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Lluvia.

Desde que volví era lo único que había.

Me había comprado un paraguas para no mojarme como todos por aquí.

Pero a veces, cuando no era muy fuerte la lluvia, salía para sentirla en mi rostro.

Me recordaba a Nuncajamás.

Pensando en todo esto, llegué a mi casa antes de que oscureciera.

Justo en ese momento salió el señor Edward de su casa y me saludó con una linda sonrisa.

Señor Edward: Buenas tardes, señorita Darling.

Solté una risilla y me acerqué a él para darle la mano.

______: Sabe que puede hablarme de tú, Edward.

Se encogió de hombros.

Señor Edward: Prefiero usar eso de la caballerosidad- estrechó mi mano amigablemente- Y bien ¿cómo le va? Hace mucho que no bebemos una taza de té.

Sonreí pensando en todo lo que había sucedido durante estos seis meses.

Cuando regresé estaba en problemas.

Al parecer los del orfanato llevaban muchos días buscándome y acabaron por encontrarme.

Tenía que regresar a ese horrible lugar y salir hasta cumplir con la mayoría de edad y yo no quería volver pero no había nada que hacer.

Hasta que el señor Edward apareció.

De alguna forma él sabía que Wendy Darling, su antigua vecina, había desaparecido pero dejando un testamento.

Y yo era la heredera única.

Wendy me había dejado su casa, todo su dinero e instrucciones precisas acerca de lo que sucedería conmigo si reclamaba mi parte de la herencia siendo menor de edad.

Era como si supiera que necesitaría eso más adelante.

Y así fue.

Se me permitió vivir sin tutores legales en la casa heredada con tres visitas al mes de una trabajadora social para ver cómo iban las cosas y si asistía a una escuela.

Si todo estaba en orden, seguiría viviendo sola.

Pero si no, tendría que volver al orfanato hasta cumplir con la mayoría de edad y así poder volver a tener acceso a todo lo heredado de Wendy para mi.

Si, si, una historia imposible.

Pero cierta.

______: Todo en orden, gracias por preguntar- contesté amablemente.

Despidiéndose con una inclinación de cabeza y una sonrisa, se alejó por la calle hasta perderse de vista al cruzar la esquina.

Saqué las llaves de la casa de mi bolsillo y abrí la puerta esperando ser recibida por Baelfire y su lengua cariñosa.

Se había convertido en un perro más grande pero igual de adorable como cuando lo encontré en aquel parque.

______: ¡Bae!- lo llamé canturreando- Volví, amiguito ¿dónde estás?

Ningún sonido.

Lo cual era extraño ya que siempre era recibida por él.

Encendí las luces dirigiéndome al cuadro de Wendy y le sonreí como siempre hacía al regresar.

No pude evitar sentir trsiteza y tocar mi cuello instintivamente al ver mi collar que me había sido quitado.

Gracias a la sombra de Jane.

Escuché a Baelfire ladrar en el piso de arriba y preocupada comencé a subir por las escaleras.

______: ¿Bae?

Casi nunca ladraba, era juguetón, si,  pero tranquilo.

Volvió a ladrar.

Provenía de la habitación del fondo donde yo dormía.

Y donde vi a la Sombra por primera vez.

La puerta estaba abierta asi que cuando entré pude ver que Baelfire miraba hacia la ventana cerrada sin pestañear.

______: ¿Qué pasó?- le pregunté aunque sabía que no iba a recibir respuesta.

Me coloqué a su lado y vi cómo la lluvia se habia convertido en una tormenta.

Solo que eso no era lo que llamó mi atención.

La segunda estrella a la derecha brillaba con mucha intensidad.

Sentí que algo sucedía en Nuncajamás pero no sabia qué.

Hasta que ocurrió una especie de explosión que iluminó todo el cielo pareciendose a un rayo.

Asustada dí unos pasos atrás y Bae también.

El viento comenzó a soplar tan fuerte que la ventana se abrió dejando entrar toda la lluvia y provocando que Baelfire comenzara a ladrar desesperado.

______: ¡Tranquilo, la cerraré!- exclamé tratando de hacerlo pero no podía.

Las luces comenzaron a parpadear y el viento se hacía cada vez más fuerte al igual que la lluvia y los rayos.

¿Qué estaba pasando?

De repente, vi cómo una silueta que flotaba se iba acercando hacia la casa.

Entrecerré los ojos para ver de qué se trataba.

O de quién.

Pero gracias al excelente clima me resultaba imposible.

La silueta comenzó a acercarse cada vez más al punto de que casi entraba por la ventana que yo seguía sin poder cerrar.

Bae se acercó para asomarse y vio algo que lo hizo comenzar a gemir de tristeza.

No supe por qué hasta que la silueta entró por la ventana cayendo al suelo y todo allá afuera se calmó.

Era un chico y estaba lastimado.

Y supe muy bien de quién se trataba cuando con dolor se giró a verme.

______: Tú...

Pan: Largo tiempo sin vernos, ______- dijo débilmente pero con una ligera sonrisa antes de desmayarse y dejarme atónita.

"El Chico En Mi Ventana" Peter Pan / Robbie Kay Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora