Por besarte #D3

Capítulo 52

POV Matteo
Su mirada nunca antes había sido tan intensa, pero lo que demostraba en ella era algo que no me esperaba para nada. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, ahí no había odio, había tristeza y decepción. ¿Por qué no me miras con odio?

Quise acercarme pero mi cuerpo jamás reaccionó. Ella al ver que no iba a hacerlo miró a otro lado y asintió.

Sol: Aunque no lo creas... Los los hicimos lo mismo —me miró—. Los dos jugamos de la misma manera —negué.

Matteo: Yo no fingí estar muerto...

Sol: Los dos usamos la misma estrategia...

Matteo: ¿A sí? —asintió— ¿Por qué estás tan segura?

Sol: Universo —reí.

Matteo: Odio cuando usas esa palabra...

Sol: Yo también odio usarla —dio media vuelta—. Ya te dije Balsano, los dos usamos la misma estrategia, y debido a que fue así, todo tiene que ser igual.

Matteo: Pero una historia no se repite dos veces, vos misma lo has dicho —me doy cuenta demasiado tarde cuando dije esas palabras. ¿Por qué me estoy mostrando como si no quisiera que se vaya?

«Porque no querés que se vaya».

Sol: Es cierto. Por esto esta vez no se va el perdedor —se soltó el cabello que era lo único que le faltaba para "volver a ser Sol Benson"—, se va el ganador.

Me miró con una sonrisa y siguió su camino dejándome sin poder reaccionar. ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no puedo odiar a esta chica? ¿Qué tiene ella que no me deja odiarla?

Comienzo a caminar por la misma ruta en que ella se fue y al llegar a mi destino veo a todos mis amigos y a las amigas de Sol por otro lado.

Federico: ¡Matteo! —sonrío y voy a abrazar a mi hermano— Te extrañé.

Matteo: Yo también.

Léon: ¡Jefe! Nos alegra que estés aquí, puede que Fede se vea como vos y engañe a nuestras mentes...

Gastón: Pero llega un punto en donde ya no lo logra y caemos en cuenta que es tu inocente hermano.

Diego: Créeme que es una caída dura.

Brodwey: Muy dura —los miré a todos y después a mi hermano.

Federico: Aún me vigilan cuando llevo a Ludmila a la casa —reí.

Léon: Ya todos hemos pasado por eso. Todos hemos escuchado a esas chicas —las señaló—, mereces pasar por eso también —mi hermanito negó.

Federico: Yo soy una persona decente.

Francesca: Hola... —se abrió paso entre Diego y Gastón.

Matteo: Anda —abrí mis brazos—, dame un abrazo —se lanzó a mí con una sonrisa y nos dimos un abrazo después de casi un mes.

Francesca: Sé que que ya sabés la verdad —me dijo en el oído—. Aunque no lo creas, los dos de verdad jugaron de la misma forma, pero como era de esperarse de ella, lo hizo a un nivel mucho mayor —se separó.

Diego: ¿Qué pasó allá? —señaló a las chicas. 

Francesca: ¿De qué hablás?

Diego: Venías molesta al igual que estos dos —dijo refiriéndose a Fede y León— antes de que llegara el Jefe —los tres se miraron.

Federico: Diego...

Francesca: ¿Cuántas veces tengo que decirte que nosotros tres no hablamos los temas de Sol? —los dos asintieron.