tengo 21 años- me llevo las manos a la cabeza.

-Tranquilo Zoro, te ayudaremos, y lo haremos tambien por Robin- me sonreia Viola. -Ahora ve a darte una ducha, lo necesitas-

-¿Pero que haremos con el cuerpo de Robin?- pregunté llorando de nuevo mientras observaba al niño que aun Sanji sostenía entre sus brazos.

-No pienses en eso... ve...- le dijo Franky serio.

Como todos me insistían, me encamine hacia la habitacion donde hacia unas cuantas horas, Robin y yo llacimos juntos, no quise pensar mucho en eso, pues estaba demasiado saturado... entre al baño y me mire en el espejo por unos minutos, mi ropa estaba muy muy llena de sangre, toda teñida... mi piel estaba decorada por abundantes rios del espeso liquido color escarlata... mi mente recordó la manera en que asesine a Nami, Dragon no me imporataba mucho, y la verdad es que Nami tampoco... pero ¿como estaría de cabreado para no escuchar su suplica? Supongo que siempre e sido así, siempre e sido frio, cruel, detestable... menos con ella, menos con Robin.
Sacudo mi cabeza para eliminar esos pensamientos. Comienzo a desnudarme los pantalones caen al sueño por su propio peso, y yo mismo me deshago de la camisera y el resto de cosas... entro en la ducha y abro el grifo, la sensación del agua callendo por mi piel en estos momentos no tiene precio, es increible...termino de eliminar toda la sangre que habitaba en mi y salgo de alli con una toalla rodeada a mi cadera, entró en la habitación y basicamente me coloco un chandal... bajo de nuevo a donde estan mis compañeros.

-¿Mejor?- me pregunta Sanji cuando me ve aparecer, ya no tiene el niño entre sus brazos.

-Por fuera estoy limpio, pero por dentro...- me imagino todas las muertes provocadas, todos los asesinatos que cometi, todas las locuras que hice por ella... y a decir verdad... no me arrepiento. -¿Donde esta el niño?- preguntó para desviar el tema.

-Pues estaba en ese sillon de ahí- contestó Viola.

-¿Estaba? ¿Como que estaba? ¿donde está ahora?- me estaba alterando de nuevo.

Noto como algo o alguien tira de mis pantalones, me giro para ver que ocurre.

-¿Papá?- me preguntó el niño mientras me miraba fijamente.

Dios mio, es un niño precioso, piel blanca, cabello negro como la noche, labios finos y ojos verdes esmeralda... como los mios... tiene mis ojos; al contemplarlo mis ojos se encharcaron de nuevo pero esta vez mis lagrimas brotaban sin parar, estaba claro... ese niño es mi hijo.

-¿Papá?- me volvió a preguntar a la vez que volvía a tirar de mis pantalones.

Me agache para intentar ponerme a su altura y lo mire de frente.

-Hola pequeñajo... ¿como te llamas?- fue lo unico que le pude preguntar.

-Zoro...- me contestó con una hermosa sonrisa.

-Yo tambien me llamo Zoro, y sí, soy tu papá- le dije al niño, estee abrazo de golpe y mi llanto se profundizó más aún.

Tenia mucho dolor por la perdida de Robin, pero a la vez demasiada alegría por el regalo que me ha dado...
Esta bien, no tengo a Robin, no puedo recuperarla, nadie jamás podrá sustituirla, nunca sanara mi corazón, pero almenos lo tengo a él, tengo a nuetro hijo, tengo a mi pequeño Zoro.

LA LADRONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora