—Otra vez actúas raro ¿qué te aflige esta vez?—pregunté mientras me sentaba junto a Izuku y recostaba con pereza mi cabeza sobre la mesa.
—____... ¿por qué estás conmigo? Me refiero a... ¿por qué me elegiste a mi teniendo a tantos admiradores?—
—De nuevo con eso...—suspiré—. Porque tú me gustas, simple.—
—Pero ¿por qué te gusto?—lo miré.
—Porque sí.—Izuku suspiró.
—Eso no me dice mucho...—
—No tendrías que darle muchas vueltas al asunto, entiendo que a ti te gusta tener la respuesta de todo pero... yo no puedo darte una concreta.—el chico agachó levemente la mirada.
—Cada vez que te pregunto, me respondes lo mismo, pero...—
—Veamos, mi lindo brócoli con pecas.—me senté correctamente y tomé sus mejillas, pellizcando con cariño las mismas—. ¿tú me quieres?—asintió firmemente—. Pues yo también te quiero a ti, listo. No hay más que decir.—
—Pero no me dices el porqué...—
—¡porque eres hermoso, pequitas!—solté algo alterada por la insistencia del chico—. Eres inteligente, dulce, atento y la personita más bonita que he visto en mi vida.—
—¿yo... bonito? No creo que sea lindo.—soltó inseguro.
—Cada cosa y persona tienen su belleza, pero no todos pueden verla.—sonreí antes de besar fugazmente sus labios—. Por mi parte, me alegra ser la única que ve tu hermosura, así no tengo que compartirte con nadie. Igual... si alguien intenta entrometerse, muere.—sonreí.
—E-eso es muy extremo.—exclamó Izuku nervioso.
—¿ya estás feliz con mi respuesta?—
—Algo así... aunque creo que nunca entenderé realmente qué es lo que tú ves en mi.—
—Todo, Midoriya.—me abracé con firmeza a su brazo mientras recostaba mi cabeza en su hombro—. Yo lo veo todo de ti, y me encantas tal y como eres.—
Sentí como Izuku se relajaba ante aquello y recostaba suavemente su mentón sobre mi cabeza.
—T-tú también me encantas, ____.—sonreí.
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