°Eijiro Kirishima°

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Una mala nota me había hecho salir de muy mal humor del salón de clases, sentía que si alguien se cruzaba en mi camino, lo convertiría en polvo en un segundo. Con todo el desgano posible, me dirigí a la cafetería y, tras pedir mi comida, comencé a buscar un lugar con la mirada.
Al divisar una mesa al fondo del lugar, caminé a paso rápido por miedo a perder el asiento. Iba tan concentrada en la mesa que no pude ver cuando un sujeto de cabello rojo prácticamente cayó sobre mi.
Lo primero que golpeó el suelo fue mi espalda y luego mi cabeza, haciendo que me mareara levemente.
Todo me daba vueltas, pero aún así pude divisar cómo el tipo de cabello rojo se acercaba demasiado a mi.

—¿... escucharme... bien... duele?—

—¿qué...?—solté con dificultad al no escuchar con claridad qué quería decir.

Poco a poco pude ir volviendo a la normalidad, notando el rostro preocupado del chico.

—YO... SER... EIJIRO... YO... GOLPEARTE... POR ACCIDENTE... ¿TÚ... BIEN?—enarqué una ceja.

—¿podrías alejar tu cara?—solté mientras me reincorporaba con dificultad—. Sufrí un golpe no una lobotomia, imbécil.—el chico sonrió aliviado.

—L-lo siento... mi amigo Bakugo me mandó a volar por haber comido una de sus patatas, no era mi intención caer sobre ti.—

—Tsk... lárgate, estoy bien.—solté mientras me ponía de pie y sacudía levemente los restos de comida sobre mi ropa.

—¿segura? Deberías ir a la enfermería, si quieres, puedo acompañarte.—

—No, gracias. Ya tuve suficiente de ti.—

—¿sabes? Te pareces mucho a Bakugo.—rió—. Por suerte sé lidiar con amargados como tú.—

—¿acaso me llamaste amargada?—solté con algo de molestia.

—No no no.—se defendió de inmediato—. Yo sólo... nada... Si no quieres ir a la enfermería, al menos déjame comprarte el almuerzo.—

—Bueno... eso podría aceptarlo.—el chico sonrió.

—¡estupendo! Ya vuelvo.—soltó emocionado—. Primero iré por algo para limpiar este desastre...—negué.

—Yo me encargo de esto.—

Apunté mis manos hacia la hamburguesa y las patatas en el suelo y, en menos de 5 segundos, las convertí en un montón de polvo.

—¡estupendo!—el chico me miró sorprendido antes de ir por la comida.

Con ayuda de unas hojas de mi cuaderno, junté el polvo y lo arrojé en un cesto de basura, para luego buscar una mesa libre. Después de unos pocos minutos, el chico de pelo rojo apareció con dos bandejas de comida.

—No era necesario tanto.—solté al ver tanta cantidad de alimentos.

—Oh, en realidad esto es para mi. Espero que no te moleste que te acompañe.—me encogí de hombros.

—Adelante, es un país libre.—

Tras presentarse rápidamente, Eijiro comenzó a hablar como si nos conociéramos de toda la vida, realmente me sorprendía la confianza que este chico tenía con los demás.

—Entonces... ¿Bakugo es el idiota malhumorado que ganó el festival deportivo?—el chico asintió—. ¿cómo tú y tus compañeros pueden tolerarlo? Las pocas veces que lo vi o escuché hablar, me dio la impresión de ser insoportable.—

—Bueno...—Eijiro rió—. Es nuestro compañero, debemos llevarnos bien como sea. Pero no es un mal chico una vez que lo conoces, sólo tiene... una personalidad algo intensa ¡como tú! Creo que si llegas a intercambiar unas palabras con él, podrían llevarse bien.—

—Sí... o volar la escuela en dos segundos.—Eijiro rió con ganas.

—Eso también sería posible, si.—

La campana que indicaba el fin del receso sonó, por lo que los alumnos comenzaron lentamente a marcharse del lugar.

—Bueno, Eijiro Kirishima. Fue un placer haber sido aplastada por ti.—solté mientras me ponía de pie y le sonreía.

—Pues, fue un placer que hayas amortiguado mi caída.—me devolvió la sonrisa—. Tal vez... podamos ¿charlar en otra ocasión? ¿a la salida?-—soltó mientras rascaba su nuca nervioso.

—Mientras no vuelvas a aplastarme, seguro.—

—¡genial!—respondió emocionado—. Entonces nos vemos en unas horas.—se alejó unos pasos.

—¡nos vemos!—

El chico tropezó con un banco del lugar por estar mirándome, haciéndome reír.
El mal humor que tan amargada me traía se evaporó en un segundo, y todo gracias a un pequeño accidente con el chico de rojos cabellos.

El mal humor que tan amargada me traía se evaporó en un segundo, y todo gracias a un pequeño accidente con el chico de rojos cabellos

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~ONE SHOTS Y COSITAS RANDOM (BNHA/MHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora