Reunidos en la sala más grande de la empresa, comenzamos con el almuerzo que anticipaba las fiestas. Siendo día 23 de diciembre, Graff solía darnos el 24 libre para disfrutar desde temprano en familia.
Sin embargo, este año las cosas habían cambiado sustancialmente como para deducir si las nuevas autoridades serían tan contemplativas como nuestro ex jefe.
Participando poco y nada de las charlas de grupo, la ausencia de Astor me tenía a mal traer. Él había prometido volver, pero aún ni noticias.
Mirando de reojo una pila de sándwiches de su preferencia, me dije estar loca por querer apartarlos y reservárselos. ¿Qué asuntos tendría pendientes como para irse justo ahora?
— Desde que fuiste a ese viaje con el jefe que estás rara. ¿Te trató mal? ¿Quiso abusar de vos? — Gisela inquirió en tono preocupado, pero bajo.
— Nada que ver, ¿cómo decís eso?
— Estás más callada que de costumbre y estás déle mirar la puerta. Algo pasó en ese viaje.
Tragando duro, la verdad era un nudo que ceñía mis cuerdas vocales y necesitaba desatar cuanto antes.
Tomándola de la mano, esquivando a nuestros compañeros, la llevé hasta el baño. Golpeando puerta tras puerta de los sanitarios, me aseguré de que no había nadie para, finalmente, empezar a soltar el rollo.
— ...no solo le prometí a él sino también a mí misma que no iba a decir nada— mordiendo mis uñas, mi respiración era entrecortada.
— ¡Te dije! ¡Se quiso propasar!
— Cállate nena y déjame hablar — la induje a bajar la voz —. No ...no se quiso propasar ...yo dejé que fuera algo más que eso.
— ¿Cogieron de vuelta? — Gisela llevó sus grandes manos a su boca.
— Shhhh...sí...cogimos de vuelta. Pero esta vez fue mejor. El pibe tiene una energía que ¡mamita! — riéndonos ante lo prohibido, mi amiga me dio un abrazo fuerte.
— Era hora de que alguien te pegue una buena sacudida. Alguien que no sea el nabo de Julián— revoleó los ojos.
— Bueno, che. Me cuesta separar los tantos. Es el papá de mi hijo...
— Vamos a lo importante: ¿en qué quedaron? — expectante, deseaba información que no podía darle porque no la tenía.
— En nada. En que lo que pasó en Mar del Plata, queda allá.
— ¿Me estás jodiendo?
— ¿Por qué? El flaco está casado. Yo tengo un hijo...
— Las madres también cogen, boluda. Y si él engañó a su esposa, es su tema.
— No digas eso. Yo siento algo de culpa por ella...yo fui cornuda, lo sabés...— recordé cuando descubrí a Julián mensajeándose con una compañera de trabajo que, mágicamente, después desapareció de su agenda telefónica.
— Magu...ya sé que es un tema delicado, pero vos no sos la que está engañando a nadie. No estás oficialmente divorciada de Julián, pero ya no son pareja y hablaron de eso.
— ...ponéle.
— Sos libre, aunque él te pegue una cepillada cada tanto — dando una carcajada grosera que repercutió en el baño, salimos a los trompicones, chocando con una chica que entraba al baño y a la que le pedí disculpas.
Para cuándo volvimos a la sala la mitad de la comida no estaba y la bebida, en gran medida, había sido consumida. Regresando a nuestros viejos asientos pude ver que Astor estaba hablando con Graff y con Gómez Pilton, el otro niño dorado de la nueva gestión.
— Lo que menos parece es un depredador sexual —mi amiga se mofó de mí.
— Ja já. Vos de envidia — me permití reír para cuando la jovencita que había chocado al salir de los sanitarios, entró a la sala y se fue derecho hacia el trío de jefes, ya sin Graff a la vista.
Era evidente que ella los conocía a todos, ya que les hablaba con soltura.
¿Acaso era una nueva jefa?
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"A destiempo" - (Completa)
ChickLitUna salida con amigas. Una noche de hotel con un desconocido. Un inesperado giro laboral. ¿Qué hacer cuando el amor aparece en el momento incorrecto? *Desarrollada en Argentina. **Capítulos CORTOS **Registrada en SafeCreative