Cap. 13- Diamond

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Kara caminó con prisa por el oscuro callejón, acortando el camino en dirección al lugar que era de su interés. Lena sujetaba su mano con algo de fuerza, evitando soltarla desde que bajaron del auto para adentrarse en aquellas oscuras calles, pudiendo divisar personas en los rincones y otras escondidas en lo profundo de algún callejón sin salida.

En el momento en que Kara se detuvo frente a la puerta trasera de uno de los altos edificios, Lena tragó con fuerza y la rubia le dio varios toques a la puerta, ajustando un poco su buzo oscuro en el proceso. Pasaron unos minutos y Lena dejó la mano de Kara para aferrarse por completo a su brazo, haciendo que ella la mirara con una sonrisa un tanto burlona. Entonces una rejilla se abrió en la puerta y Lena dio un pequeño salto en su sitio al encontrarse con unos azules ojos clavados en ella.

—What does the fox say?

La pelinegra arqueó una ceja a la pregunta que la ronca voz acababa de hacer en un extraño tono melodioso y observó a Kara con interés. La rubia soltó un suspiro y contestó con desgano.

—Ring-ding-ding-ding-

—Nu-hum... conoces el protocolo.

Volvió a hablar la lúgubre voz y Kara gruñó.

—¿Es en serio, Leslie? —la persona en el interior del edificio asintió con su cabeza y Kara gruñó —. ¡Pero ya sabes quién cojones soy!

—Más despacio cerebrito... o sigues el protocolo o no entras a mi guarida.

Kara soltó un gruñido de frustración y carraspeó un poco antes de contestar con el mismo tono cantarín que había usado Leslie antes.

—Ring-ding-ding-ding-dingeringeding! Gering-ding-ding-ding-dingeringeding! Gering-ding-ding-ding-dingeringeding!

—What the fox say?

—Wa-pa-pa-pa-pa-pa-pow! Wa-pa-pa-pa-pa-pa-pow! Wa-pa-pa-pa-pa-pa-pow!

—Oh por dios, que ridícula te oyes. —Leslie, al otro lado de la puerta, comenzó a reír y Lena cubrió su boca con sus manos, evitando reír al ver el gesto de enojo en el rostro de Kara —. Ya pasa... antes de que me causes un infarto.

—¡Vete a la mierda, Leslie! —Kara se abrió paso por la puerta apenas escuchó que la misma era abierta y Lena, a su lado, la siguió de inmediato; pasando por un lado de la mujer de cabello blanco que no había parado de reír desde que Kara había terminado aquella extraña canción —. Necesito un favor.

Habló Kara una vez se encontró en el interior del que Lena pensaba era el hogar de la mujer de piel tan pálida como la suya. El lugar parecía más bien un extraño depósito, Lena observó con curiosidad las máquinas que poseía la mujer de cabello blanco por toda la estancia y se sorprendió de encontrarse con una pared repleta de pantallas planas, además de encontrarse con basura por todo el suelo, ya fuera de comida rápida o vasos desechables de café. Leslie se sentó frente a un escritorio y presionando un botón en el teclado que estaba frente a ella, Lena observó con sorpresa como las diversas pantallas se encendieron frente a la mujer de cabellos blancos, entre ellas, una en la que se observaba claramente las zonas fuera del edificio y una en la que se podía divisar el auto de Kara estacionado unas calles lejos de allí.

—Sí, bueno... necesito una almohada para mi trasero, ¿la ves?

Respondió Leslie, señalando lo que se encontraba entre la silla en la que estaba sentada y ella. Kara giró sus ojos, observando con curiosidad las pantallas en frente a su conocida.

—Me debes un favor.

—¿Ah sí? —preguntó la mujer de cabello blanco con una ceja alzada. Tecleando rápidamente en su computadora abrió en una de las tantas pantallas un archivo, en el cual se veían los nombres de varias personas, entre ellos el de Kara —. ¡Oh, tienes razón! Te debo un favor... así que... —se giró en su silla hasta estar frente a frente con Kara —. ¿Qué necesitas, Danvers? ¿El lugar correcto para ocultar un cadáver? ¿Una nueva identidad? ¿Un kamasutra de otro planeta?

Towards the DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora