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—Tomá, te traje esto para que veas —de pie frente a mí, me extendió un sobre grande de color blanco.

—No es necesario verlo ahora. Es trabajo —no se lo agarré.

—No es lo que me pediste. Es otra cosa, abrílo —más compuesta, pero sorbiendo su nariz, volvió a extender el brazo.

Resoplando, le hice caso y abrí el dichoso sobre encontrando lo inesperado.

—¿Y...esto? —mirando una ecografía de punta a punta, no entendía de qué se trataba.

—Que estoy embarazada, Astor. Por fin logramos quedar.

Mudo. Estupefacto. Mis ojos se unieron a los de ella.

—Pero...¿no es que te había venido?

—Evidentemente fue el sangrado de implantación. El doctor me explicó que es común que suceda. No fue el hematoma de siempre tal como pensé.

—¿Entonces...?

—Entonces,  vamos a tener un bebé. Y esta vez, como que me llamo María Clara, me voy a portar bien —como niña regañada, llevó sus manos a su cara. Tapándosela.

Me puse de pie y la abracé fuerte.

—Yo quería darte la sorpresa cuando llegaras del viaje y como me pediste que viniera hasta acá, creí que este sería el mejor momento...pero la que se llevó una sorpresa, fui yo —lloraba a mares.

Sostuve su cabeza entre mis manos, le di un beso en el nacimiento de su cabello y acuné su mandíbula:

—Perdón...perdón... ¡perdón! —la llené de besos —. Me...confundí...no sé qué me pasó...pero quiero que estemos juntos. Quiero que este bebé nos tenga unidos —ella se sonrió y se tomó la barriga.

—Prometéme que no nos vas a abandonar...

—No, Clara...no...—afirmé, sabiendo que, de este modo, abandonaba otra clase de sueños.

"A destiempo" - (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora