13

7.2K 488 10
                                    

Veo como Rick y Abby salen de la casa, y una vez que estoy segura de que no volverán, bajo para poder desayunar en la mesa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Veo como Rick y Abby salen de la casa, y una vez que estoy segura de que no volverán, bajo para poder desayunar en la mesa. Ya sentada, me es un poco complicado dejar de pensar en Rick y lo arrepentido que se veía por lo sucedido.

Las palabras de Abby sobre darle una segunda oportunidad vienen a mí. En el fondo, sé que quiero hacerlo, y volver al trato que teníamos antes del incidente de la fotografía, pero no puedo bajar la guardia de nuevo. Lo que sucedió ayer no puedo tomarlo a la ligera y excusar al alcohol de provocarlo, pero, también debo hallar una forma de que esto funcione porque, de alguna forma, Madame confió en que esto sería bueno para mí.

Suspiro, agotada de darle tantas vueltas a lo sucedido. Me levanto, sin apetito, y voy directo a las escaleras, decidida a volver a mi habitación y recostarme, cuando escucho el sonido de la puerta abrirse. Doy un paso hacía atrás, segura de que es Abby, cuando noto que Rick es quién ha entrado. Al verme, camina con pasos largos hacia donde estoy, y me toma de los hombros.

—Lo siento, Janeth —murmura, con sinceridad. Suelta su agarre, para colocar sus manos a los costados—. Lo que hice estuvo mal, y no aceptaré que lo tomes a la ligera. Fue terrible, y prometo que nunca va a repetirse.

—Rick...

Hace un ademán para que no diga nada. Lo azul de sus ojos me atraviesa, soy capaz de ver dentro de su alma, y mi corazón empieza a latir por lo expuesto que se muestra ante mí.

—Esperaré el tiempo que sea necesario —habla, con trabajo—. Porque te lastimé, y arruiné lo que habíamos logrado.

Da un paso al frente, para envolver sus brazos alrededor de mi torso, y me acerca a su pecho para darme un fuerte abrazo que me desarma por completo. Apenas estoy sintiéndome cómoda, disfrutando de su calidez, y su colonia, cuando se separa.

—Realmente me gusta tenerte aquí —confiesa. Me dedica una dulce sonrisa, y se va de ahí sin esperar una respuesta de mi parte.

***

Luego de que Rick volviera a pedirme perdón, me diera ese abrazo y tiempo de pensar en lo que sucedió, no he podido encontrar la mejor forma de decirle que no debe de preocuparse por que, a final de cuentas, soy una dama de compañía. Ese es básicamente mi trabajo.

Pero, a la vez, no quiero que me traté de ese modo. Me gustaba la relación que íbamos teniendo, y el hecho de que no tuviera que preocuparme por mis modales y apariencia cada que estuviera frente a él.

Por su parte, Madame logró enterarse del pequeño percance por culpa de mi bocota. Cómo dama de compañía, cada semana debo llamarla para decirle cómo va la relación y los avances o retrocesos que he tenido, y bueno, no pude evitar contarle cómo se había portado Rick y lo confundida que me sentía al respecto.

Ella sólo me pidió, a modo de regaño, que resolviera las cosas del mejor modo. Y que aceptara que ambos nos habíamos equivocado, porque si Rick cancelaba el contrato yo no tendría un lugar al cual volver.

Bajo esa amenaza es que he tratado de acercarme a Rick, sin ningún intento exitoso. Cada que lo veo, me escapo para no toparmelo de frente. Y cuando no puedo evitarlo, sólo sonríoy le doy un saludo muy formal.

—¡Por Dios Santo! —exclama Abby—. ¿Hasta cuándo van a seguir así?

Abby volvió a nosotros un par de días después, y ha servido entre mediadora entre los incómodos silencios que surgen entre Rick y yo. Creo que ninguno de los dos sabe cómo dar el primer paso, para volver a ser lo que éramos antes.

—Lo siento —murmuro avergonzada—. Es que... No sé que decirle.

—Deja de pensarlo y suéltalo —me regaña—. O estarán todo el año con esas risitas nerviosas que no soporto.

Bajo la cabeza, avergonzada. No debería actuar de ese modo, se supone que soy una mujer, no una adolescente con un enamoramiento de colegiala. Abby suelta una risa, que me hace mirarla. Ella, sin pensarlo, hace un gesto con dirección a las escaleras donde Rick está terminando de alistarse.

—¿Volverás a trabajar hasta tarde? —le cuestiona Abby, al verlo acercarse a nosotras.

Rick niega con la cabeza. Sin poder evitarlo, lo observo con detenimiento. Trae el cabello peinado hacía atrás, su mirada es más azul que de costumbre, un traje ajustado que lo hace ver muy elegante, y ese gesto de misterio que siempre cubre su rostro.

—Janeth —me llama Rick, sacándome de mis pensamientos.

—¿Sí? —balbuceo. 

—Me gustaría ir a cenar contigo —suelta, con un tono de voz autoritario—. Si quieres, claro está —añade.

Quiero decirle que me encantaría volver al restaurante que visitamos la primera vez, pero en vez de eso sólo pregunto.

—¿A qué hora?

—Cuando vuelva de trabajar —avisa—. Llamaré para avisar que he salido.

—Está bien —digo, más indiferente de lo que me hubiera gustado.

Él me mira, una sombra de sonrisa aparece en sus labios, y da media vuelta. Abby se acerca para él, seguramente para decirle algo sobre nosotros, y lo deja salir. Yo jugueteo con mis manos, nerviosa. ¿Qué debería ponerme? ¿Un vestido elegante?  ¿Ropa casual?

El sonido gutural de Abby me regresa a la cocina. Siento el calor subirseme a las mejillas, debido a la última idea que se me ha ocurrido... ¿Y sí esa será nuestra noche juntos?

—Ya te vi —susurra, divertida.

—¿Qué?

—Sólo di lo que sientes —me aconseja—. Rick ya es un hombre, podrá aguantar lo que sea que tengas que decirle.

Tuerzo la boca, en un gesto de preocupación. ¿Cómo le digo que me gustaría volver a lo antes, pero tengo miedo de que quiera volver a sobrepasarse?

—Si no hacen algo, juro que voy encerrarlos juntos hasta que arreglen las cosas.

—¡No lo harías!

—Pruebame —dice, con una sonrisa maliciosa.

Me levanto, escandalizada y avergonzada. Quedarme a solas con Rick, en un espacio tan pequeño, no sería nada bueno. Abby me observa, tiene un brillo en sus ojos que me parece incómodo, y gesticula, en voz muy baja y de manera lenta.

—Te gusta, ¿verdad?

Juguemos a que soy tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora