• CAPÍTULO 87 •

813 105 16
                                    

__________________________

87. Traidores.
__________________________


Tal como las runas lo iban indicando, el grupo de mortífagos y carroñeros estaba ubicado en un momento crítico y donde no podían cometerse errores. Como había cifrado Nagini en su tiempo humano, el resto de su sangre estaría escondido en los montes donde nadie más que alguien entendido en tunas antiguas tendría conocimiento de la cueva exacta donde yacería aquel líquido vital. La Maledictus había sido astuta y jamás sabrían el porqué de haber dejado parte de ella oculta entre las cuevas de uno de los sitios más lejanos de Irlanda.

¿Habría ella también querido vivir para siempre?

Eso era algo que probablemente sólo ella y Voldemort sabían. Los magos desconocían el vínculo que ambos tenían y también el instante y el lugar donde se habían conocido. Lo único que sabían era que el señor tenebroso necesitaba con urgencia recuperar aquel elixir y que probablemente sería de vital importancia en su caminar hasta la inmortalidad.

¿Pero que harían en cuánto lo encontraran?

Estaban rodeados de hombres comprometidos con la causa del mago tenebroso y Nina junto a Draco solamente eran dos traidores encubiertos que hasta ahora habían fingido demasiado bien su lealtad para con Voldemort.

—Sólo nos queda la parada final, asumo que estaremos llegando mañana por la noche —anunció Nina antes de salir del radar del resto del grupo.

—¿Cómo demonios vamos a hacer para alejarnos de ellos? —preguntó Draco con la mirada perdida en la botella de whisky —. No tenemos opción de abandonarlos, están haciendo guardias mientras dormimos, tal vez saben que planeamos algo, quizás fue un error haber venido juntos. Estoy seguro de que no van a quitarnos la vista de encima, tendremos que encargarnos nosotros.

Nina sabía que Draco se refería a deshacerse de ellos, y encargarse implicaba matarlos antes de que pudieran hacerlo con ellos dos. Pero hasta ahora todavía llevaba a cuestas el trauma de haber matado a Pettigrew, no sabía si su mano no temblaría a la hora de volver a lanzar un Avada Kedavra, dejarlos vivos era como abrir la caja de Pandora y permitir que los males quedarán libres. Estarían expuestos a que los encontraran antes de poder huir o destruir aquel objeto maldito.

—De sólo pensar en aquello se me revuelve el estómago. Tenemos que planear algo, sabemos que tendremos que tomar la ofensiva— siseó Nina en un balbuceo apenas audible.

—¿Lo haremos antes o en la última parada?

—¿Crees que hay mucha diferencia?

—Pues si lo hacemos antes, evitaríamos los testigos, pero nos arriesgamos a no poder con todos si se desata una batalla, la cuál es evidente que se desatará.

—¿Qué opciones tenemos entonces? —inquirió la bruja mientras se colocaba una manta sobre la espalda, el frío no la dejaba concentrarse completamente en su conversación, pues no podía evitar que sus dientes castañearan.

—Sólo que una vez que lleguemos allí, desaparezcamos.

—Es una cueva von altos índices de magia, tal vez hay obstáculos mágicos y protecciones. Quizás Voldemort lo visitó antes y puso protecciones peligrosas qué custodien el sitio, puede que nos haya dado el mapa, pero no dijo nada de eso al respecto.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora