Cap. 24- Little Sparrow

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Kara observó la pintura frente a ella con desgano.

Soltó un suspiro, tomando de nueva cuenta el pincel para terminar de darle otro toque al cuadro. Entonces sintió una mano en su hombro y dio un salto en su sitio, girándose para mirar a quien sea que estuviera atrás de ella. Su profesor estaba allí y miraba con interés lo que ella estaba pintando. Tragó con algo de fuerza, deseando poder ocultarse en algún sitio, pues ese profesor en sí tenía una reputación de ser estricto.

—¿Qué es esto?

—Una... ¿pintura?

—Correcto, pero... ¿qué es? ¿Qué representa para ti?

La rubia volvió a fijar sus ojos en el cuadro. Había decidido pintar sus sueños, pues Sam se lo había recomendado para ayudarla a aclararse y le pareció una idea inteligente, además de artística.

Sin embargo, lo que podía recordar de ellos siempre era aquella sombra difusa, siempre a su lado o frente a ella. En esta pintura intentó representar lo último que había soñado hace dos días. Una mujer en un ataúd. Con pintura negra, apenas le dio pocos detalles al rostro desvanecido, marcó un poco sus pómulos, podía entenderse que sus ojos estaban cerrados y decidió que no tendría labios. Continuó con su cuello, dejando partes en blanco para representar el brillo de la joya que poseía la mujer y le dio unos pocos detalles al vestido que ella tenía puesto en su sueño.

La hacía sentir triste.

—Alguien que perdí.

Su respuesta fue casi automática, como si alguien más haya hablado a través de sus labios y sintió una electricidad recorrerla, pensando que la respuesta no le gustaría al hombre tras ella.

—Es perfecto, entonces.

—Lo sé. —de nuevo, Kara sintió que habló sin pensar y abrió sus ojos con sorpresa cuando recibió una mirada reprobatoria por parte de su profesor —. Es decir, yo... ah... ¡muchas gracias! Seguiré... esforzándome, señor.

—Eso espero, señorita Danvers. Tiene un potencial que no había visto en mucho tiempo, no me gustaría que su confianza sea lo que la lleve a la ruina.

Dándole un último toque en el hombro, él se alejó de ella continuando con el resto de sus compañeros. Kara lo siguió con la mirada, frunciendo un poco el ceño.

—Idiota. —murmuró la rubia para sí misma, abriendo sus ojos al escucharse a sí misma. Llevó su mano libre a sus labios, queriendo detenerse de decir cosas que no deseaba decir, o al menos que no pensaba antes de decir —. ¿Qué está mal conmigo?

Se levantó de su lugar, dejando el pincel junto con los otros y tomando su mochila.

Sabía que podía dejar su cuadro a medio terminar allí sin ningún problema y salió del aula, cerrando la puerta detrás de sí y sacando su teléfono celular de uno de los bolsillos de su pantalón. Observó el número de teléfono de Lena en sus contactos y tomó una larga respiración, pensando en si debía o no llamarla.

En el momento en que salió de su lugar de estudio, Kara chocó con alguien en medio de la calle, quejándose un poco cuando el extraño la hizo tambalearse en su lugar.

—¡Lo siento! —el hombre que casi la hace caer detuvo su andar, tomando a Kara por los hombros y evitando que algo le sucediera —. Estaba inmerso en mi teléfono y-

—Está bien, yo... —Kara miró al joven y se quedó en silencio. Su cabello castaño claro estaba arreglado hacia arriba y sus ojos oscuros fijos en ella con preocupación. Tragó con algo de fuerza, sintiendo que lo conocía de algún lugar —... yo estaba... también miraba mi teléfono-

Towards the DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora