8. Perdiendo la reina

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Yoon se negó al tercer beso, y Jungkook supo que algo andaba mal.

— Amor. —la llamó mientras ella chequeaba como maniática la habitación en la que estaban. — Amor.

Yoon lo ignoró por segunda vez y volvió a inspeccionar el bolso sobre su cama.

— Imogen. —la llamó esta vez, ella se volteó rápidamente y lo miró con un atisbo de irritación.

— Qué, Jungkook, qué? —soltó exasperada.

— Qué sucede? Has estado ignorandome las últimas horas, qué pasa? —dijo levantándose y acercandose a ella.

Yoon apartó la vista de él y siguió inspeccionando el bolso, lo cuál era solo una excusa para seguir evadiendolo puesto que claramente ya había revisado hasta el mínimo espacio dentro de él.

— Hay algo de malo con que esté un poco gruñona hoy? —soltó con tono molesto.

— Claro que no, si tú todos los días estas un poco gruñona. —bromeó Jungkook, Yoon lo miró enojada.— Oye, era solo una broma bebé...

— No importa, iré a bañarme. —soltó tomando un bollo de ropa al azar.

— Hey, hey, hey, vamos, dime qué sucede, sabes que yo jamás...

— No me sucede nada, Jungkook, ya déjame. —se soltó de él.

Y sin mas se metió en el baño, Jungkook suspiró frustrado y se tiró en la cama.

Qué era lo que perseguía ahora la mente de Yoon? Ella solía ser cerrada sobre sus sentimientos, a Jungkook le costó mucho poder entender como funcionaba su cabeza, y solía entender al instante qué le sucedía a su chica, mas ahora no tenía ni la menor idea.

Esperó a que su novia saliera del baño, ya estaba vestida, lo cuál le pareció extraño; nunca habían tenido vergüenza de verse en paños menores entre ellos.

— Yoon, yo...

— Oíste a SeokJin, llámame Confirmación ahora. —soltó metiendo la ropa sucia en el bolso.

Y supo que ahí debió poner un alto, Jungkook sabía que en ese momento debió levantarse y abrazarla y decirle que se estaban perdiendo, recordarle que el estaría ahí para ella en las buenas y en las malas.

Pero en cambio, suspiró y asintió mientras la miraba con tristeza, porque no era tan fuerte como para enfrentar los demonios de ella, y menos, para enfrentarse a ella de esa manera.

Sabía que lamentaría eso.
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— Sabes qué? Te puedes ir a la mierda.—soltó Suga aventando el tablero de ajedrez al suelo cuando Jin descartó su reina.

— Gané.

— Por descarte!

— Estabas en jaque mate, Suga. —el nombrado agitó sus puños con rabia, Jin ocultó una sonrisa divertida.

— No me dijiste que jugabamos con la chorrada de los peones que se convierten! —se quejó pisando el suelo con fuerza.

— Esas son las regalas básicas de cualquier juego, Yoongi.

— Ah! Eres un tramposo! —soltó para luego gritar contra la almohada.

— Soy un estafador, el mejor. —dijo Jin mirándose las uñas. — Otro juego?

— Pero claro que si, junta las piezas, perra, te voy a patear el trasero esta vez.

— Dijiste eso hace una hora.

— Te callas.

— Cuál es la palabra mágica?

— Te prendere fuego y luego a mi mismo si vuelves a decir algo como eso. —lo apuntó al tiempo que se sentaba otra vez frente a él.

Señores, los necesito en la planta baja en cinco minutos.

Los dos miraron de mala manera al intercomunicador antes de obedecerle.

— Qué sucede ahora? —dijo Jin entrando al despacho de Marcella.

— Pues que su compañero consiguió la locación indicada, sabemos dónde será la reunión.

— Y dónde será? —preguntó Ímogen cruzándose de brazos.

— En un casino. En las Vegas. — Suga dejó salir un silbido. — Ustedes se van a infiltrar, tenemos dos agentes secuestrados, entrarán con sus identidades. —dijo poniendo frente a ellos el expediente.

— Emeli O'Connor y Rhesus Mitchell. —leyó Jungkook.

— El gobierno Ruso trabaja en anonimato, por lo que estos agentes nunca se vieron cara a cara con sus superiores. —dijo Marcella.— Confirmación será O'Connor, quién será su acompañante?

— Yo p...

— No. —cortó Ímogen a Jungkook.— Necesitamos a alguien experimentado en negociaciones furtivas, SeokJin, tú serás.

Jin miró a Jungkook con el seño fruncido antes de asentir.

— Al entrar al casino se registrarán con otros nombres, y ustedes dos se encargaran de vigilar el perímetro.

Todos asintieron y salieron.

— Porqué no le has dejado a Jungkook ir contigo?

— No es tu asunto. —dijo Confirmación a Suga.

— Es mi misión y si tú la vas a arruinar por una ridícula disputa de pareja entonces...

— No lo quiero en el campo porque no quiero ser yo quien lo mande a morir.—soltó harta. — Así que aleja tu creído trasero de lo que no te incumbe, loco del fuego.

— A tí te voy a ahogar. —mascullo dejándola ir.

— Quiero verte intentarlo.

Ímogen se metió a una habitación al azar con tal de estar sola, se tomó del pelo con desesperación. La maldita imágen de su madre la seguía a todos lados, y sabía que era cuestión de tiempo para que terminara golpeando a alguien.

Ya no era el gas, era ella misma. Se estaba persiguiendo sola, porque no podía alejar esas palabras de su mente. Ella no había abandonado a su madre, la había internado en un asilo.

Y era lo mejor, incluso cuando sabía muy bien que su madre no quería eso, porque Yoon no podía estar ahí para ella, no podía cuidarla.

Sin embargo ahí estaba, culpandose a si misma, y aún peor, divagando. Era eso lo que ella le hacía a las personas?

De repente se había encontrado una nueva debilidad; Jungkook. Tal vez estar con alguien no era tan buena idea, no cuando la vida de esa persona estaba en constante peligro.

Ímogen aún seguía convencida de que no estaba enteramente enamorada de él, pero no soportaba la idea de que Jungkook muriera por su culpa.

Era irónico, ella era la culpable de muchas muertes, porqué de repente una mas parecía tan importante? Cada vez que pensaba en él, sentía como si alguien caminara sobre su pecho y le dificultara el latir de su corazón.

Maldita sea, Jungkook, mas vale que no te pase nada, idiota.











Tomé la horrible desición de dejar que mi familia lea mis fanfics. Me quiero suisidar alv.

Sáquenme la vergüenza/nervios/arrepentimiento/pánico de encima xfas.

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