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26. La flor delatora

— Jungkook! —el castaño fue tacleado de sorpresa por quien sólo pudo reconocer como TaeHyung, el peligris comenzó a hablarle desenfrenadamente, pero el menor solo entendió la mitad de las cosas.

— Qué?

— Marcella, Jimin, asesinato. —soltó Hoseok tirando de ambos. — Hay que llegar al motel, ahora!

Con esas palabras le bastaron, Jungkook se metió al primer taxi, empujando a Tae con él, Hoseok subió en el asiento del acompañante. Durante todo el trayecto la pareja se dedicó a explicarle todo de cabo a rabo, de hecho también se lo contaron al conductor, quien los miraba dudando de la autenticidad del relato.

— Yo... Hum... Opino que deberían hablar con sus... Amigos, explicarles la situación y después...

— Matar a MClean. —soltó TaeHyung. El conductor los miró consternado.

— Que tal si mejor resuelven sus conflictos dialo...

— Primero hay que llevarla con el jefe del Escuadrón Especial de la Unión, ese tipo tiene cuentas pendientes con ella. —recordó HoSeok. Jungkook sonrió.

— Ah, si! —festejó.— Los rusos torturan de maravilla!

— Jovencitos, me parece que su manera de resolver los...

— Podemos atarla boca abajo cuando la llevemos? —alzó la mano Tae.

— Claro que si amor. —Hoseok le besó la punta de la nariz.

— Ugh, empalagosos. —se quejó Jungkook.

— Tú porque sales con la secota de Ímogen. —se quejó Tae abrazando a

— Al menos mi novia sabe cuando le escondo algo. —le sacó la lengua. Seguido de eso sintió un tirón de pelo.— Ouch!

— Respeta a tus hyungs!

— Qué es un hyung? —susurró el conductor. Los tres lo miraron anonados.

— Americanos... —susurró Jungkook.— Entonces, cuál es el plan?

— Entramos, Tae hackeó los rastreadores, y yo estuve hablando con Ergorova... Este tipo... Ugh, este tipo es el jefe del señor Jung. —dijo mirándolos. Los dos lo miraron sin entender. — El tipo al que le hicimos el atraco el año pasado!

— Ahhh... —dijeron ellos dos.

— Y eso qué tiene que ver? —preguntó Tae.

— Qué le he dicho que nos veremos en el viejo motel, nosotros conocemos el lugar. Bien, ahora pondremos un par de sensores en el piso de abajo y nos ocultaremos, cuando llegue MClean, le caeremos encima.

— Y qué pasa con los demás? —preguntó esta vez JungKook.

— SeokJin e Ímogen te creen muerto, será mejor que no te les aparezcas de la nada. —acotó Tae. — Yo intentaré hablar con ellos, Hobi se encargará de NamJoonie y Jimin.

JungKook asintió. Luego le entró una duda.

— Alto, si Marcella quiere a Jimin... Entonces intentará un fuego cruzado, verdad? —la pareja asintió.— Habrá que tener cuidado.

— Ay, no me digas, Jungkook. —soltó TaeHyung con sarcasmo.— Obvio que habrá un tiroteo, tonto.

— Yo sólo decia...

— Ya, no nos pongamos a discutir.— los silenció Hoseok.
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— Ímogen, Yoon, es decir, Confirmación. —la llamó Suga. — Podemos hablar... En privado.

Ella asintió, Suga había decidido que hablar con ella sería mas fácil que intentar sacarle algo a Jin. Porqué? Porque Jin era una puta pared al momento de guardar secretos.

Cuando estuvieron a solas, el menor se frotó las manos, e hizo un sonido extraño pensando bien sus palabras.

— Me trajiste aquí para hacer beatboxing? —preguntó con desdén.

— No, no es eso. —dijo mirando la habitación.— Qué esconden tú y Jin hyung?

— Nada.

— Por favor. Si? Necesito saberlo, Yoon, es decir, Confirmación.—imploró.— Tal vez tengas algo contra NamJoonie, pero esta es nuestra mision y...

— El mató a JungKook! —gritó ella de la nada. Suga boqueó un momento sin saber qué decir.

— Cómo?

En respuesta, ella sacó su móvil y le mostró el video. Suga lo miró queriendo tirarse por la ventana.

— Ay, no puede ser. —mascullo mirándola incrédulo. Claro, la idiota no sabía que era falso.

Dios, que estúpida.

— Claro que lo és! Lo mató, a mi JungKookie! —su voz tenía un leve temblor loco, Suga la observó al tiempo que sus ojos se aguaban.— Ahora lo voy a matar, lo voy a destripar y le quitaré la piel a tiras...!

Ímogen no siguió porque Suga le pegó un cachetazo. Bien, tal vez se había pasado y ahora lo iba a matar, pero en serio tenía ganas de golpear a esa mujer.

— Puedes dejar de ser tan malditamente histérica por un momento en tu puta vida?! —le soltó con furia finjida. Principalmente porque si se acobardaba ahora ella lo iba a quemar vivo. — Cómo puedes creerle así a MClean?!

— Q...?!

— Jungkook no... —antes de que pudiera hablar, Marcella MClean entró a la habitación. Los dos cerraron la boca.

Como si alguien los hubiera pausado, se quedaron quietos, con la vista clavada el uno en el otro, en un acuerdo mutuo de no dejar que la coronela se enterara de lo que estaban discutiendo.

— Confirmación, afuera. —soltó mirando a Suga. Ímogen le soltó una mirada iracunda al incendiario antes de obedecer.

Suga tragó con fuerza mirando a esa maldita mujer. No podía creer que realmente le tuviera miedo.

No es miedo, es saber que puede matarte.

— Vas a hablar, ahora. —se limitó a decir eso. — Me llegó una grabación de micrófono, una en la que mi soldado era asesinado, tu voz me era familiar.

— Qué? —se limitó a responder, sin saber a dónde carajo meterse ahora.

La coronela dió unos pasos, caminando alrededor de él como si fuera un tiburón rodeando a la pequeña foca perdida. Suga tensó sus hombros, estaba casi seguro de que de esta, no saldría sin pelear.

— Y tus huellas estaba ahí, también.— soltó MClean.— Ahora quiero que respondas una sola pregunta, me entendiste?

Suga la miró quieto, esperando. Sin embargo, Marcella volvió a preguntar.

— Entendiste, Yoongi?

— S-si.

Acabo de tartamudear?!

Miró sus manos, cerró los ojos con desespero al ver su familiar y detestable temblor.

— Y me vas a responder con total honestidad, porque yo sé cuando mientes, si?—siguió hablando. Entonces, sacó de su bolsillo una pequeña flor maltratada, del tamaño de su dedo pulgar y del color del cielo.

Suga quiso morir. Tal vez notan que siempre intenta salir de las situaciones provocando su muerte, pero esta vez, legítimamente deseó con toda su alma que un paro cardiaco le arrebatara la vida.

— Tú conoces a Park Jimin?