D O C E

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*Nick en galería*

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*Nick en galería*


Saludé con un movimiento de mano a Nick cuando se montó en su auto y me sonrió desde la ventanilla. Me guiñó un ojo antes de arrancar el motor y desaparecer por la calle, aunque no iba muy lejos en realidad, ya que se estaba quedando en la casa de Felix.

Miré la puerta de la entrada y suspiré pasando las manos por mi cabello y enviándolo hacia atrás, mental y físicamente exhausta. Suspiré con pesadez e introduje la llave dentro de la cerradura para abrir la puerta. Cuando estuve dentro, ni un sonido provenía de las habitaciones, la televisión no estaba encendida, lo que me hizo saber que ni Craig ni papá estaban allí.

Me dirigí hacia la escalera y entonces sentí aroma a comida viniendo de la cocina, lo cual me hizo saber que papá seguramente estaba allí cocinando la cena.

Me quité los zapatos al pie de la escalera y me dirigí hacia allí. Cuando estuve en el marco de la puerta vi a papá: estaba con los codos apoyados en la mesada y miraba sus dedos entrelazados con fijeza. En la otra punta, admirando su copa de vino blanco como si fuera a decirle algo, estaba mamá, con los brazos cruzados y los labios apretados.

Supe que habían estado discutiendo solo con observar esa escena. Siempre que pasaba algo y ellos peleaban al respecto, cuando todo terminaba, se quedaban en la misma habitación, normalmente siempre de pie, en silencio, sin ser capaces de mirarse o de decir nada.

Pensé en el hecho de que solamente estábamos nosotros en la casa, y recordé a la perfección su discusión en el porche de la casa hace dos días, cuando yo los había espiado y escuchado, más que seguro, algo que no debería.

Sin dudarlo un segundo más entré en la cocina atándome el cabello en una cola de caballo alta. Mis padres me miraron y sonrieron de oreja a oreja inmediatamente, me dolió saber que estaban fingiendo esa felicidad, pero no dije nada y les sonreí a mí vez.

- ¡Cariño! – dijo papá acercándose y dándome un beso en la sien -, ¿Cómo estás? – sonrió pícaro -, ¿Cómo estuvo tu cita?

- ¡Exactamente eso iba a preguntarte, Jo! – mamá tiró lo que le quedaba de vino por el fregadero -, ¿Cómo es eso de que tuviste una cita y no me lo contaste? Tuve que enterarme por tu padre.

- Si... umm – rasqué mi cabeza -, la verdad es que se dio muy de prisa y no tuve tiempo de decirle a nadie. – me excusé, riendo un poco por lo bajo.

- Pues la próxima vez que salgas con ese muchacho tienes que decírmelo – mamá se sentó en la banca de la esquina y me miró emocionada -. ¿Cómo era su nombre? ¿Nicco o...?

- Nick.

- Eso: Nick – papá se acercó al horno a revisar la comida, por el olor supuse que estaba cocinando carne asada con vegetales -. La próxima vez que pase a recogerte quiero conocerlo. ¡Ya sé! Hasta podrías invitarlo a cenar uno de estos días.

El último verano - PAUSADA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora