Cap. 27- Sweet

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Lo observó en el bar.

Él estaba sentado cerca de la barra mientras que ella se encontraba en una mesa en la lejanía, pues había estado esperando a que arribara el lugar por largas horas. Estrechó sus ojos a él y sintió su sangre hervir cuando comprobó que en efecto él estaba viéndose con otra joven que no era Kara. Bebió el vaso de whisky de un trago y se levantó de su lugar en la mesa, dejando un billete debajo del vaso y encaminándose hasta él.

Con cada paso que daba sentía su enojo aumentar y sin pensarlo mucho se detuvo a un lado del hombre, captando su atención cuando hizo una señal al barista para que le sirviera algo.

—Sírveme un whisky en las rocas, por favor.

Sabía que tenía los ojos marrones del hombre sobre ella, pero no hizo más que recargar su rostro en su mano mientras esperaba, aparentemente aburrida, su bebida. Sintió el brazo del hombre cerca del suyo y solo entonces se giró para mirarlo. Él le regaló una sonrisa coqueta y, por primera vez en su vida, deseó ser lo suficiente osada como para golpearlo, pero se contuvo.

—¿No es algo un poco ardiente para una lindura como tú?

—¿Eso crees? —Adam rió, asintiendo con su cabeza y girándose hacia ella, haciendo que notara que tenía toda su atención. Correspondiendo la sonrisa del joven, Lena tomó su vaso cuando el barista se lo sirvió y bebió todo el contenido de un trago sin mucha vacilación sorprendiéndolo de sobre manera —. ¿Quieres que te muestre algo verdaderamente ardiente?

Ampliando su sonrisa, él asintió con su cabeza y ella se levantó de su sitio, dejando otro billete bajo su vaso y comenzando a caminar lejos de la barra. Él la siguió sin dudarlo y cuando se encontraron en una parte lo suficientemente oscura del lugar, Lena lo tomó del cuello de su camisa, desapareciendo con él en una nube de humo y asustándolo cuando aparecieron en un lugar que él no podía reconocer.

—¡¿Qué caraj-

Ella mantuvo sus ojos verdes fijos en los marrones del hombre, que intentó apartar su mano sin éxito alguno. Cuando él intentó quitar su mano de nuevo, Lena solo sintió mucha más ira dentro de ella y lo empujó contra la pared con fuerza haciéndolo quejarse del dolor debido a la fuerza que había utilizado. Lo alzó un poco, apretando tanto su mandíbula que comenzaba a dolerle.

—¿Cómo pudiste? —sus ojos brillaron en un tono rojo y Adam finalmente sintió el pánico invadirlo —. ¡¿Cómo podrías traicionarla con cualquiera?!

—¿D-De qué est-

—¡No juegues conmigo, maldito imbécil! —golpeando la pared con fuerza, Lena abrió un orificio en la misma y Adam solo pudo sentir sus piernas temblar por lo asustado que se encontraba —. ¿Cómo podrías engañarla? ¡¿Cómo?! ¡Ella es todo lo bueno que hay en este miserable mundo y tú solo la utilizas! —volviendo a empujarlo contra la pared, presionó su agarre en su camisa. Sintió unas enormes ganas de estrangularlo y sin pensarlo mucho tomó con ambas manos su cuello —. Ella es... perfecta... es tuya y tú...

—Detente, Lena. —sintiendo una mano en su hombro, la pelinegra giró su cabeza para encontrarse con su hermano mayor, que de alguna forma la había seguido —. Déjalo ir.

—¡Él la lastima!, —haciendo un poco más de presión en su cuello y viendo como él comenzaba a ponerse cada vez más rojo —... así que yo voy a lastimarlo a él.

Lex notó el enojo y la ira en sus ojos, entonces supo que ella estaba decidida a acabar con Adam. Tomó el rostro de su hermana con fuerza, obligándola a mirarlo a los ojos y entonces cuando un brillo rojo surcó sus ojos, ella liberó al hombre, cayendo en su hipnosis.

Towards the DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora