• CAPÍTULO 70 •

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70. La familia Saint Claire.
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Nina todavía no terminaba de comprender cómo había sido posible que su madre pudo haberse casado con John Illich, sobretodo en vista y considerando lo opuestas que eran las familias de ambos. La familia de su padre era muy similar a la de Fred, provenían de Rumania, se dedicaban a la crianza de criaturas mágicas y jamás estuvieron ligados a nada que tuviera implicancias con temas ministeriales, gubernamentales, mucho menos con magia oscura.

Mientras tanto, el caso de los Saint Claire, era totalmente opuesto. Desde hacía generaciones habían aportado con cualquier habilidad o requerimiento a las causas oscuras, abiertamente a Grindelwald y probablemente ahora en secreto y desde el pensamiento al señor tenebroso.

Que difícil era vivir en la dualidad de la luz y de la oscuridad dentro de la misma familia.

—Es maravilloso que hayan podido venir —indicó un mago ya de edad algo avanzada, Garfunkel Saintclaire, el padre de Amelie solía demostrar signos y esbozos de humanidad —, extrañabamos tenerles en casa.

Nina tenía sentimientos encontrados para con su abuelo. Creía fervientemente en el libre albedrío por lo que no comprendía cómo podía justificar irremediablemente el actuar de su abuela, quien era realmente un dolor de cabeza a la hora de cualquier conversación o convivencia.

Querido... —la voz presuntuosa de Ane Marie resonó en el pasillo que conducía al recibidor —, hubiésemos celebrado las tradicionales fiestas con o sin ellos, no les mientas, ya no son unos niños —espetó con una sonrisita irónica.

—Siempre recibiendo a tus visitas con esa soberbia ironía, abuela —respondió Nina adelantándose a su madre —, incluso casi te sentí cercana —rió.

La bruja le concedió un abrazo algo rígido y poco expresivo, denotaba que a la mujer no le gustaba expresar cariño, afecto o algo tan simple como sentirse vulnerable con el contacto humano. Observó a Nina de arriba a abajo, como si con ese gesto pudiese ver a través de su interior, como si pudiese ver a través de sus ojos con esa perforante mueca de desafío.

—Tienes unas facciones muy bellas, muy francesa. Que triste es que hayas perdido la elegancia tras irte a Londres —decretó —, ese es un rasgo muy valorado aquí, lastima que tu madre tampoco lo encontró importante.

—Creo que en ese sentido pienso como mi madre —señaló avanzando hasta la sala, no quería comenzar las festividades con una letanía de porqué ser elegante le importaba un cuerno, después de todo aunque le explicara mil veces la visión a su abuela, ella no cambiaría su forma de ver la vida.

Mamá —interrumpió Amelie, quien notó la forma tensa del recibimiento de la dueña de casa —, ¿Cómo va todo por acá? ¿El clima nacional ha sido tranquilo?

De inmediato los magos comenzaron a platicar sobre los recientes acontecimientos vividos en Londres, la verdad tras la poca reacción de los departamentos londinenses y lo difícil que ahora era fomentar la seguridad sin caer en la violencia. El Reino Unido jamás había sido un sitio tan inseguro para asentarse.

—Ya sabes, acá los franceses jamás quieren tomar partido. Muchos creen en las doctrinas que nos pertenecen desde hace tiempos ancestrales, otros mojigatos que quieren darle peso y espacio a quienes por derecho no lo merecen —siseó —, creo que sí seguimos como estamos nos convertiremos muy pronto en un país que está en medio por no poder tomar una decisión eficaz, tal como Inglaterra.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora