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Desperté sobresaltada por aquel sueño.

Llevaba teniendo la misma pesadilla desde que volví y siempre despertaba en el mismo lugar.

Al lado de la ventana.

Suspiré y siguiendo la rutina me levanté para beber algo.

Baelfire dormitaba sobre mi cama sin darse cuenta de que su ama seguía con sus problemas de sonambulismo.

Sonreí al mirar como movía su pata, seguramente soñando que corría en algún lugar.

Bostecé mientras bajaba por las escaleras y me dirigí a la cocina.

Cuando refresqué mi garganta debatí entre subir y conciliar el sueño o quedarme un rato en el estudio de la casa.

Decidí hacer lo segundo y al abrir la puerta algo hizo que me dieran escalofríos.

XX: Anya- susurró alguien detrás de mi.

Al girarme no había nada ni nadie.

______: ¿Hola?- murmuré sin estar segura de que recibiría respuesta.

Y así sucedió.

Con una mueca, cerré rápidamente la puerta y encendí la luz para dirigirme al escritorio.

Sobre este se encontraba la nota que llevaba analizando sin parar desde que la encontré escondida en el cuadro de Wendy.

Es tarde.
Necesito ocultarla de ella.
No sé cómo se enteró pero sin duda ya sabe que heredó mi don.
Él podría ayudarme pero es bastante arriesgado y es tan pequeña...
Tengo que dejarla.
No quería llegar a esto porque me partiría el corazón.
Pero es necesario si quiero que viva.
Mi pequeña Anya.
Ahora convertida en ______.

Cubrí mi cara pensando en lo que decía.

Lo único que hacía era crearme más dudas en lugar de darme respuestas.

Se suponía que Pan me quería para eliminarme y conservar su poder pero...

¿Por qué Wendy quería ocultarme de "ella"?

¿Estaría hablando de Jane?

Volteé a ver el cuadro y me levanté para tocarlo.

Como en mi sueño, me llevé la mano al cuello sintiendo tristeza por haber perdido mi collar.

De pronto, oí como algo rascaba la puerta del estudio.

Me invadió un gran miedo que por unos instantes me hizo desear no haber bajado.

Pero entonces reconocí el ladrido de Baelfire y con alivio me dirigí a la puerta para abrirle.

Entró haciendo ruido con sus patas bajo la madera y meneando la cola.

______: Si vuelves a asustarme de esa manera te echaré a la calle- dije en tono de broma.

Bae ladró y me lamió la mano dulcemente.

______: Anda ya, volvamos a la cama.

Ignorando mis palabras, me rodeó y se dirigió frente al cuadro de Wendy para luego mirarme insistentemente.

Negué con la cabeza y haciendo un ademán para que volviéramos arriba soltó un gruñido de resignación.

Podía enfadarse conmigo todo lo que quisiera pero no haría lo que quería.

Jamás me atrevería a intentarlo de nuevo.

...

______: Hasta luego, que lo disfrute- le dije al último cliente que se despidió con un ademán.

Sonreí al ver la hora y cambié de turno con mi compañero.

______: Buenas noches, Wilson.

Wilson: Buenas noches, Darling.

Le golpeé suavemente el hombro y este sonrió.

Wilson: Andas de buen humor, ¿ya te la dió el jefe?

Suspirando, saqué cuidadosamente la carta que solicité y se la mostré.

La leyó y cuando llegó al final me la devolvió orgulloso.

Wilson: Creo que con eso bastará ¿no?

______: No sé qué espere Janeth pero hasta ahora me he portado correctamente- dije mientras volvía a guardar la carta.

Wilson: Me alegro por ti.

En ese momento, oímos como alguien entraba al local y supe de quien se trataba cuando Wilson se puso rígido.

Pícaramente le susurré que tuviera suerte y me dirigí a la salida.

Salí en el momento que empezó a llover y abrí mi paraguas.

Desde hacía 4 meses trabajaba en aquella sucursal de Starbucks para tratar de ganar dinero por mi cuenta.

No me gustaba usar el dinero que me heredó Wendy.

Janeth, la trabajadora social que me visitaba, vendría a comprobar que todo se encontraba en orden en un par de días y necesitaba una carta de mi jefe para manifestarle mi buen comportamiento.

Las clases habían terminado asi que no era un problema eso.

Mientras admiraba a la gente caminar a mi alrededor, me sentí inquieta de repente.

Como si alguien me siguiera.

Instintivamente giré la cabeza pero no había nadie sospechoso.

Fruncí el ceño y aceleré el paso.

XX: Anya- escuché justo detrás de mi oreja.

Volví a girar la cabeza pero nada.

La lluvía se hacía cada vez más intensa al igual que los latidos de mi corazón.

Sin saber por qué, comencé a recordar momentos que sucedieron antes de llegar al orfanato.

Cuando Wendy me leía, cuando jugábamos juntas, cuando nos sentabamos a ver las estrellas por las ventanas y otros momentos más.

Eso nunca antes me había pasado y una lágrima se deslizó por mi mejilla.

Entonces sentí como una mano familiar se posaba sobre mi hombro.

______: ¡Abuela!- grité cuando me giré.

Pero detrás de mi había un niño pequeño que se asustó y su madre también.

El pequeño me miraba con temor y la madre con una mezcla de confusión y enojo.

______: Disculpen.

¿Qué me estaba pasando?

"El Chico En Mi Ventana" Peter Pan / Robbie Kay Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora