🎇 Together Forever. 🎇

Capitulo XXXVIII

Es muy crédulo de parte de uno creer en las personas tan fácilmente, o eso pensaba un chico de cabellos rubios enmarañado, con una notable barba que tenía ahora, usando sus lentes y leyendo un libro mientras a su lado sentada en el asiento del taxi que habían tomado una hermosa mujer, ya con unas notables canas que le daban un toque mayor, pero, de alguien que aún era guapa a pesar de su edad.

➖Eren me envío la dirección de donde está viviendo ahora-haciéndole mención a ella.

➖Habla con el hijo-mirando por la ventana.

➖Estas segura-deteniéndose al pasar página.

➖Él te contara todo, eres su hermano-con un tono serio.-Una vez que lo haga, de seguro el vendrá a mí.

Era sabido que la madre de él, se había vuelto una mujer demasiado fría y hostil, su amabilidad solo era vista por dos personas, una por su hijo y por el castaño; ahora era el momento de que se vengar de la persona que alguna vez amo y de la castaña que solía ser su amiga.

La vida y los golpes que ha recibido la han hecho ser una mujer dura, antes era alguien buena e ingenua, eso acabo una vez descubrió la decepción, el engaño, y la traición de las personas que más quería, y lo único que le quedo fue su hijo, hasta que llego ese pequeño de cabellos castaños a su vida, igual a sus padres, pero, con una mirada y un carácter que ella misma se encargó de moldear.

Era su segundo hijo.

Y nadie lo menospreciaba o lo hacía ser un títere de la familia.

El conductor no prestaba atención, para ser sus pasajeros no tenían la pinta de alguien de baja clase o clase trabajadora, parecían gente de dinero, a pesar de la manera en que se comportaban y hablaban te hacia dudar un poco.

El libro que tenía en sus manos leyendo, era para pasar el rato, la verdad, en esos momentos solo podía pensar en una cosa.

¿Qué había pasado con su hermano?.

No le importaba lo que le sucediese a su padre, tampoco a su esposa o hijastra, hasta ahora le daba igual ya lo qué pensará la castaña; lo único importante era su hermano, su adorado hermano menor.

Por eso habían vuelto sin dar aviso alguno de su presencia, ya llamaría a su hermano o simplemente le daría una visita por sorpresa.

Lo importante ahora era llegar al lugar donde se quedarían.

En la mansión.

Una rubia iba llegando a casa, no con muchas ganas, había estado muchos días fuera de casa, de seguro no estarían contentos, pero, debía hacerlo, ahora que tenía todo claro, y ya sabía lo que haría, su celular, lo tuvo apagado todo el tiempo hasta que lo prendió, dándose cuenta de todas las llamadas perdidas tanto de su madre, su padrastro y de cierta azabache, como mensajes dejados.

Entrando la sirviente la vio, pero, ella la hizo callar para dirigirse arriba y encerrados en su cuarto.

Fue a su armario y viendo toda la ropa que tenía, la empezó a sacar de poco a poco, debía deshacerse de todo lo que la hacía ser falsa, al darse cuenta que esa no era ella, ni nunca lo seria; era una farsa que su madre había creado para ella.

La cicatriz que tenía en su abdomen, nunca se iría de ahí.

Ni esos recuerdos, ni el recuerdo de su padre.

De poco a poco empezó a tirar todo lo que no la hacía ser ella; su compañero tenía razón, él tenía razón, aunque odie admitirlo.

Un hombre iba llegando a la mansión junto con su esposa, que seguía alegando lo mismo desde días atrás y la verdad tenía razón.