Pensamientos

565 33 2
                                    

ZORO

Habian pasado un par de dias desde la marcha de esa maldita mujer, yo no he comentado nada sobre la joya de la familia, prefiero estar alejado de la prensa, no me interesa que la gente opine que soy un adultero, o que saquen sus propias conclusiones.

Por mucho que lo intento, no puedo dejar de pensar en esa mujer, de verdad que llegue a sentir algo por ella, llegue a amarla, si no fuera sido así jamás le habría regalado algo tan importante.

Tashigi ya está aquí, se pone muy pesada con el tema de la joya, y yo simplemente le doy largas, hoy voy a salir a comer con ella, tengo que hablar con ella seriamente.

-Cariño ¿estas bien?- me preguntaba mientras se calzaba unos zapatos de tacón rojo.

-Si, ¿estas lista?- pregunte sin apartar la mirada de la ventana de mi habitación.

-Un segundo... me estoy dando cuenta de que no me gusta como voy, enseguida vuelvo.- dijo mientras revolvía toda su ropa.

-Tashigi, vamos a ir a comer, no a una pasarela de modelos- me heche ambas manos a la cabeza cansado.

-Ya estoy, podemos irnos- me sonrió. Nunca entere porque se cambio de ropa, yo la veia igual... no como a ella...

-Bien vamos- la cogi de la mano por cortesía y salimos de alli.

El camino en el coche con Tashigi se me hizo eterno, solo hablaba de tonterias, de dinero, de lo increiblemente guapa que era, y de lo mucho que ligaba cuando estaba soltera. Me tenia muy cansado, gracias al cielo no tardemos mucho en llegar al restaurante.
Era un restaurante de lujo, como siempre.
Nos sentemos en nuestra mesa, que yo anteriormente habia reservardo, pedimos algunos entrantes, y la comida.
Obviamente para ella todo era de dieta, sin azucar, poco aceite... cosas de Tashigi.
Yo acompañé toda la cena con mi bebida favorita, Sake, hoy lo necesitaba como nunca.
Por fin pedimos el postre, y yo, saqur fuerzas de donde no las tenia...

-Tashigi....- la miré.

-¿Si cielo?- me sonrió.

-Verás... yo...- cogi aire -te dejo....- lo solté de golpe provocando que ella casi se ahogue con el agua. -estoy harto de tus tonterias- di un trago de mi Sake.

-¿Como dices? ¿que me dejas tu a mi? Cariño... yo nunca he estado contigo, si estaba contigo era por lastima...- intentó defenderse.

-¿Por lastima o por dinero?- alce una ceja y curve mis labios de lado.

-Eres un gilipollas- me gritó en medio de todo el restaurante, provocando que todo el mundo nos mirara.

-Y tu una loca... creia que tenias algo de modales, pero viendo el espectáculo que estaa dando...- me limpié un poco la boca con la servilleta de papel y me levanté de mi asiento. -Por cierto, ya mandare a alguien con tus cosas...- y sali de alli andando dejandola sola, humillada... a partir de ahora las cosas iban a cambiar muchisimo...

ROBIN

Torao no me deja en paz, sigue empeñandose en que seamos algo mas que amigos, pero no...

Gracias a dios me he ido de misión otra vez, esta vez sera algo mas facil, seducir a un señor mayor y robarle el dinero.

El pobre hombre me ha llevado a su mansión, dice que le ha dado el dia libre a todos los empleados para estar solo... quiere una noche romántica... pobrecito... antes de empezar el plan, entro en el baño, con mis extraños poderes observo y escucho todo en esa mansión, y como el pobre hombre dice, esta vacía. Esto es pan comido.

Salgo del baño y me acerco a el que está en el salon esperandome.

-Ven aqui preciosa.- me miraba con lujuria desde el sofá de cuero negro.

-¿Porqué no tomamos algo antes de nada?- le sonreí.

-Muy bien, en ese armario hay copas y varias bebidas alcoholicas- me dijo señalando.

-Muy bien- me acerco al armario y lo habro. -¿Que prefieres Rayleigh?- puse una pose muy sexy.

-Pff... a ti...- me miró descarado y con lujuria de arriba a abajo.

-Aparte de eso....- insisti mientras sonreia.

-Un buen Whisky-

-Marchando un whiskycito para mi rey- cogi la botella y la saqué.

Aparte de la botella, cogi dos copas y añadí el Whisky, antes de guardar la botella y con disimulo abri una diminuta cajita que decoraba mi colgante, de ella saque un par de pastillas que le añadí, a la copa del pobre Rayleigh. Si este se piensa que se va a acostar conmigo las lleva claras.
Una vez puse las copas, guarde la botella en su lugar y cerré el armario.
Cogi las copas, y me encamine junto a Rayleigh que estaba ansioso por poseerme. Le entregué la copa que llevaba las pastillas.

-Eres un sol- me decia mientras apartaba un mechon de pelo de mi cara y lo ponia tras mi oreja.

-Gracias- le sonreí coqueta a pesar del asco que sentia en ese momento.

Cogi mi copa y la acerque a la suya haciendo que ambas sonaran.

-Salud- le dije, y bebi de mi copa.

Pude observar como Rayleigh se bebia la suya. Esto marchaba bien. Una vez terminadas las bebidas de nuestras copas, pusimos ambas sobre la mesa de camilla de cristal que había justo delante nuestro.

-Bien... por fin se va a cumplir mi deseo- comenzó a decirme.

-Lo estoy deseando- fingi.

-Asi me gusta...-

Comenzó a besarme y morderme el cuello mientras hacia el intento de acariciarme las piernas y algo más, yo solo me dedicaba a contar el tiempo que le quedaba para caer desmayado.
No tardó ni 10 segundos, como pude lo aparte de mi y me levante del sofa poniendome la ropa en su sitio. Cogi una llave que siempre llevaba Rayleigh encima, dentro del bolsillo de su chaqueta de traje.
Una vez estuvo la llave en mis manos, me encamine hacia un cuadro de él, debo decir que el cuadro era horrible.
Como pude y con la fuerza que tenia, aparte de la pared el grab cuadro dejando a la vista lo qur buscaba, una caja fuerte.
Introduje la llave y la abrí, estaba repleta de dinero, dinero que no tarde ni un minuto en meter en mi bolso.

Una vez hecho mi trabajo y con ayuda de mis poderes sali de aquella mansión.

Sanji como siempre estuvo esperandome una calle mas abajo con el motor en marcha.

-¿Todo bien princesa?- me preguntó preocupado como siempre.

-Estupendamente.- le sonreí mostrandole mi bolso.

-Bien, pues volvamos a casa- me miró y me devolvió la sonrisa.

Por el camino de vuelta a casa, vi en la puerta de un restaurante una chica que gritaba como las locas, lo que no sabia era a quien o a qué. Fijandome en su rostro pude comprobar que era la prometida de mi espadachin ¿que le pasara? Mejor evitar problemas.
Sanji se dió cuenta de mi interes por la chica.

-¿La conoces?- preguntó curioso.

-Se podria decir que si- lo mire divertida.

-¿Y se podria saber de que?- me sonrío muy simpático.

-Claroo, es la prometida del niño rico, con el que estuve unos 4 o 5 días de misión- mi cara cambió al recordar al joven Roronoa.

-Robin, ¿estas bien?- creo que Sanji me entendia, a el antes de estar con Nami le paso algo muy parecido con una tal Vivi..

-Si, estoy bien.- levemente sonrei para quitar importancia.

-Robin, por experiencia te diré... que eso nunca habría funcionado, ninguna relacion puede funcionar con una base llena de mentiras.- acarició mi cara con cariño en señal de amistad y cariño.

-Losé, me encanta hablar contigo- y volvi a girar mi vista para mirar por la ventana.

Sanji era de las pocas personas que lo sabian todo de mi, podia confiar en el plenamente, era un amigo fiel, excepcinal, le quieria muchisimo.

LA LADRONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora