Lena odiaba el olor del cigarrillo que Kara tenía encima desde que habían salido del edificio de Leslie, sin embargo, no se quejó debido a que parecía ser la forma en que la rubia calmaba sus nervios. Siempre que Kara se notaba nerviosa jugaba con algo en sus manos para camuflar el temblor de las mismas y fumaba un cigarrillo hasta que el temblor desaparecía por completo. No obstante, el olor que desprendía luego de calmarse era terrible, al menos eso pensaba la vampira, que siempre evitó el olor de la nicotina.
Cuando dejaron el edificio tenebroso, Kara la ayudó a entrar al auto sin que el sol la tocara y no fue hasta que se encontraron en una avenida principal que le indicó que tomara su forma de murciélago para que así se ocultara del sol de forma efectiva mientras la rubia manejaba. Debido a la música estruendosa que Kara escuchaba en los altavoces del auto se le dificultó bastante cerrar los ojos, y para cuando creyó que por fin se dormiría la rubia detuvo el coche.
Solo cuando escuchó la puerta del auto siendo abierta y cerrada a los segundos fue que sacó su cabeza de la mochila en la que Kara la había ocultado, apartando las diversas prendas de vestir oscuras que la rubia había colocado sobre ella para cubrirla del sol.
Miró a su alrededor con interés y notó que Kara se encontraba fuera del coche, charlando de forma natural con un joven que le sonreía de forma extraña y que, cuando la rubia se agachó para tomar su cajetilla de cigarrillos que resbaló de sus manos, miró su trasero sin pudor. Lena estrechó sus ojos al hombre y removiéndose en su lugar para quedar en los asientos traseros del coche, tomó su forma humana para abrir la puerta del auto y salir precipitadamente del mismo.
Kara la observó con sorpresa, pues pensaba que ella se encontraba dormida y la tomó del brazo, acercándola a sí misma para susurrarle al oído y que el dependiente de la gasolinera no lograra escuchar.
—¿Qué estás haciendo afuera? Deberías esta-
Sin permitirle continuar, la pelinegra llevó sus manos a su cuello y atrayéndola a sí misma la besó. Kara sintió su lengua invadir su boca y gimió en medio del beso, llevando sus manos a la cintura de Lena, quien la empujó contra el coche. En el momento en que se separaron, la pelinegra limpió el pequeño rastro de saliva que quedó en sus labios y carraspeó un poco antes de girarse para mirar al hombre con claro enojo, quien pareció comprender que ella le había visto observando a la rubia.
—Tenía calor, quise... tomar un poco de aire, amor.
—¿Calor? Espera... —Kara la miró con sorpresa y su rostro comenzó a calentarse debido a las palabras que había utilizado la pelinegra —, ¿a-amor?
—Sí... calor. —Lena no despegó sus ojos del hombre y debido a sus celos sintió unas enormes ganas de hipnotizarlo y hacerlo caer al suelo o cometer algo estúpido, sin embargo, solo tomó una larga respiración antes de girarse para mirar a los ojos azules de Kara —. Y sed... mucha sed. —rápidamente y sin pensarlo, Kara comenzó a sacarse su chaqueta de cuero, quedando en una camiseta oscura y ladeando su cabeza para darle acceso a su cuello —. Sed de... tus bebidas dulces.
—¿Q-Qué? ¿Es en serio? —Lena asintió un poco con su cabeza de forma inocente y la rubia chasqueó su lengua, colocándose de nueva cuenta la chaqueta —. Me emocioné por un pequeño momento.
Suspirando, la rubia notó que su tanque se aún no se encontraba lleno y cerrando las puertas del auto con llave le guiñó un ojo al joven trabajador de la gasolinera para comenzar a caminar a la tienda de la estación de servicio. Kara guardó su cajetilla en los bolsillos de su pantalón de mezclilla, tomando la mano de Lena para entrelazarla con la suya y adentrarse con rapidez en la tienda, entregándole su chaqueta a Lena para que se cubriera del sol.
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Towards the Dawn
FanfictionKara Danvers es una joven de veintidós años que, resentida con la vida por su dura infancia, ha estado en malos pasos desde su adolescencia. Desde que llegó a National City ha estado teniendo deudas con Verónica Sinclair, quien por la alta suma de d...