CAPÍTULO 42-DESPEDIDA

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Lo que había visto, lo que había sentido, ¿se trataba de eso?, había perdido la fuerza en mis piernas y ahora las lágrimas eran incontenibles, alcé la mirada hacia mi madre quien me miraba confundida para luego ir directamente hacia el teléfono pero al no recibir respuesta regresó conmigo y se puso a mi altura

M—Tu padre no contesta, pero tal vez pronto llegue.

Quería creer eso, lo deseaba, necesitaba que las cosas fueran así pero muy en el fondo yo sabía que él no volvería, me sentía culpable, mi madre tenía razón pues nunca me paso por la cabeza comunicarme con ellos para decirles que estaba bien y que no había necesidad de que se preocuparan.

Que estúpidamente ingenua había sido, me sentía mal, no físicamente, emocionalmente me sentía derrumbada.

M—¿Podrias llevarla a su habitación para que descanse?, yo intentare comunicarme con su padre, tal vez escuchar su voz la tranquilice.—le habló suavemente al joven para después volver a marcar el teléfono.

Escuchaba vagamente la voz de mi madre pero pronto sentí unas manos levantarme con un poco de fuerza para después llevarme a mi habitación.

S—Necesitas descansar.

____—No quiero, quiero estar con mi mamá...

S—No te estoy preguntando si quieres o no, vas a descansar y punto.

Me era imposible alegar así que solo hice lo me decía y me recoste en mi cama e intente dormir.

Cuando volví a abrir los ojos ya era tarde, me incorporé e intenté bajar a ver a mi madre. Se veía sumamente preocupada, movía frenéticamente las piernas al verme se acerco y me dio un pequeño abrazo.

M—Tu padre no contesta, ya llame al aeropuerto y me dijeron que el vuelo se había retrasado.

____—¿Por qué me mientes?.

M—¿De qué hablas?.

____—Sabes exactamente lo que quise decir.

Me dio la espalda y se recargo en un mueble, la escuche sollozar levemente.

M—Perdieron contacto con el avión ayer por la noche, tranquila ya lo están buscando, tu papi aparecerá y podremos ir al cine como lo prometió, ahora que te parece si preparo la cena, debes de estar hambrienta.

Las palabras no me salían, la seguí con la mirada, comimos, regrese a mi habitación e intenté darme un baño, estaba hecha un asco, estaba cansada pero ya no me me sentia tan mal.

Con la pijama puesta me senté sobre mi cama e intenté cubrirme con las cobijas, no tenía ni una pizca de sueño.

Terminé por hacerme bolita para empezar a llorar, seguí así hasta que sentí unos brazos envolverme en abrazo reconfortante.

S—¿Por qué lloras?, ya no llores, verte así me rompe el alma.

Parecía imposible cumplir aquella petición pues mis lágrimas corrían con más fuerza, había recargado mi cabeza en su hombro por un rato pero por la posición deje de sentir una de mis piernas haciendo que me separará rápidamente de él.

____—No me mires, mis ojos deben estar hinchados, mi cara roja e incluso debo tener mocos, me debo ver terrible.

S—No digas tonterías, ten limpia tu carita...—con un gesto amable le dio unos pañuelos.

____—Es raro escucharte hablar así.

S—Es que no sé cual es la manera correcta de hablarte en estos momentos, no sé cómo darte ánimos.

Fuera de linea... (Saikixtú)[Finalizada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora