Cap. 33- The Dawn

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Lena permaneció con su rostro girado debido al golpe.

Parpadeó varias veces, impresionada. Lentamente llevó su mano a su mejilla; sintiendo el dolor punzante de la bofetada que Kara acababa de propinarle. Su piel se sentía ardiente en esa zona de su rostro y para sorpresa de la rubia, ella comenzó a reír. Fue una pequeña risa al principio, sin embargo, luego ella se giró para mirar a Kara a los ojos y finalmente comenzar a reír más fuerte mientras la miraba a los ojos.

—¡Kara, eso dolió!

—¡Por supuesto que debía doler, idiota! ¿Acaso sabes todo lo que pasé? ¡¿Tienes idea de cómo me sentí?! Todo por ti, por tu culpa.

—Lo sé y lo siento... pero es que... —sin parar de reír, Lena tomó la mano de Kara; guiándola hasta su mejilla para que sintiera su piel cálida en aquella zona —, dolió.

—Te repito que se supone que debía doler, imb- espera... —tomando el rostro de Lena en sus manos, Kara frunció su ceño un tanto extrañada. La rubia abrió sus ojos con sorpresa tocando todo el rostro de Lena y sus manos, haciendo que ella volviera a soltar una risa —. ¡Diablos! ¿Acaso volviste a ponerte bajo el sol? —Kara dejó de lado su enojo, quitándose aquel suéter de lana e intentando cubrir a Lena con él —. ¿Qué haré? ¿No hay sangre por aquí? ¡Porque me rehúso a dejar que me muerdas, chupasangre infeliz!... cuando te mejores voy a abofetearte muchas más veces, ¡por idiota!

—Te amo... y te extrañé.

Lena llevó la mano de Kara hasta sus labios, dejando un beso en el dorso de la misma y causando que la rubia frunciera su ceño, apartando su mano de ella. Los ojos de Kara se fijaron en la sortija que estaba en su dedo izquierdo, a la cual Lena también le había dado un beso y la miró de forma acusadora.

—¡Esto es mío, imbécil!

Kara se la había puesto apenas recuperó la memoria, mientras pensaba en lo que le diría a Lena y en cómo iba a golpearla cuando la viera. Por fin se sentía completa con aquella sortija puesta, pero el enojo seguía latente en su interior y esta vez iba dirigido a la mujer pálida bajo ella.

—¡¿Así que estoy muerta, imbécil?! —tomó el rostro de Lena en sus manos, apretando sus mejillas con fuerza y causando que ella se quejara un poco —, ¡¿cómo te atreviste?! Me engañaste... y no solo eso, ¡me manipulaste! Me obligaste a ver a el imbécil de Adam como te veo a ti y fue un fiasco total, ¡¿en qué carajo estabas pensando?!

Lena soltó un gritillo agudo cuando Kara jaló sus mejillas tanto como pudo, estirándolas hasta que, al soltarlas, Lena sintió todo su rostro doler.

—Decidí que era lo mejor para ti.

—¡¿Y quién coño te crees para decidir qué carajos es lo mejor para mí?!

Alcanzando un cojín del sofá, Kara comenzó a golpearla con él con algo de fuerza, pensando que, por su condición inmortal, ella no sentía dolor alguno. Estaba equivocada, pues con el primer golpe Lena quedó algo atontada y los que le siguieron a ese fueron mucho peores.

—Porque... ¡soy tu esposa!

—¡No, no lo eres! —Kara volvió a golpearla tres veces con el cojín, causando que Lena gimiera de dolor y se mareara mucho más —, solo eres una... ¡una chupa sangre maldita! —le dio un fuerte toque en el pecho a Lena quien solo pudo quejarse ante el dolor que le causó por la forma brusca en que lo hizo —. ¡Estuve teniendo sexo heterosexual sin llegar al orgasmo una sola vez, todo gracias a ti! Es increíble, ¡eres increíble, me obligaste a mantener relaciones sexuales con un maldito imbécil!

—No lo hic-

—¡Cállate, maldita sea! —por tercera vez, Kara la golpeó con el cojín y gruñó con enojo al no poder hacer algo peor que eso —. ¿Acaso nunca ibas a contármelo? ¿Ibas a dejarlo todo así por el resto de mi maldita vida? ¿Ibas a mantenerme a escondidas de tu inmortal familia, cogiéndome en este departamento de mierda todas las noches como si fuera tu puta privada?

Towards the DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora