~ONE SHOTS Y COSITAS RANDOM (BNHA/MHA)

°Hanta Sero°

Dedicado a genmitsuki

~•~

Como nuevo miembro de la H.U.C, mi trabajo era simple: ser una víctima.
U.A nos había contactado para solicitar algunos actores para sus próximos exámenes, y para mi suerte, fui elegida como parte del equipo.
Según el jefe, los alumnos de la academia debían "interrogar" a los testigos de algún delito en la ciudad, nuestro trabajo era brindarles información sobre los hechos, poniendo algo de resistencia y complicándoles un poco la tarea.

—Bueno, ____. Hoy serás mi hijita.—soltó sonriente Frima mientras íbamos camino al área de prácticas de la U.A.

—¿qué papel harás? ¿mujer gritona, llorona o enojada?—

—No lo sé, improvisaré ¿Qué hay de ti?—me encogí de hombros.

—Seré la típica "adolescente complicada"—sonreí—. Espero lograr sacar de quicio a alguno de esos chicos.—

—Que malvada eres...—

Al llegar al campo de entrenamiento, todos nos ubicamos en nuestros lugares.
A Frima y a mi nos tocaba simplemente caminar por la acera y esperar a que alguno de los héroes se acercara a hablarnos.

Mirábamos distraídas una "tienda de ropa", cuando dos chicos se acercaron a nosotras.

—Buenas tardes, señoritas.—habló un sujeto con una extraña cola—. ¿Podríamos hacerles unas preguntas sobre un incidente que ocurrió en la otra manzana?—

—¿por qué debería hacerlo?—contestó Frima mirando de mala manera al chico.

—Porque es nuestro trabajo.—respondió el otro chico—. Soy Cellophane, él es Tailman y somos los héroes designados para resolver este hecho.—

—Ah... ¿y?—respondí desinteresada, haciendo que el chico perdiera un poco de paciencia.

—¿Vieron algo sospechoso?—

—Solo a un tipo raro preguntándonos si vimos algo sospechoso?—

—...—

—...—

—... Soy yo ¿verdad?—no pude evitar reír.

—¡bingo, chico cinta!—

—Estamos de paseo ¿de verdad arruinarán nuestra tarde?—intervino Frima.

—Solo serán unas preguntas, es todo.—el chico de la cola parecía algo molesto.

—¡tranquilo, amigo! No querrás que les baje puntos ¿verdad?—el rubio bajó la mirada.

—Escuchen, señoritas. Solo queremos saber si vieron algo relacionado al crimen, no les llevará mucho de su tiempo y podrán seguir con su paseo.—el otro chico sonrió tiernamente.

—¿cómo te llamas?—pregunté.

—Ya te lo dije, Cellophane.—

—Me refiero a tu verdadero nombre.—

—Oh, Hanta.—

—Hanta... es un lindo nombre.—el chico se sonrojó—. Escucha, Hanta. Déjame darles un consejo, sean más pacientes. Todo el tiempo les tocarán víctimas igual o peor de molestas que nosotras y sería totalmente entendible, tienen miedo o simplemente se sienten invadidos por sus preguntas. Tengan más paciencia y, aún mas importante, siempre con una sonrisa, eso hace que la gente se sienta más cómoda.—el chico sonrió—. Exacto, una sonrisa igual a esa.—

—Gracias por el consejo.—le guiñé un ojo.

—No es nada, y por cierto, en cuanto a tu pregunta, vimos a un tipo con un gran bolso correr por la otra acera rumbo al centro de la ciudad.—

—¡gracias por la ayuda!—soltó Hanta emocionado mientras se alejaba unos pasos.

—¡de nada!—

—Vaya... ¿fue idea mía o entre tú y el chico ese había una vibra extraña?—

—Fue idea tuya.—reí—. Solo fui amable ¿qué hay de raro en eso?—

—Como tú digas...—

Al terminar las pruebas, todos los actores salimos de la escuela y nos preparamos para subirnos al autobús que nos llevaría a casa. Charlaba a gusto con Frima, cuando Hanta se paró frente a nosotros.

—Hola, Hanta ¿cómo les fue en el examen? ¿atraparon al sospechoso?—

—Si, gracias a tu consejo pudimos entrevistar a unos cuantos civiles más y dimos con el culpable. Debería agradecerte y ni siquiera sé tu nombre, eso es muy vergonzoso.—reí por lo bajo.

—Soy ____.—Hanta sonrió.

—Gracias por todo, ____.—

—Fue un placer.—

—Entonces... me preguntaba si te gustaría ir conmigo a tomar una malteada algún día, ya sabes, como agradecimiento.—enarqué una ceja.

—¿no te parece que estás siendo demasiado exagerado? Digo, solo te di un consejo.—

—Bueno.—rascó su nuca nervioso—. Solo buscaba una excusa para invitarte a salir.—sonrió.

—Buena técnica entonces.—le quité una lapicera a Frima y tomé la mano de Hanta, escribiéndole mi número telefónico—. Llámame cuando quieras tener esa cita.—

—¿qué te parece mañana?—sonreí.

—¿mañana no te parece muy pronto?—

—En realidad me gustaría que fuese hoy mismo pero...—

Nos indicaron que era hora de irnos, por lo que besé fugazmente a Hanta en la mejilla antes de comenzar a caminar hacia el autobús.

—Hasta mañana, chico cinta.—

—Sí... hasta mañana.—

Al sentarme junto a la ventanilla, vi como el chico me saludaba sonriente, a lo que le devolví el saludo de la misma forma.

—¿lo ves? Les dije que tenían una vibra especial.—

—No, dijiste que era extraña.—respondi sin despegar mi mirada del chico.

—Es lo mismo...—