Cap. 12- I'll do it

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La tomó de la mano. Por primera vez en un mes el tacto de Lena era caliente y Kara temió que alguien más pudiera observar el humo que desprendía su piel, además de las claras llagas que ahora comenzaban a notarse en su rostro. Le colocó la capucha de su buzo oscuro, jaloneándola en dirección a la puerta del baño de la comisaría y estaba dispuesta a marcharse junto con la pelinegra al instante cuando la mujer pelirroja a la que le estuvo dirigiendo una mirada de rencor la interceptó, tomándola del brazo para detener su caminar.

—¡Espera, Kara! —cuando sus ojos azules se fijaron en Alex parecían estarla acuchillando y su hermana solo tragó con fuerza al recibir tal mirada —. Yo... me preguntaba si... es decir, tengo tantas preguntas y... quisier-

Soltándose de su agarre con brusquedad, Kara miró a su alrededor, esperando que aquello no fuera tomado como una especie de agresión contra un ente de la ley.

—¡Jódete! No tengo tiempo para ti.

—Pero, yo... —esta vez, intentando detener el andar de su hermana menor, Alex tomó a Lena por su muñeca, soltándola al instante cuando la mujer pálida se quejó ante su agarre —¡L-Lo siento!

Kara miró a Lena sorprendida ante el gemido de dolor que emitió. Tomando con delicadeza su brazo, la rubia lo descubrió de su buzo solo para encontrarse con una marca rojiza, producto del agarre de Alex, que, aunque no fue brusco, dejó esa marca debido a lo delicada que se encontraba en ese momento la piel de la vampira, quien se tambaleó un poco en su sitio al sentirse débil. Lena reposó su frente en el hombro de Kara, quejándose de nueva cuenta ante el propio tacto de Kara, quien apartó sus manos de ellas sin saber qué hacer.

La rubia sintió pánico, pues no sabía qué hacer en frente de tantas personas y se percató de que Alex miraba confundida a Lena debido a que comenzó a desprender mucho más humo. Gruñendo por el enojo que le causaba la presencia de Alex, junto con la presión que sentía ante la situación de Lena, Kara volvió a estrechar sus ojos a su hermana, llevando con delicadeza una de sus manos a la cintura de Lena. Señaló a Alex de forma acusadora con su otra mano.

—¡No la toques! No te atrevas a poner un solo dedo encima de ella de nuevo o te lo juro que voy a golpearte en frente de toda esta maldita gente sin importarme un carajo lo q

Kara calló apenas sintió la lengua de Lena en su cuello. Su mano comenzó a temblar y de nueva cuenta notó la mirada de confusión que sostenía Alex y se acrecentaba al notar su actitud peculiar. Kara abrió varias veces sus labios, queriendo insultar a la pelirroja, no obstante, al momento en que Lena clavó sus colmillos en ella lo único que pudo hacer fue gemir. Durante un minuto completo, Kara estuvo frente a Alex actuando de una forma aparentemente extraña para su hermana. Sus mejillas se sonrojaron por completo y mordía sus labios cuando las ganas de gritar y gemir eran inminentes.

—. Ah... lo que... —la rubia gruñó un poco al notar su voz temblando y lo rara que se notaba su situación —... ¡vete al carajo, Alex!

Su hermana la miró confundida por la forma lasciva en que se escuchó su voz y quiso seguirla cuando, sin apartar a la pelinegra de su abrazo, comenzó a caminar con ella fundida en su cuello en dirección a la salida de la comisaría, no sin antes mostrarle su dedo del medio. Sin mirar atrás, Kara salió de la comisaría, escuchando un quejido por parte de Lena al momento en que la luz del sol las tocó. La pelinegra se desprendió de ella finalmente, pero lo hizo de una manera tan brusca que Kara tuvo que llevar su mano a su cuello debido a que la sangre comenzó a brotar de su herida.

—Lena... ¡Lena! —quiso tomarla de la mano, sin embargo, la duda de si su agarre causaría una mara en su piel la hizo detenerse. La guio hasta un callejón cercano —, está bien, estarás bien... mírame.

Towards the DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora